– Le di una hora para vaciar su escritorio. Una hora en la que, a sabiendas de que yo nunca concedo entrevistas, le escribio a tu hermana, y le concedio una cita.

– ?Valgame Dios! -exclamo Fabia-. Eso no estuvo nada bien.

– Y eso es decir poco -Ven sonrio y la miro con adoracion-. No solo habria puesto a tu hermana en un aprieto, ya que no hubiera podido encontrarme si todo hubiera resultado como yo lo tenia planeado…

– ?Por que te fuiste a Praga?

– No tenia planeado ir a alla entonces. De acuerdo a mis planes, debia estar concentrado en el ultimo capitulo de mi obra, que es cuando por nada del mundo acepto interrupciones y Milada lo sabia muy bien. Lo que ella no sabia, claro, era que habia terminado de escribir unos dias antes de lo que esperaba y por eso no estaba aqui cuando tu, en lugar de tu hermana, llegaste.

– ?Quieres decir que cuando te mostre la carta que Milada le envio a Cara era la primera noticia que tu tenias de la entrevista? -ella no daba credito a lo que le estaba diciendo.

– Efectivamente -pero antes que ella se sintiera mortificada expreso-. ?Te he dicho ya lo feliz que estoy con toda mi alma de que hayas venido?

– ?Oh, Ven! -suspiro-. ?Asi que Lubor no estaba bromeando cuando le sorprendio que tu hubieras concedido una entrevista! El sabia que era un error.

– Cuando regrese de dejarte en el hotel aquel lunes, le pedi que me trajera toda la correspondencia con Verity. No habia ninguna.

– ?La habia destruido Milada Pankracova?

– Asi parece.

– ?Que odiosa mujer!

– Pero Lubor me dijo que la entrevista estaba anotada en tu diario -recordo Fabia de repente-. ?Me aseguro que la habian pasado por alto, te lo juro!

– ?No te dije que es muy buen secretario? -sonrio-. En sus referencias estaba que es una persona de gran lealtad.

– ?Caramba! -exclamo ella y reflexiono sobre todo lo que habia sucedido porque Milada habia querido jugarle a Ven una mala pasada-. Y alli estaba yo, en Praga, pensando que no querias discutir lo de la entrevista porque estabas fatigado de haber trabajado durante tanto tiempo sin ningun descanso.

– Puedo recuperarme muy rapido -la informo Ven-. Aunque ya que hablamos de Praga otra vez, tengo que explicarte que, cuando regresamos a nuestra suite despues de cenar esa noche, sintiendo que mis emociones estaban en ebullicion, tuve que inventar que tenia una cita con alguien…

– Inventar… no…

– Necesitaba estar solo para pensar las cosas, tu me distraias demasiado -murmuro el.

– Que bueno -comento ella-. Y yo me acoste a dormir sintiendome desgraciada y con la conciencia llena de Culpa por mis pecados, tuve la horrible pesadilla de que tu estabas en peligro. ?Fue casi dormida que sali corriendo a la sala, para tratar de salvarte!

– ?Tu querias salvarme! -exclamo con felicidad Ven y tuvo que besarla-. Yo necesitaba ayuda de alguien cuando volvi al hotel y descubri que habias tomado el tren de regreso a Marianske Lazne.

– Tu… hmm… ?regresaste por mi?

– Corriendo como conejo. A pesar de que todavia no me habia percatado bien del motivo por el cual lo estaba haciendo, decidi regresar y estuve aqui una hora antes de que el tren oficialmente llegara. ?Y estaba retrasado!

– ?Sabias que habia llegado retrasado? ?Llamaste a la estacion?

– A la estacion. Al hotel. A Inglaterra, yo estaba hecho un nudo de tension, de nervios y de miedo.

– ?Miedo? -ella abrio mas los ojos.

– Miedo de que te fueras de Checoslovaquia sin antes ir a tu hotel -le revelo y luego esbozo una sonrisa amarga-. Por primera vez en mi vida no podia pensar con logica, porque ?para que ibas a tomar un tren a Marianske Lazne si pensabas irte del pais?, para eso tomarias el avion desde Praga. Descubri que el amor no tiene logica.

