– Vaya Melanie -dijo Kevin, rebosante de alegria-, eres fabulosa. Por un momento pense que habiamos hecho el viaje en balde.

– ?Un puente que se despliega con una llave? -pregunto Jack-. Parece un artilugio muy moderno para un rincon remoto en medio de la selva.

– Hay un desembarcadero a la derecha -explico Kevin-.

Atracaremos la piragua alli.

Jack, que estaba en la popa, remo hacia atras para girar la proa hacia la isla. Unos minutos despues, chocaron contra unos maderos.

– Muy bien -dijo Kevin y respiro hondo. Estaba nervioso.

Sabia que iba a hacer algo que nunca habia hecho: convertirse en una especie de heroe-. Os sugiero lo siguiente: vosotros os quedais aqui, al menos por el momento. No se como reaccionaran los animales al verme. Son sorprendentemente fuertes, de modo que corremos un riesgo. Yo estoy dispuesto a afrontarlo por las razones que ya he mencionado, pero no quiero poneros en peligro. ?Os parece razonable?

– Es razonable -respondio Jack-, pero no estoy de acuerdo. Creo que necesitaras ayuda.

– Ademas, no estamos indefensos -dijo Warren-. Tenemos un rifle AK-47.

– ?Nada de disparos! -pidio Kevin-. Por favor, no quiero ser responsable de ninguna muerte. Por eso prefiero que os quedeis en el bote. Si algo va mal, marchaos.

Melanie se puso en pie.

– Yo soy casi tan responsable como tu de la existencia de estas criaturas. Te ayudare, te guste o no.

Kevin hizo una mueca de disgusto.

– Y no te pongas de morros -dijo ella mientras saltaba al desembarcadero.

– Sera una fiesta -dijo Jack, y se levanto para seguir a Melanie.

– ?Tu te sientas! -ordeno ella-. Por el momento, es una fiesta privada.

Jack se sento.

Kevin saco la linterna y se reunio con Melanie en el desembarcadero.

– Nos daremos prisa -prometio.

En primer lugar se dirigieron al puente. Sin el el plan fracasaria, fuera cual fuese la reaccion de los animales. Kevin introdujo la llave en la muesca, apreto el boton verde y contuvo el aliento. Casi de inmediato, oyo el rugido del motor electrico en la zona continental. Luego el puente telescopico se extendio en camara lenta por encima del rio oscuro, hasta apoyarse sobre el montante de cemento de la isla.

Kevin subio al puente para comprobar su estabilidad. Trato de sacudirlo, pero no consiguio moverlo. Satisfecho, se bajo y el y Melanie enfilaron hacia el bosque. La oscuridad les impedia ver las jaulas, pero sabian que estaban alli.

– ?Tienes algun plan, o sencillamente los dejaremos salir en masa? -pregunto Melanie mientras cruzaban el claro.

Kevin habia encendido la linterna para ver donde pisaba.

– Habia pensado buscar a mi doble, el bonobo numero uno -respondio Kevin-. A diferencia de mi, es un lider. Si consigo que entienda nuestras intenciones, es probable que guie a los demas. -Se encogio los hombros-. ?Se te ocurre algo mejor?

– Por el momento, no -respondio Melanie.

Las jaulas estaban dispuestas en una larga fila y despedian un olor hediondo, ya que los animales llevaban mas de veinticuatro horas encerrados en sus minusculas celdas. Mientras se aproximaban, Kevin ilumino cada jaula con la linterna.

Los animales despertaron de inmediato. Algunos retrocedieron al fondo de la jaula, intentando protegerse del resplandor. Otros permanecieron en su sitio, con los ojos echando chispas rojas.

– ?Como lo reconoceras? -pregunto Melanie.

– Ojala lleve aun mi reloj -dijo Kevin-, aunque es muy poco probable. Supongo que lo reconocere por la cicatriz.

– Es paradojico que el y Siegfried tengan cicatrices casi identicas -observo ella.

