Muy bien -respondio Diane-. Riley, le hare saber al comite que esta usted considerando un donativo. Mientras tanto me encargare de mirar esos informes que me pidio. El senor Bridges ha venido para verlo a usted.

Zeke Bridges entro en su despacho tres minutos despues.

– Hemos subido -anuncio con aire triunfante, mientras se sentaba en el sillon que habia frente a Riley-. Y mucho. Vamos ganandole terreno a ese Yardley dia a dia. Esos articulos del periodico han provocado una gran diferencia. El viejo tiene que estar bastante asustado, lo que significa que vamos tener que estar preparados para el contraataque. Pienso seguir con las encuestas para saber inmediatamente si el recobra el terreno perdido.

– Mira, Zeke. Estamos hablando de Los Lobos. Yo me presento a alcalde, no a presidente.

– Si, venga. Burlate de mi, pero la verdad es que para hacer campana la informacion es fundamental. Tenemos que obtenerla y utilizarla para nuestro beneficio.

– Si tu lo dices… Tu eres el experto y por eso te pago un paston.

– Recuerdalo. Solo nos quedan unas pocas semanas para las elecciones. Cada acontecimiento es especial. Por supuesto que vamos delante, pero no hace falta mucho para estropear la campana entera. Yardley es un hombre muy popular y a la gente no suele gustarle el cambio.

– Te prometo seguir cooperando contigo -dijo Riley. Tenia que ganar aquellas elecciones por noventa y siete millones de razones de las que Zeke no sabia nada.

Zeke examino el horario que tenian para las proximas dos semanas. Habria algunas apariciones publicas y algunos anuncios en una cadena de television. Cuando Riley lo aprobo todo, se reclino en su sillon.

– Solo hay una cosa mas de la que me gustaria hablarte.

– Claro. ?De que se trata?

– Lo que haces en tu tiempo libre es asunto tuyo, pero se convierte en asunto mio si puede afectar a mi campana.

– ?De que estas hablando? -pregunto Zeke, frunciendo el ceno.

– De tu vida secreta. Desapareces a todas horas y no le dices a tu esposa donde estas, lo que es asunto tuyo, pero ella te vino a buscar a mi casa porque alli era donde le dijiste que ibas a estar y este hecho lo convierte en asunto mio.

– Mira, Riley, lo siento mucho, pero…

– No quiero tus lamentaciones. Esta la campana. Solo te voy a preguntar esto una vez. ?Estas haciendo algo que pudiera tener un impacto negativo en mi candidatura? Antes de que me respondas dejame recordarte que Los Lobos es una ciudad muy pequena y que si la gente descubre que mi jefe de campana esta teniendo una aventura a espaldas de su esposa eso seria muy negativo para mi.

– No estoy enganando a Alexis -afirmo Zeke, poniendose de pie-. Jamas lo haria. La amo. No se trata de eso. De hecho, no se trata de nada que te importe a ti o a la campana.

– Entonces, ?de que se trata?

– No tengo por que decirtelo.

– ?Y si yo te exijo que lo hagas para poder seguir trabajando conmigo?

– En ese caso, tendras que despedirme porque no voy a decirte lo que estoy haciendo. No tiene nada que ver contigo ni con Alexis. Eso es lo unico que te puedo decir. ?Te basta?

– Si no me lo vas a decir a mi, al menos deberias decirselo a tu esposa. Esta muy preocupada. Le estas haciendo pensar que tu actitud no es el mejor modo de demostrarle que la amas.

– De acuerdo. Se lo explicare a ella.

– ?Le vas a decir lo que estas haciendo?

– No puedo hacerlo todavia. Aun no, pero te aseguro que no se trata de nada malo. Tienes que creerme.

Riley habia aprendido hacia mucho tiempo a no confiar en nadie. Por mucha simpatia que sintiera por Zeke, no iba a cambiar aquella regla por el.

– Si lo que estas haciendo termina por afectar mi campana, no solo te despedire, sino que hare todo lo que pueda para arruinarte -dijo Riley-. ?Nos entendemos?

