Era del dominio publico que en el Partido de la Derecha habia mucha gente del mundo empresarial que se lo pasaba en grande y hacia lo que le pedian las organizaciones del sector. Pero el partido mas impecable de Dinamarca tambien habia atraido siempre a policias y personalidades militares, sabe Dios por que. Sabia que en aquel momento habia por lo menos dos de aquellos en la Derecha dentro del Parlamento de Christiansborg. Uno de ellos era un tipo sordido que solo habia pasado por el organigrama de la policia para despues salir de el a toda velocidad, pero el otro era un veterano subcomisario de la Policia Criminal, un tipo majo que Carl conocia de su epoca de Randers. No era de ideas especialmente conservadoras, pero el distrito electoral era su tierra natal, y seguro que el trabajo estaba bien pagado. De modo que Kurt Hansen de Randers se convirtio en parlamentario del Partido de la Derecha y en miembro de la Comision de Justicia, y en la mejor fuente de informacion de tipo politico para Carl. Kurt no lo contaba todo, pero era facil de sonsacar si el caso le interesaba. Claro que Carl no sabia si este le interesaba.

– El senor subcomisario Kurt Hansen, supongo -dijo cuando oyo la voz al otro lado de la linea.

Se oyo una risa suave y profunda.

– Vaya, cuanto tiempo sin saber de ti, Carl. Me alegro de oir tu voz. Dicen que te dieron un balazo.

– No fue para tanto. Ya estoy bien, Kurt.

– Peor les fue a tus dos companeros. ?Como va la investigacion?

– Estan en ello.

– Me alegro, de verdad. Estamos trabajando en una proposicion de ley para aumentar en un cincuenta por ciento las penas por atentado contra la autoridad. Espero que funcione. Tenemos que ayudaros en las barricadas.

– Muy bien, Kurt. Tambien habeis aprobado una partida especial para la Brigada de Homicidios de Copenhague, por lo que he oido.

– No, no me suena.

– Bueno, puede que no sea para la Brigada de Homicidios, sino para alguna otra cosa en Jefatura, no es ningun secreto, ?verdad?

– ?Tenemos acaso secretos en cuestiones presupuestarias? -pregunto Kurt con una risa tan franca como solo puede emitir alguien con una jubilacion generosa.

– Entonces ?a que habeis destinado la partida, si puede saberse? ?Es algo de la Policia Nacional?

– Si, la seccion pertenece en realidad al ambito del Centro de Investigacion Nacional, pero para que no sea la misma gente la que vuelve a investigar los casos, se ha decidido que haya un departamento independiente administrado por la Brigada de Homicidios. Se ocupara de casos de especial importancia, pero eso ya lo sabras.

– ?Te refieres al Departamento Q?

– ?Lo llamais asi? Vaya, es un nombre estupendo.

– ?A cuanto asciende la partida?

– No sabria darte una cifra exacta, pero andara entre seis y ocho millones anuales durante los proximos diez anos.

Carl observo el cuarto del sotano, pintado de verde claro. Bueno, ahora ya entendia por que Marcus Jacobsen y Bjorn insistian tanto en deportarlo a tierra de nadie. Entre seis y ocho millones, le habia dicho. Directamente al bolsillo de la Brigada de Homicidios.

Aquello iba a salirles caro, por sus huevos.

El jefe de Homicidios volvio a mirarlo antes de quitarse las gafas de leer. Esa era la expresion que solia tener cuando contemplaba un escenario del crimen donde las huellas no estaban claras.

– ?Que quieres un coche de uso exclusivo? ?Tengo que recordarte acaso que nadie tiene un coche para uso personal en la policia de Copenhague? Cuando tengas que usar uno tendras que ir al despacho de vehiculos. Como los demas, Carl, es lo que hay.

– Yo no trabajo en la policia de Copenhague. Simplemente me administrais.