– No menciones a ese tipo. ?Santo cielo! ?Mira!

La luz de la linterna iluminaba la cara del bonobo numero uno, con su horrible cicatriz. El animal los miro con expresion desafiante.

– ?Es el! -exclamo Melanie.

– Bada -dijo Kevin y se golpeo el pecho, como habian hecho las hembras cuando los tres habian llegado a la cueva.

El bonobo numero uno inclino la cabeza y fruncio el entrecejo.

– Bada -repitio Kevin.

Lentamente, el bonobo levanto una mano y se golpeo el pecho. Luego dijo 'bada' con tanta claridad como Kevin.

El y Melanie intercambiaron una mirada. Ambos estaban estupefactos. Aunque habian mantenido un remedo de conversacion con Arthur, las circunstancias eran distintas, y en ningun momento habian estado seguros de que se estaban comunicando. Esto era diferente.

– At -dijo Kevin. Habian oido esa palabra con frecuencia desde su primer encuentro con el bonobo numero uno e intuian que significaba 'ir'.

El bonobo numero uno no respondio.

El repitio la palabra y miro a Melanie.

– No se que mas decir -dijo.

– Ni yo -repuso ella-. Abramos la puerta. Puede que asi responda. Es dificil que venga si esta encerrado.

– Tienes razon. -Rodeo a Melanie para llegar al lado derecho de la jaula. Con aprension, quito el pestillo y abrio la puerta.

Ambos retrocedieron, y Kevin dirigio el haz de luz de la linterna al suelo para no deslumbrar al animal. El bonobo numero uno salio lentamente de su jaula, y se irguio. Miro alternativamente a derecha e izquierda antes de concentrar su atencion en los humanos.

– At -repitio Kevin mientras retrocedia. Melanie permanecio en su sitio.

El bonobo numero uno dio un paso al frente, al tiempo que se estiraba como un atleta que hace ejercicios de calentamiento.

Kevin dio media vuelta para caminar con mayor facilidad.

Repitio la palabra at unas cuantas veces. El animal lo siguio sin alterar la expresion de su cara. El lo condujo hasta el puente, subio y repitio 'at'.

El bonobo numero uno trepo al montante de cemento con aire titubeante. Kevin retrocedio hasta llegar a la mitad del puente y el bonobo lo siguio con cautela, mirando a un lado y al otro.

Entonces Kevin decidio probar algo que no habian intentado con Arthur: pronunciar consecutivamente varias palabras del lenguaje de los bonobos. Comenzo por el termino 'sta', que el animal habia pronunciado mientras entregaba el mono muerto a Candace; luego 'zit', que el bonobo numero uno habia usado para indicarles que lo acompanaran a la cueva, y finalmente 'arak', que estaban convencidos de que significaba 'fuera'.

– Sta zit arak -dijo mientras abria los dedos y separaba la mano del pecho, imitando el gesto que Candace habia visto en el quirofano. Kevin esperaba que la frase significara 'tu ir fuera'.

Tras repetir la frase una vez mas, senalo hacia el noreste, en direccion al vasto bosque tropical.

El bonobo numero uno se puso de puntillas y miro por encima del hombro de Kevin, hacia la selva de la zona continental. Luego se volvio para mirar las jaulas. Mientras extendia los brazos, emitio una serie de sonidos que ellos no habian oido antes, o que al menos nunca habian asociado con una actividad determinada.

– ?Que hace? -pregunto Kevin.

El animal le habia dado la espalda.

– Puede que me equivoque-dijo Melanie-, pero intuyo que habla de sus congeneres.

– ?Dios! -exclamo el-. Parece que ha entendido lo que queria decirle. Liberemos algunos animales mas.

Dio un paso al frente. El bonobo noto que se movia y se volvio a mirarlo. Kevin titubeo. El puente tenia unos tres metros de ancho y le daba miedo aproximarse demasiado.

Recordo la facilidad con que el bonobo numero uno lo habia levantado en andas y arrojado al suelo como si fuera un muneco de trapo.

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