– ?Hablarlo, si! Pero ?lo sabemos con seguridad?

– ?Eso es lo que dice Petra, y eso es lo que dice su medico!

Laureen suspiro. Bryan sabia perfectamente que llevaba los ultimos meses preocupada por el reencuentro con James.

Desde que volvieron a casa.

– ?Me alegro de que se hayan instalado en Dover y no en Canterbury! -prosiguio.

– ?Lo se. Laureen! -Bryan dejo vagar la mirada por los caminos que cruzaban la carretera. El trafico se estaba agotando. Eso queria decir que pronto llegarian a su destino. No era la primera vez que circulaban por aquella zona, pero tampoco era la parte de Dover que mejor conocia. Sacudio la cabeza-. ?Y que querias que hiciera alli? -prosiguio sin mirar a Laureen-. Ni su casa familiar ni su familia se encuentran ya en Canterbury. ?Elizabeth vive en Londres!

– ?Que por que iba a vivir en Canterbury? -Laureen paso un panuelo por el cristal-. ?Pues no lo se! -Bryan percibio su mirada-. ?Tu vives en Canterbury!

Bryan sonrio disimuladamente.

– ?Me temo que eso no le importa demasiado, Laureen! -Detras de la neblina descansaban las pesadas nubes que anunciaban el acantilado y el canal-. ?Petra dice que nunca habla de mi!

Bryan se encogio de hombros.

– Dicen que las cicatrices que han descubierto en su cerebro durante las exploraciones que le han realizado se deben a diversas embolias pequenas. ?No me extranaria nada!

– ?En que estas pensando?

El hombre que Bryan veia estaba tumbado en una cama, inmovil, con los ojos brillantes, marcado por los electroshocks y las pastillas, las vejaciones de los otros pacientes, el aislamiento y el temor diario por su vida.

– Pienso en muchas cosas. ?Pero sobre todo pienso en las transfusiones de sangre que le hicieron! ?Es un milagro que haya sobrevivido!

– ?Y como le van las cosas ahora?

– Supongo que van, sin mas. Petra dice que ha hecho progresos.

Laureen respiro hondo.

– Me tranquiliza. Tambien pensando en lo que te estas gastando en sus tratamientos -dijo Laureen sacando el labio superior y entrecerrando los ojos.

Bryan sabia que ella habia notado su desasosiego.

– Seguro que todo ira bien hoy, querida -dijo.

– ?Ya veremos! -repuso ella enfaticamente.

La casa no era grande. Varias de las propiedades que Bryan habia estado dispuesto a comprarles eran considerablemente mas grandes. A lo largo de la cerca de piedra descansaban unas tiernas plantas de hoja perenne, yertas y con manchas blancas por el rocio de la noche.

Cuando Petra salio al patio para recibirlos vieron que habia envejecido sensiblemente.

La sonrisa que le brindo a Bryan al darle la mano era casi imperceptible.

– ?Que ganas teniamos de veros! -dijo Laureen devolviendole el abrazo.

– ?Gracias por tu invitacion, Petra! -dijo Bryan mirandola con cierto embarazo-. ?Me alegro de que esteis preparados para vernos ahora! -Petra asintio con la cabeza-. ?Como va todo? -pregunto mirando hacia la casa.

– ?Va! -respondio Petra, entrecerrando los ojos-. Ahora ya no quiere hablar aleman.

– Era de esperar, supongo -repuso Bryan mirandola fijamente.

– ?Supongo que si! ?Pero a mi me esta resultando dificil!

– Te estoy muy agradecido, Petra.

– Lo se -dijo Petra con la misma sonrisa desleida de antes-. Lo se, Bryan.

– ?Ya estais mas tranquilos, ahora?

– Si, pero al principio fue muy duro. Todo el mundo queria venir a verlo -explico ella senalando con el dedo hacia la zona que llegaba hasta el acantilado-. Aparcaban sus coches incluso en el jardin trasero.

– Bryan me conto que salio en la prensa que la segunda guerra mundial de hecho habia sido mas larga para James que para el japones que encontraron en una isla del Pacifico, hara un par de anos -comento Laureen intentando parecer admirada.

– Eso dijeron, si. Y entonces no es de extranar que los curiosos se acercaran a ver -dijo Petra invitandolos con un gesto a que se acercaran a la puerta principal de la casa. Hacia frio. No llevaba abrigo.

– ?Podriamos haberlo mantenido en secreto de no haber sido por las autoridades! -dijo Bryan mirando hacia la puerta-. ?Si al menos hubieran sabido decidir de que presupuesto habia que sacar la pension! -James todavia no habia aparecido-, De todos modos, se la concedieron, y con efecto retroactivo. Una especie de compensacion por danos y perjuicios, podria decirse.

– Si -repuso Petra abriendo la puerta. James estaba en el salon mirando por la ventana. Aunque las ventanas daban directamente al acantilado, la luz parecia no querer penetrar en la estancia. En cuanto Laureen lo vio, Bryan noto su malestar y ella se retiro en seguida a la cocina, donde Petra campaba a sus anchas.

Bryan intento encontrar acomodo para sus manos. James tenia mejor aspecto que antes; habia engordado un poco y los ojos parecian mas dulces. Petra lo habia cuidado bien. Se estremecio al oir la voz de Bryan. -?Buenos dias, James! Eso fue todo lo que logro decir.

James volvio la cabeza y se quedo mirando a Bryan un buen rato, como si tuviera que juntar los elementos de su rostro para que estos conformaran un todo. Lo saludo secamente con un gesto de la cabeza y volvio a mirar por la ventana.

Bryan se quedo sentado a su lado durante media hora, contemplando como su pecho se elevaba y se hundia.

Las mujeres se divertian en la cocina. Era evidente que la conversacion informal y ligera le sentaba bien a Petra. Laureen no tenia intencion de moverse de alli. Miraron a Bryan con curiosidad cuando este entro en la cocina.

– No me ha hablado.

Bryan se acerco a la mesita y tomo asiento pesadamente.

– Nunca dice gran cosa, Bryan.

– ?Es que nunca esta contento?

– De vez en cuando. Ultimamente no se ha reido demasiado -explico Petra mientras sacaba otra taza del armario de la cocina-. Supongo que ya volvera a reir. En cierto modo puede decirse que James ya esta mucho mejor. Pero el proceso es lento, o al menos eso me parece a mi.

Bryan poso la mirada en la taza cuando Petra la relleno.

– Si hay algo que pueda hacer yo, no dudes en decirmelo.

– No hace falta que hagas nada.

– ?Dinero?

– ^Ya nos das mas que suficiente. Y luego esta la pension.

– Ya me avisaras, si necesitas algo.

– Asi lo hare.

Bryan percibio el escepticismo en el tono de voz de Petra que acompano la siguiente frase:

– ?Y ademas estan los dibujos!

– ?Los dibujos?

– Si, los dibujos que habia en el rollo que James le quito a Kroner -dijo Petra, que alzo la mano en cuanto vio que Bryan se disponia a preguntar. Le pidio que esperara y abandono la cocina.

– ?Esta raro, Bryan? -pregunto Laureen, mirandolo preocupada de reojo. Parecia que no quisiera conocer la respuesta.

– Un poco, si.

– ?A lo mejor hemos venido demasiado temprano!

– Es posible. Cuando hayamos comido, creo que le pedire que vayamos a dar una vuelta. Asi, a lo mejor consigo que me hable.

Laureen dejo la taza de te sobre la mesa.

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