– Carl, sabes perfectamente que la gente va a quejarse por ese trato preferente, ?verdad? Y dices que seis hombres para tu departamento. Oye, ?te has vuelto loco?

– Solo trato de estructurar el Departamento Q para que funcione como esta previsto, ?no es lo que tengo que hacer? Como tu comprenderas, tener a toda Dinamarca bajo mi responsabilidad es mucho territorio. O sea, ?que no vas a darme seis hombres?

– Claro que no.

– ?Cuatro? ?Tres?

El jefe de Homicidios sacudio la cabeza.

– O sea que tengo que hacerlo yo todo.

El otro asintio en silencio.

– Entonces ya ves que no puedo prescindir de un coche con disponibilidad total. ?Que hago si tengo que ir a Alborg o Naestved? Y soy un hombre ocupado. Ni siquiera se cuantos casos van a terminar en mi mesa, ?no?

Se sento frente a su jefe y se sirvio cafe en la taza que habia dejado el subinspector.

– Pero de todas formas voy a necesitar algun asistente alli abajo. Uno que tenga carne y pueda ayudarme con mis cosas. Enviar faxes y cosas asi. Hacer la limpieza. Tengo demasiado trabajo, Marcus. Tambien queremos resultados, ?no? El Parlamento querra algo a cambio de su dinero, ?no? ?Cuanto era? ?Ocho millones? Eso es mucho dinero.

Capitulo 7

2002

No habia calendario lo bastante grande para la vicepresidenta del grupo parlamentario de los Democratas. Entre las siete de la manana y las cinco de la tarde, Merete Lynggaard tenia catorce reuniones con representantes de diversas organizaciones. Le presentarian por lo menos cuarenta caras nuevas en su calidad de portavoz de Sanidad, y la mayoria de ellos esperarian que conociera su historia y actividades, sus expectativas de futuro y los respaldos cientificos con que contaban. Si hubiera contado aun con Marianne como apoyo, habria tenido alguna probabilidad, pero la nueva secretaria, Sos Norup, no era tan lista. Eso si, era discreta. Durante el mes que llevaba en el despacho de Merete no habia hecho ni una sola mencion de caracter personal. Era un robot nato, aunque tenia problemas con la memoria RAM.

La organizacion reunida con Merete habia estado de ronda. Primero con los partidos del Gobierno, y despues llego el turno del principal partido de la oposicion, es decir, de Merete Lynggaard. Parecian bastante desesperados, y con razon, porque poca gente del gabinete se preocupaba por nada aparte del escandalo de Farum y los ataques del alcalde a varios ministros.

La delegacion hizo lo posible para informarla debidamente de los posibles efectos negativos para la salud de las nanoparticulas, el control magnetico del transporte de particulas por el cuerpo, la defensa inmunitaria, las moleculas de reconocimiento y las investigaciones con placenta. Esto ultimo era su tema estrella.

– Somos plenamente conscientes de las cuestiones eticas que pueden surgir -afirmo el portavoz-. Por eso sabemos tambien que los partidos del Gobierno representan a sectores de la poblacion que se opondran a una recogida generalizada de placentas, pero aun asi debemos lograr que se aborde la cuestion.

El portavoz era un hombre elegante en la cuarentena que llevaba mucho tiempo ganando millones en el sector. Era fundador del famoso laboratorio medico BasicGen, que sobre todo ofrecia investigacion basica a otras empresas farmaceuticas mas grandes. Cada vez que se le ocurria una nueva idea se plantaba en los despachos de los portavoces de Sanidad de los diversos partidos. A los demas integrantes del grupo no los conocia, pero observo que detras del portavoz habia un joven mirandola fijamente. Ofrecia al portavoz del grupo unos pocos datos, tal vez estuviera alli solo para observar.

– Este es Daniel Hale, nuestro mejor colaborador en cuestiones de laboratorio. El apellido suena a ingles, pero Daniel es danes de pura cepa -dijo despues el portavoz al presentarlo cuando ella los fue saludando uno a

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