no iba a tener como defenderse cuando con la expresion mas severa que nunca, el le ordeno-. Terminaremos esta conversacion adentro -y aunque Fabia hubiera preferido que solo le hiciera entrega de las llaves de su auto y la dejara ir, comprendio que existen ciertas responsabilidades en la vida que uno tiene que enfrentar.

Sintiendose mas infeliz que nunca y considerando que en efecto le debia una explicacion, entro con el y Azor a la casa. En el vestibulo Ven le dio la orden al perro, de que se fuera de alli y luego camino hacia la puerta de la sala.

– ?Aqui dentro! -le ordeno con tono agrio y le abrio la puerta. No podia hacer mas que obedecer-. ?Toma asiento! -parecio grunir.

Pero ella no queria sentarse, deseaba terminar lo mas rapido posible el fastidioso asunto. De modo que se quedo de pie y pregunto:

– ?Como lo averiguaste?

– Yo soy el que va a hacer las preguntas -la callo con un grito. Y mientras ella pensaba en eso, el murmuro algo en checo-. ?Maldicion, como lograste enganarme! -grito y mientras ella pensaba que su indignacion se debia al hecho de que ella habia pretendido ser una reportera y no lo era, el prosiguio con el rostro livido, haciendo mas critica la situacion-. Querias tanto, esa entrevista que estabas dispuesta a cometer adulterio para…

– ?Adulterio! -interrumpio ella, sintiendo nauseas y palideciendo tambien-. ?Estas casado! -exclamo.

– ?Yo no! -grito-. ?Tu!

– Yo no estoy casada -declaro Fabia y por un momento se sintio confundida porque el le habia dicho que no era casado, hasta que comprendio que creia que ella era la senora Barnaby Stewart. Era obvio por la siguiente pregunta agresiva:

– ?Entonces quien demonios eres tu?

Era una pregunta justa y Fabia sabia que le debia una explicacion. Ademas de que, alli de pie con una expresion que no permitia negativas, no le estaba dejando mas alternativa, Respiro hondo.

– Me llamo Fabia Kingsdale -le confeso-. Cara Kingsdale, la senora Barnaby Stewart, es mi hermana.

No sabia que esperar despues. Probablemente Ven queria matarla por el engano. Pero para su asombro no hizo nada parecido, sino que sacudio la cabeza con alivio.

– No crei que me habia equivocado con tu inocencia -declaro enfadado y empezo a recuperar el color-. Tu virginal timidez cuando estuvimos juntos -empezo a decir, pero Fabia no queria hablar del asunto ni en ese momento ni nunca. Aunque desde su punto de vista ella habia estado tan dispuesta que no habia siquiera recordado la timidez. Pero el hecho de que el hubiera encontrado inocencia en sus respuestas…

– Bueno -lo interrumpio ella de prisa-. No estoy aqui para discutir tales… tales…! Vine a recoger mi auto.

– ?Tu auto?

– Si, ?no lo sabias? Lubor me aviso por telefono…

– Le habia dado instrucciones de que te avisara -la interrumpio Ven.

– Comprendo -murmuro la joven, aunque no entendio. Pero, contenta de haber evadido el tema de su virginal inocencia y de la contradiccion de estar casada.

– Bueno, si no te importa, recogere mi coche y regresare a Inglaterra y…

– ?Si que tienes descaro, senorita inglesa, eso te lo puedo asegurar! -le grito Ven antes que ella pudiera terminar y Fabia supo que retirarse no seria tan facil como esperaba. De hecho estuvo segura de eso cuando-. Como no te vas a ir a ninguna parte, quiza quieras mejor tomar asiento -le sugirio el.

Esa vez le parecio buena idea. Las piernas, admitio, ya no la sostenian. Se alejo de el y se acomodo en el sofa donde se habia sentado anteriormente. Pero esa vez no estaba a gusto alli y cuando el coloco una silla cerca del sillon y se sento frente a ella, Fabia tuvo el horrible presentimiento de que no la dejaria en libertad hasta que no le revelara hasta el ultimo detalle.

Cosa que, admitio para si, era su pleno derecho, considerando que, creyendo que era otra persona, la habia alojado, alimentado, paseado… Llego de pronto a una decision. Le revelaria todo acerca de su engano y de la razon por la cual habia pretendido ser Cara Kingsdale, pero nada de la idiota de Fabia que estaba perdidamente enamorada de el.