– De modo que no podias razonar -advirtio ella encantada de estar escuchando todo lo que le habia revelado-, y…

– Y -continuo el-, me puse mas y mas nervioso porque no tenia tu direccion en Inglaterra.

– ?Me hubieras buscado alla?

– Claro -declaro el sin titubeos, haciendo que el corazon de Fabia estallara de alegria-. Gracias a Dios no tuve que hacerlo. Aunque entonces no lo sabia, asi que llame a tu hotel y mientras insisti en que me avisaran, sin que tu supieras, en el momento en que llegaras…

– ?Les pediste que te llamaran!

– Seguro -senalo-. Y al mismo tiempo les pedi tu direccion en Inglaterra.

– ?Cielos! -ella empezo a comprender lo angustiado que debia haber estado.

– Pero ellos, incompetentes y tontos, crei, me dieron tu direccion en algun lugar en Gloucestershire, cuando yo queria tu direccion en Londres.

– Estabas a punto de descubrir mi engano -inserto Fabia.

– Faltaba poco para que me volviera loco -la corrigio Ven-. En mi trabajo lo mas natural es confirmar todos los datos de la investigacion. En ese momento recorde que Lubor me dijo que habia dejado tu tarjeta de presentacion en mi escritorio.

– No me digas que todavia la tenia.

– Si; con el pretexto de tener que regresarle una pluma que habia olvidado, Cara Kingsdale, en mi casa, objeto que podia tener algun valor sentimental, llame a la revista Verity.

– ?Ellos te dieron la direccion de la casa de Cara?

– No solo eso, sino que mostrandose ansiosa de complacerme, la mujer con quien hable sugirio que, en vez de mandar el paquete a nombre de Cara, lo enviara, para estar mas seguro de que le llegara, con su nombre de casada.

– Salvame, Dios -musito la muchacha.

– Puedes sentirte avergonzada. ?Pase un infierno! -la regano Ven-. Estaba tan alterado, ?casada!, repeti y para encubrir mi sorpresa le dije: Se ve demasiado joven para ser casada, y la amable mujer contesto: Cara me va a matar por revelarlo, pero cumplira veintinueve en agosto. Lo se porque cumplimos el mismo dia.

– Te dije que tengo veintidos anos.

– Si, me daba cuenta de que no podias tener veintinueve. Pero como todo estaba explotando a mi alrededor, todavia no salia de mi confusion cuando me llamaron del hotel para decirme que acaba de llegar.

– Tu… -empezo Fabia a decir y luego entendio-. ?Le ordenaste a Lubor que me llamara para avisarme que habian entregado ya mi auto.

– ?No estaba de humor para hablar contigo personalmente! ?Tienes idea, mujer, de lo que sentia mientras esperaba mirando desde la ventana que llegaras en el taxi?

– ?Ya sabias entonces que estabas enamorado de mi?

– Supe en el momento en que colgue el auricular despues de llamar a Inglaterra, que no solo te amaba con todo mi corazon, sino que de ninguna manera podia aceptar que estuvieras casada con nadie mas que conmigo.

– ?Ay! -exclamo ella apabullada.

– ?Si me quieres, verdad? -pregunto Ven con ansiedad.

– Claro que te quiero y mucho.

– Mira como me has dejado… -sonrio el con ternura-. Pero claro, no tuve mas que un rato para pensar por que querias irte, si estabas dispuesta a no cumplir la promesa que le hiciste a tu hermana, ?que podia ser?, sospeche que estabas huyendo de mi porque me amabas y porque te habia lastimado mucho que te acusara de empalagosa.

– Eres muy inteligente -susurro ella temblando.

– Entonces saca a este hombre inteligente de su desolacion y dime… ?vas a casarte conmigo?

– ?Estas seguro? -pregunto ella sin dar credito a sus oidos.

– Jamas he estado mas seguro en toda mi vida. Casate conmigo, Fabia -insistio-. Deja que vaya contigo a Inglaterra, a conocer a tus padres y a concederle a tu hermana la entrevista que te trajo a mi, y…

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