Materialmente, el desastre era tambien incalculable. Aparte la expoliacion de las reservas de Espana y las deudas que satisfacer a Alemania e Italia, el pais habia quedado convertido en solar y se tardaria mucho tiempo en restablecer los medios de comunicacion. Los trenes, despanzurrados; las carreteras, intransitables; los puentes, hundidos. Franco parecia dispuesto a adoptar como se adopta a un hijo, como los Alvear habian adoptado a Eloy, una lista de ciudades y pueblos que habian sido borrados del mapa, con la promesa de reconstruirlos 'alegres y sonrientes': Madrid, Brunete, Belchite, y tantos y tantos. Ahora bien ?con que medios se llevaria a cabo eso? El periodista Bolen habia dicho: 'los espanoles tendran que apretarse el cinturon'. Pero es que, ademas, faltarian los tecnicos y la mano de obra especializada. No es que hubieran sucumbido, como pretendia Mateo, 'los mejores', pues la muerte es mil veces ciega; pero sin duda habian caido en su garra gran cantidad de hombres maduros, forjados en el duro vivir y que segun el profesor Civil constituian la medula de la sociedad. Los 'rojos' se habian ocupado de suprimir, en su zona, a la clase burguesa y dirigente; los 'nacionales' habian hecho lo propio en la suya con un amplio sector de la masa trabajadora, o la habian encarcelado u obligado a exiliarse, a repartirse a voleo por el mundo. Faltarian, por lo tanto, medicos, abogados, ingenieros, mecanicos, carpinteros, electricistas y tambien muchos campesinos. La situacion seria dificilmente remontable. Tal vez se produjera el milagro. Tal vez la palabra paz, la certeza de que ya no aparecerian en el cielo aviones de muerte y de que las armas de tierra habian tambien enmudecido, empujara a las familias a arrimar el hombro, a trabajar con redoblado esfuerzo, obedientes a una ley de compensacion similar a la que despues de las guerras ocasiona un automatico aumento de la natalidad. Pero ello no era seguro, ni mucho menos. ?Quien garantizaba que la hecatombe habria modificado el temperamento de la raza? Numerosos teorizantes afirmaban que si, que Espana, liberada del acne politico, que atavicamente le intoxicaba la sangre, y canalizada con mano firme en una sola direccion, rendiria el ciento por uno y resucitaria con vigor inesperado. Esos tales argumentaban: 'Ahora, en vez de perder el tiempo en los locales de los Partidos y en las huelgas, la gente trabajara. Por lo demas, las mujeres querran vivir mejor, normalizar definitivamente su hogar e impulsaran a los hombres a rendir el maximo. Y con tantos huecos como se han producido, oportunidades no faltaran…' por el contrario, los teorizantes pesimistas preguntaban: '?De que rendimiento estamos hablando, si puede saberse? Las familias han quedado diezmadas o divididas por odios que duraran dos o tres generaciones. La juventud ha quedado truncada, marcada para siempre. Durante anos Espana sera un pais de vagabundos, de hombres que se dedicaran al pillaje, a tomar el sol y a pecar contra el sexto mandamiento'.

Se vislumbraba, ?a que dudarlo!, un punto de luz en el horizonte. El que habia empujado a los gerundenses a reunirse en la Catedral para cantar el Te Deum. El que habia decidido a los Alvear a entregar al Tesoro Nacional nada menos que la cadena y la medalla que Ignacio rescato del cadaver de Cesar. Cierto, por encima de la catastrofe, de las divisiones y de los recuerdos horribles, se habia producido un singular contagio de entusiasmo, que alcanzaba incluso, tal vez en razon del cansancio, a seres que habian militado en el bando de los vencidos. Las palabras Religion y Patria, que durante la contienda habian saltado de monte en monte y se habian arrastrado por las vaguadas, no parecian tan desprovistas de contenido o tan faltas de garantia de continuidad como hubieran podido sospechar los componentes de la Logia Ovidio. Era preciso evocar la figura del doctor Relken cuando le dijo a Julio Garcia, en el Hotel Majestic: 'El enemigo ha conseguido la unidad'. Unidad cimentada sobre dos pilares: Dios y Espana. Unidad de millones de espanoles que creian que Dios amaba a Espana con amor de predileccion, de lo cual era prueba concluyente la victoria alcanzada por quienes combatieron enarbolando a la par la bandera nacional y el crucifijo.

Este contagio, perceptible en las calles de las urbes y en las mas remotas aldeas, se veia afianzado por la conciencia de haber prestado, con dicha victoria, un servicio inapreciable a la civilizacion occidental. Espiritu mesianico, subrayado con la sangre de tantos y tantos martires como Laura, como mosen Francisco, como el anonimo falangista Octavio. Mesianismo contra la Rusia Sovietica primero, y luego contra las 'podridas democracias' de que hablaba 'La Voz de Alerta' cada dia en el periodico. La antigua Iberia, como en tantas otras ocasiones de su historia, 'habia hecho sonar sus trompetas contra el lejano invasor asiatico y contra la cercana herejia'. La antigua Iberia habia gritado: '?basta!'. Y ahora el mundo tendria que agradecerselo, a la corta o a la larga. Porque una cosa no ofrecia la menor duda: de haber ganado los 'rojos', Espana se hubiera convertido en la cabeza de puente de Stalin en el Oeste, haciendo tambalear toda la zona geografica adscrita al cristianismo.