– Claro. Se que no conociste nunca a tu tio, pero yo si. Probablemente no quieras escuchar esto, pero te pareces mucho a el.

– Gracias por decirmelo -le espeto Riley muy secamente.

Efectivamente, no le habia agradado.

– Hablaremos muy pronto,

Cuando Zeke hubo recogido sus papeles y hubo marchado, Riley se quedo mirando la puerta durante un largo tiempo. Queria creer que el problema estaba solucionado, pero la tension que sentia en su interior le decia todo lo contrario. Zeke estaba tramando algo y Riley deseaba saber de que se trataba.

Tomo el telefono, y saco un trozo de papel del bolsillo de la camisa.

– Hola, soy Gracie -dijo una voz femenina, despues de que el telefono sonara en dos ocasiones.

Riley sonrio. ?Quien le habria dicho a el que iba a llamar a Gracie Landon a proposito?

– Soy Riley. He estado hablando con Zeke.

– ?Y? -pregunto ella. Riley le describio rapidamente la conversacion-. Alexis no se va a quedar satisfecha con eso.

– Ni yo tampoco. Voy a seguirlo esta noche para ver adonde va.

– Quiero ir contigo.

El instinto le decia a Riley que debia responder que no, pero entonces recordo con quien estaba tratando. La Gracie que conocia se limitaria a seguirlo, lo que significaba que la situacion se podria complicar aun mas.

– Esta bien. Te recogere alas seis y media. ?Te alojas en la casa de tu madre?

– No. Tengo una casa alquilada -contesto ella. Le dio la direccion-. Todo esto es genial. Jama he seguido antes a nadie.

– Estupendo. Esta es la oportunidad perfecta para recordar tu pasado como acosadora.

Capitulo 4

Gracie no estaba segura de que ropa se debia llevar para seguir a alguien. En las peliculas, todo el mundo llevaba colores oscuros y tomaba cafe. Ella no podia tomar cafe tan tarde, en primer lugar para poder dormir y en segundo para que el estomago no le ardiera. Ya se sentia suficientemente nerviosa.

– Primero la ropa y luego la intendecia -se dijo delante del armario.

No se habia llevado mucha ropa. La mayor parte del espacio de su Subaru habia estado dedicado a suministros para su trabajo, por lo que habia tenido que limitar su guardarropa a dos maletas y pequenas. Por supuesto, cuando las preparo, no habia tenido en cuenta que podria jugar a ser chica Bond con un atractivo Riley 007.

– Negro -murmuro mientras buscaba unos pantalones. Vio unos negros. Seguramente tenia una camiseta negra en alguna parte. Con eso serviria.

Encontro la camiseta en un cajon. Desgraciadamente, estaba decorada con una silueta blanca de unos novios y que llevaba escrito el logo de Novias en la Playa 2004, acontecimiento al que habia acudido el verano anterior.

A pesar de todo, decidio ponersela. Se miro en el espejo y se dio cuenta de que cabello rubio llamaria demasiado la atencion en la oscuridad. Tras rebuscar un poco mas, encontro una gorra de beisbol. Era de color azul, por lo que no iba demasiado – bien con la camiseta negra, pero no se trataba de un desfile de modas. Ademas, no creia que Riley se fijara en lo que llevaba puesto.

Riley… Solo su nombre conseguia que se le tensara el cuerpo y que se le cuadriplicaran los latidos del corazon. Iba a tener que encontrar el modo de contrarrestar la reaccion que el le producia. Solo estaban juntos para averiguar lo que estaba tramando Zeke. Le daba la sensacion de que, si pudiera elegir, Riley preferiria pasar la velada con un asesino en serie que con ella. Cualquier atraccion por su parte era una mala idea.

Se puso unas sandalias y se dirigio a la parte delantera de la casa. El ligero golpeteo en el techo le dijo que la lluvia prometida por la prediccion meteorologica habia llegado por fin. Tomo un chubasquero y se fue a buscar su bolso y las llaves.

Segundos mas tarde, unos faros iluminaron las ventanas. Habia llegado.

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