Yo rei y segui la marcha.

Vencio el alquiler y yo meti todo, que no era mucho, en mi maleta de carton. 30 minutos mas tarde rodeamos un almacen de saldos y a nuestra vista aparecio una vieja casa de dos pisos.

Pepper (asi se llamaba, finalmente me habia dicho su nombre) toco el timbre y me dijo:

– Tu ponte detras, deja que me vea a mi, y cuando suene el zumbido, yo empujo la puerta y tu me sigues.

Willie Hansen siempre bajaba por la escalera hasta el rellano, donde tenia un espejo que le mostraba quien estaba llamando a la puerta, y asi podia decidir cuando estaba en casa y cuando no.

Decidio estar en casa. Sono un zumbido, la puerta se abrio y yo segui a Pepper adentro, dejando mi maleta al pie de la escalera.

– ?Nena! -ella subio a saludarle-. ?Que bueno volver a verte!

Era bastante viejo y solo tenia un brazo. Le puso el brazo alrededor y la beso.

Entonces me vio.

– ?Quien es este tio?

– Oh, Willie, quiero presentarte a un amigo. Este es el Kid.

– ?Hola! -dije.

El no me respondio.

– ?El Kid? No parece un chico. [1]

– Kid Lanny. Solia pelear bajo el nombre de Kid Lanny.

– Kid Lancelot -dije.

Subimos a la cocina, Willie saco una botella y sirvio varios vasos. Nos sentamos a la mesa.

– ?Te gustan esas cortinas? -me pregunto-. Las chicas hicieron esas cortinas para mi. Tienen mucho talento estas chicas.

– Me gustan las cortinas -le dije.

– Mi brazo se esta quedando paralizado, apenas puedo mover los dedos, creo que voy a morirme, los medicos no saben encontrar mi mal. Las chicas creen que bromeo, las chicas se rien de mi.

– Le creo -le dije.

Tomamos un par de copas mas.

– Me gustas -dijo Willie-. Tienes pinta de haber vivido, tienes pinta de haber adquirido clase. La mayoria de la gente no tiene clase. Tu tienes clase.

– No se nada sobre clase -dije- pero si que he vivido.

Tomamos algunos tragos mas y nos fuimos al salon. Willie se puso una gorra de marino, se sento delante de un organo y empezo a tocarlo con su unico brazo. Era un organo muy potente.

Habia monedas de un cuarto, de quince y perras chicas desparramadas por todo el suelo. Yo no hice preguntas. Nos sentamos alli bebiendo y escuchando el organo. Aplaudi ligeramente cuando el acabo.

– Todas las chicas estuvieron aqui la otra noche -me conto- y entonces alguien grito: ?A CORRER! y deberias haberlas visto corriendo, algunas desnudas y otras en bragas y sosten, todas se pusieron a correr y acabaron en el garaje. ?Fue condenadamente divertido! Yo me quede sentado aqui arriba y ellas volvieron a subir en fila riendose y empujandose. ?Ya lo creo que fue divertido!.

– ?Y quien fue el que grito A CORRER? -pregunte.

– Fui yo -dijo el.

Entonces se fue a su dormitorio, se quito la ropa y se metio en la cama. Pepper entro y le beso y hablo con el mientras yo paseaba recogiendo monedas del suelo.

Cuando ella salio, me senalo un lugar al final de la escalera. Yo baje a por mi maleta y la subi.

7

Cada vez que se ponia la gorra de marino, la gorra de capitan, por la manana, sabiamos que ibamos a ir al yate. El se ponia delante del espejo, ajustandosela hasta conseguir el angulo propicio, y una de las chicas venia corriendo a decirnos:

– ?Vamos a salir en el yate! ?Willie se esta poniendo la gorra!

Como si fuera la primera vez. Salia con su gorra y nosotros le seguiamos hasta el garaje, sin decir una palabra.

Tenia un viejo coche, tan viejo que tenia detras un asiento «ahitepudras» de esos que se levantan al abrir la compuerta trasera.

Las dos o tres chicas subieron delante con Willie, apretujandose y contorsionandose; no se como lo consiguieron, pero lo consiguieron. Pepper y yo abrimos la portezuela del asiento y nos metimos. Ella dijo:

– Solo sale cuando no esta de resaca y no quiere beber. El hijo de puta no quiere que nadie beba tampoco. ?Asi que ten cuidado!

– Demonios, necesito un trago.

– Todos necesitamos un trago -dijo ella. Saco una botella de tercio de su bolso y la abrio. Me la paso.

– Ahora espera a que nos mire por el espejo retrovisor. Cuando vuelva su mirada a la carretera, te tomas un trago.

Trate de hacerlo. Funciono. Entonces le llego el turno a Pepper. Cuando llegamos a San Pedro, la botella estaba ya vacia. Pepper saco algo de chicle, yo encendi un cigarrillo y saltamos afuera.

Era un bonito yate. Tenia dos motores y Willie se puso a mostrarme como poner en marcha el motor auxiliar en caso de que algo anduviese mal. Yo alli de pie, asentia sin escucharle. Algo aburrido y estupido acerca de tirar de una cuerda para ponerlo en marcha. No se.

Me enseno como sacar el ancla, para salir del muelle, pero yo solo pensaba en otro trago, y entonces salimos, y el estaba alli, en la cabina, con su gorra de capitan, llevando el timon, y todas las chicas se pusieron a su alrededor.

– ?Oh, Willie, dejame llevar el timon!

– ?Willie, dejame llevarlo!

Yo no queria llevar el timon. El le habia puesto su propio nombre al barco: EL WILLHAN. Terrible nombre. Deberia haberlo llamado EL CONO FLOTANTE.

Baje con Pepper al camarote y alli encontramos mas bebida, bastante bebida. Nos quedamos alli bebiendo. Entonces le oi apagar el motor y bajar las escaleras.

– Vamos a volver -dijo.

– ?Por que?

– Connie esta con una de sus rabietas. Tengo miedo de que salte por la borda. No quiere hablarme, me esta poniendo nervioso. Simplemente se queda alli sentada mirandome. No sabe nadar. Tengo miedo de que se tire al agua.

(Connie era la chica con la cinta alrededor de la cabeza.)

– Dejala que salte. Yo me echare a por ella. La noqueare de un golpe, todavia conservo mi punch, y la subire al barco. No te preocupes.

– No, vamos a volver. Ademas ?habeis estado bebiendo!

Se fue arriba. Yo servi unos cuantos vasos mas y encendi un puro.

8

Cuando tocamos el muelle, Willie bajo y dijo que volveria en seguida. No volvio en seguida. No volvio en tres dias y tres noches. Dejo a todas las chicas alli. Simplemente cogio su coche y se largo.

– Esta loco -dijo una de las chicas.

– Si -dijo otra.

Habia bastante comida y licores, asi que nos quedamos alli a esperar a Willie. Habia cuatro chicas incluyendo

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