El sentimiento de orgullo era fuerte, intenso. La gesta podia compararse a la de Colon, a la Reconquista y a la victoria contra los turcos. De ahi que existiese el proyecto de invitar a todos los municipios de Espana a que regalasen a Franco una espada conmemorativa, replica de la del Cid. De ahi que se pensase en reconstruir cuanto antes el monumento al Sagrado Corazon del Cerro de los Angeles, que los milicianos de Madrid habian fusilado, y en poner a Espana, de una vez para siempre, bajo la advocacion de la Virgen del Pilar. De ahi que se hablase de Imperio y de influir doctrinalmente en el mundo, dandole ejemplo de coherencia, decision y espiritualidad.

Tratabase, era evidente, de un proposito nacional de signo totalitario, pero con caracteristicas peculiares, originales, segun habian admitido los propios Aleramo Berti, representante del fascismo italiano, y Schubert, delegado, en Burgos, del nazismo aleman. La originalidad del Alzamiento nacionalista capitaneado por Franco consistia en incorporar al sistema jerarquico de gobierno y a la idea de raza, de patria y de pueblo, la idea anteriormente apuntada: la idea de Dios. En fundirlas, por asi decirlo, de tal manera, que servir a la Patria y a su Caudillo fuera, por modo automatico, un acto religioso. Si acaso, tal actitud podia parangonarse en un orden simbolico con la del Japon, donde tambien desde siglos se habian unido y solidificado los conceptos de Dios y de Emperador.

Por supuesto, la responsabilidad de semejante planteamiento era enorme y parecia exceder a las posibilidades humanas. Pero el mar colectivo de fe y de esperanza ahogaba cualquier titubeo, como la adolescencia del Ferrete habia quedado ahogada en el frente de Aragon. Por otra parte, el Alzamiento espanol habia sido denominado, por la propia jerarquia eclesiastica, Cruzada, lo cual no podia decirse de ningun otro movimiento politico contemporaneo. Y por si cupieran dudas, ahi estaba el mensaje radiofonico que Pio XII acababa de dirigir a Espana: 'Con inmenso gozo Nos dirigimos a vosotros, hijos queridisimos de la catolica Espana, para expresaros Nuestra paterna congratulacion por el don de la paz y de la victoria con que Dios se ha dignado coronar el heroismo de vuestra fe y caridad, probado en tantos y tan generosos sufrimientos'. Tales palabras significaban el espaldarazo concluyente a las que Franco pronunciara en 1936: 'Yo os aseguro que mi pulso no temblara, que mi mano estara siempre firme. Llevare la Patria a lo mas alto, o morire en mi empeno'. Afirmacion en la que iba implicita la seguridad de que la trayectoria de la paz seria tan gloriosa como lo fue la de la guerra.

CAPITULO II

Gerona iba a ser, una vez mas, la piedra de toque de lo que habia de ocurrir en todas y cada una de las capitales espanolas, especialmente en las recien 'liberadas'. El Ejercito, la Iglesia, el Partido y la Autoridad Civil se aduenaron de la poblacion y de la provincia, de acuerdo con los principios establecidos. Estos cuatro instrumentos de poder trabajarian comunitariamente, en contacto continuo, para llevar a feliz termino 'el mandato de los muertos'.

Al mes escaso de haber terminado la guerra, las jerarquias depositarias del Nuevo Orden ocupaban ya sus puestos. Representante del Ejercito lo era, con todas las prerrogativas, el general Sanchez Bravo, que habia sido nombrado gobernador militar. El general Sanchez Bravo se habia instalado en los Cuarteles de Infanteria, los cuarteles de Santo Domingo. Tenia cincuenta y dos anos de edad y era oriundo de Leon, donde su padre, fallecido antes del Alzamiento, habia ejercido de oftalmologo. El general decia siempre que la profesion paterna le habia impreso huella, acostumbrandolo a mirar con fijeza a los ojos de los demas y despertandole viva aficion por los prismaticos, los catalejos, los telescopios y otros instrumentos de observacion.

Sirvio a la Causa desde el 18 de julio de 1936 -por entonces era coronel- y tomo parte activa en la batalla del Norte, en la llegada al Mediterraneo y en el asalto a Cataluna. Bajito de estatura, de cuello corto, era energico y poco sentimental. Hablaba tajante y tenia una hermosa voz. Su rasgo mas caracteristico era la rectitud. Hubieran podido llamarlo 'el insobornable'. No admitia apanos y predicaba siempre con el ejemplo. Cuantos habian servido a sus ordenes guardaban de el un grato recuerdo. Su coronel ayudante, el coronel Romero, dividia los generales en dos clases: los que al termino de una batalla decian 'hemos sufrido tantas bajas' y los que decian 'he perdido tantos hombres'. El general Sanchez Bravo era de estos ultimos.

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