Jill Shalvis

Cura de amor

Cura de amor

Titulo Original: Luke (2003)

Serie Multiautor: 3? Heroes americanos

Capitulo 1

Las dos mujeres medio desnudas jugaban en el agua a solo unos pasos y Luke Walker bostezaba. Bostezaba.

Sin duda, estaba a punto del agotamiento. Detras de el estaba su casa de los riscos de Malibu. Frente a el, las chicas del bikini.

Y en su interior… el agotamiento. De hecho, habia sobrepasado el agotamiento y estaba a punto de llegar a la muerte cerebral, pero ?quien le estaba siguiendo la pista?

Por desgracia, ni siquiera dormir lo ayudaba. No ese dia no, cuando cada vez que cerraba los ojos, se trasladaba atras en el tiempo.

La sangre corriendole por las manos, salpicando sus pantalones mientras el permanecia junto al nino de seis anos que permanecia inmovil. Los camilleros lo trasladaban al quirofano mientras Luke daba ordenes y trataba de mantener cerrada la herida del nino, a la vez que rezaba a un Dios que no estaba seguro de que pudiera oirle.

– ?Y como es que no estas ahi jugando con las chicas?

Al oir la voz con acento espanol, Luke abrio los ojos. Carmen DeCosta creia que lo conocia lo bastante bien como para mangonearlo. Ella permanecio alli con las manos en sus anchas caderas, esperando una respuesta.

?Es que todo el mundo iba a mirarlo mal?

– No empieces -le advirtio-. Intento tomarme un respiro.

– Bien. No lo haces a menudo -la mujer de piel y cabello oscuro se dejo caer sobre la arena, al parecer, tomandose un descanso en su tarea de limpiar la casa de Luke para ofrecerle su opinion sobre su vida.

Nada nuevo. Le encantaba mangonearlo. Tambien, sermonearlo, y el sabia que ella se consideraba como una sustituta de su madre, puesto que la suya verdadera habia muerto.

Pero Luke no necesitaba una madre. De hecho, nunca la habia necesitado. Sin embargo, no habia conseguido convencerla.

Miro hacia la rompiente de las olas, a las chicas con ridiculos bikinis y no vio nada mas que al doctor Leo Atkinson, del South Village Medical Center, frunciendo el ceno. Luke era el jefe del area de urgencias, pero Leo era el jefe de cirugia. Tambien era el director de varios departamentos. Asi que, aunque tecnicamente eran iguales, Leo tenia mas poder, puesto que estaba en la junta directiva del hospital y en el ayuntamiento. Algo que a Luke le parecia bien, ya que solo queria que lo dejaran en paz para poder curar a la gente y no tener que navegar en las hediondas aguas de la politica hospitalaria.

– Llegaste demasiado lejos, Luke -le habia dicho Leo-. Eres una pesadilla de la mercadotecnia y, ahora, por desgracia, tendras que hacer algo o no te volveran a nombrar director del area de urgencias en este siglo.

Por supuesto, se referia a cuando Luke habia hecho un comentario acerca de la idiotez de los burocratas que dirigian el hospital despues de enterarse de que habian ayudado a financiar el centro Healing Waters Clinic, un lugar donde la medicina convencional ni siquiera se practicaba.

El comentario se habia filtrado a la prensa, y lo habian publicado en Los Angeles Times y en The South Village Press. Las consecuencias habian sido inmediatas. El dueno de la clinica habia llamado a la direccion del hospital, que se lo habia dicho a Leo, quien habia hablado con Luke.

– Arreglalo. Retractate de tu comentario -le habia dicho.

No era tan sencillo. Para Luke, las cosas eran blancas o negras.

Cuando se trataba de una urgencia medica, podia solucionarla o no. Y la mayor parte de las veces, si lo hacia.

Para el no habia zonas grises, nada intermedio.

Pero Healing Clinic Waters… Alli se trabajaba en esa zona gris de la aromaterapia, la acupuntura, la fisioterapia… el yoga.

Que la junta directiva financiara un lugar como ese cuando el hospital rechazaba pacientes que no podian pagar, pacientes que necesitaban asistencia medica, era una necedad.

En su modesta opinion.

Que al parecer, no era tan modesta. Iban a penalizarlo por su comentario. De la peor manera posible.

– Las cosas son como son -le habia dicho Leo a modo de disculpa-. Eres estupendo con tus pacientes, pero cuando se trata de los demas… la junta directiva, tus empleados… todos dicen que eres una pesadilla, e incluso yo estoy de acuerdo. Tienes que aprender a ser mas delicado, Luke, o por muy bueno que seas, vas a conseguir que te despidan. En vista de eso, vas a ofrecer tus servicios de manera voluntaria, todos los sabados durante tres meses, en Healing Waters Clinic.

Luke lo habia mirado un instante.

– ?Por que no me quitas la licencia? Seria menos doloroso.

Leo se habia reido y le habia dado una palmadita en la espalda.

– Disfruta, Luke. Es tu ultima oportunidad para demostrar que sabes jugar en equipo.

«Jugar en equipo», penso. Su meta mas anhelada. No. Contemplo el oceano y siguio dandole vueltas al tema.

– Bonita vista -dijo Carmen senalando las chicas en bikini con la mirada.

El se encogio de hombros. Maldita sea, el era un buen medico. Un medico estupendo. Eso debia de ser todo lo que importara, no lo que le contara a la prensa ni como tranquilizara a los que lo rodeaban.

– Entonces… -Carmen se apoyo sobre los codos, como si ya no pensara limpiar mas-. ?A cuantos pacientes has visto hoy?

– A muchos -dijo Luke con un suspiro.

– ?Alguna paciente interesante? Digamos… ?alguien lo bastante interesante como para salir con ella?

?Por que un hombre soltero siempre era un blanco irresistible?

– ?Por que lo preguntas?

– Porque una de ellas te trajo unas galletas. Debes de haberle causado una buena impresion, doctor Luke.

Una ola tras otra rompia contra la orilla, provocando las carcajadas de las bellezas que jugaban en el agua. Luke inhalo la brisa marina y espiro despacio.

– ?No quieres saber quien dejo las galletas? Deja que te haga recordar. Rubia, alta, guapisima. Y… -Carmen coloco las manos delante de sus pechos-. Pechugona. Luke inhalo de nuevo.

– ?Estas escuchandome?

– Intento no hacerlo.

– ?Ay! ?Quieres saber quien te dejo las galletas o no?

Lucy Cosine. El la habia cosido a principios de semana. No se habia detenido en un semaforo en rojo y se habia empotrado contra un camion, atravesando el parabrisas con la cabeza. Tenia veintitantos anos, era rica y buscaba marido, esas habian sido sus palabras, no las de el, y, al parecer, Luke encajaba en lo que ella iba buscando.

Una lastima que no estuviera en el mercado.

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