– No sabes cuanto lo siento -empezo ella-. Se que eso no es excusa para que yo haya tratado de suplantar a Cara, pero esa ha sido la unica mentira.

– ?Tienes veintidos anos?

– Si.

– ?Eres reportera?

– No, perdoname -se volvio a disculpar-. Trabajo con mis padres.

– ?En Gloucestershire con los perros? -le pregunto el, haciendola sentir bien porque lo habia recordado.

– Correcto. Me encargo de cuidarlos. Lo siento -repitio-, no era una broma -titubeo y anadio-. Es que estoy nerviosa.

– ?Por mi? No deberias estarlo -le aseguro Ven. Ella lo miraba asombrada-. Jamas te haria dano.

– Yo… Hmm… nunca pense que podrias hacerme dano… -lo miro con los ojos bien abiertos-. Pero… debes estar furioso conmigo.

– Lo estaba, pero es por otra razon… -callo, pensando como seguir. Y de hecho cambio el tema-. ?Quieres explicame el motivo por el cual, malamente, intentaste asumir el papel de tu hermana la reportera?

– ?Malamente? -pregunto ella-. ?Lo hice tan mal?

– Pesimo -respondio y se gano de nuevo su simpatia al sonreir. Permitame decirle senorita Kingsdale que su tecnica para entrevistar es apabullante.

– ?Pero si nunca pude siquiera empezar! -protesto Fabia.

– Precisamente -respondio el-. Por experiencia con la comunidad periodistica puedo decir que para ellos no existen preguntas demasiado intimas o personales. Y no existe ningun miembro del personal a quien no traten de sobornar. Te aseguro que tu hermana no hubiera perdido tantas oportunidades como las que tu tuviste.

– No consegui ni una respuesta a todas las preguntas de la lista -revelo Fabia.

– ?Tienes una lista?

– Bien larga. Cara me la entrego. Esta entrevista significa tanto para ella -explico de prisa-. Estabamos listas para venir a Checoslovaquia para que ella te entrevistara y para que ambas tomaramos unas vacaciones mientras su esposo iba a trabajar a los Estados Unidos. Luego Cara iba a tomar un avion para ir a vacacionar con su esposo. Pero cuando llegue con mi auto a Londres para recogerla como habiamos quedado, me encontre con que habia recibido, una hora antes una llamada y le avisaron que Barney estaba enfermo. De modo que era natural…

– Que ella volara a Estados Unidos para estar con el -la interrumpio Ven.

– Yo me hubiera ido con ella, pero, como te dije, la entrevista significaba tanto para Cara que no podia cancelarla, ni queria dejar que alguien la hiciera, quiero decir, ningun otro periodista.

– Y te escogio a ti -murmuro el.

– Sinceramente no queria enganarte -declaro Fabia con angustia-. Pero Barney estaba tan enfermo y Cara tan preocupada, que parecia tremendo que yo no quisiera dedicar una hora de mi vida en hacer ese gran favor.

– De modo que aceptaste, al grado de querer usar su nombre.

– Te juro que no queria hacerlo. Creeme, pero…

– ?Pero lo hiciste por el carino que le tienes a tu hermana?

– ?Puedes entenderme? -murmuro Fabia, mirandolo con sus grandes ojos verdes con expresion de suplica.

– Si -respondio el-, por lo poco que te conozco entenderia menos si te hubieras negado.

– ?Oh! -murmuro ella y no estaba segura de que sentia despues de esa respuesta. No sabia si deseaba que el supiera mas acerca de su persona y de lo que la hacia reaccionar-. Ya se que tu dijiste que tu eras quien haria las preguntas y tenias todo el derecho -anadio-, pero… hmm ?cuando descubriste que yo no era reportera y que Cara era la esposa de Barnaby Stewart? ?Me lo puedes decir?

– No veo para que -respondio, pero la contento al agregar-: Lo hare tratandose de ti. Era aparente desde un principio que si eras una reportera, aunque no de las mas tercas.

– ?Yo sola me delate?

– Me dejabas desviar tus preguntas con demasiada facilidad -le respondio-. ?Te sorprende que desde la primera vez que te vi… me intrigaste?

– ?Oh! -murmuro Fabia de nuevo. Pero ordeno a su estupido corazon que no se entusiasmara, que Ven solo

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