complejo constituia solo una pequena parte del brazo corto del cromosoma 6. Habia grandes areas en blanco que representaban millones y millones de pares de bases, y en consecuencia centenares de otros genes. Y el ignoraba su funcion.

Poco tiempo antes habia solicitado informacion sobre estos genes a traves de Internet y habia recibido varias respuestas vagas. Algunos investigadores habian respondido que el brazo corto del cromosoma 6 contenia genes involucrados en el desarrollo musculo-esqueletico. Pero eso era todo. Ningun detalle.

Se estremecio involuntariamente. Alzo la vista hacia la gran ventana panoramica que habia encima de su escritorio.

Como de costumbre, estaba veteada por la lluvia tropical, que ocultaba el paisaje tras ondulantes cortinas de agua. Las gotas descendian lentamente, hasta que se unian en numero suficiente para formar una masa considerable. Luego se desprendian de la superficie como las chispas de una rueda de molar.

Miro a lo lejos. El contraste entre el mundo exterior y el resplandeciente interior, aclimatado con aire acondicionado, no dejaba de impresionarle. Turbulentas nubes grises como el metal de una escopeta cubrian el cielo, a pesar de que, en teoria, la estacion seca habia comenzado tres semanas antes.

La tierra estaba cubierta por una vegetacion indomita, de un verde tan oscuro que casi parecia negro. La espesura se alzaba alrededor de la ciudad como una gigantesca, amenazadora marejada.

El despacho de Kevin estaba situado en el complejo de laboratorios del hospital, uno de los pocos edificios nuevos en la otrora decadente y desierta ciudad colonial de Cogo, en Guinea Ecuatorial, un pais de Africa practicamente desconocido. El edificio tenia tres plantas, y el despacho estaba en la ultima, orientado al sudeste. Desde su ventana podia ver una considerable extension de la ciudad, que crecia caprichosamente hacia el estuario del Muni y sus afluentes.

Algunas construcciones cercanas habian sido renovadas, otras estaban en proceso de remodelacion, pero la mayoria permanecian intactas. Media docena de haciendas, antano elegantes, habian sido devoradas por las enredaderas y las raices de una vegetacion que crecia sin control alguno. Una eterna bruma de aire caliente y humedo cubria el paisaje.

En primer termino, Kevin alcanzaba a ver la arcada del viejo ayuntamiento local. A la sombra de la arcada estaba el inevitable grupo de soldados ecuatoguineanos con uniforme de combate y rifles AK-47 en bandolera. Como de costumbre, fumaban, discutian y bebian cerveza camerunense

Por fin, Kevin dejo vagar la vista mas alla de la ciudad. Lo habia estado evitando inconscientemente, pero ahora fijo la mirada en el estuario, cuya superficie azotada por la lluvia parecia metal fundido. Al sur, alcanzaba a vislumbrar la arbolada costa de Gabon. Miro hacia el este y siguio con la vista el sendero de islas que se extendian hacia la zona continental. En el horizonte diviso la mas grande, la isla Francesca, llamada asi por los portugueses en el siglo xv. En contraste con las demas islas, un macizo de piedra caliza rodeado de vegetacion selvatica se extendia sobre el centro de la isla Francesca como el espinazo de un dinosaurio.

A Kevin le dio un vuelco el corazon. A pesar de la lluvia y la niebla, volvio a ver aquello que tanto temia. Como la semana anterior, alli estaba la inconfundible columna de humo, ondulando perezosamente hacia el cielo plomizo.

Se dejo caer en la silla y oculto la cabeza entre las manos.

Se pregunto que habia hecho. En la universidad habia escogido cultura clasica como una de las asignaturas optativas y conocia los mitos griegos. ?Habria cometido el mismo error que Prometeo? El humo significaba fuego, y no pudo menos de preguntarse si se trataba del proverbial fuego robado a los dioses; en su caso, involuntariamente.

18:45 horas.

Boston, Massachusets

Mientras el frio viento de marzo sacudia los postigos, Taylor Devonshire Cabot se regodeaba en el calor y la seguridad de su estudio recubierto con paneles de nogal, en su amplia casa de Manchester-by-the-Sea, al norte de Boston, Massachusetts. Harriette Livingston Cabot, la esposa de Taylor, estaba en la cocina ultimando los preparativos de la cena que se serviria a las siete en punto.

Sobre el brazo del sillon, Taylor balanceaba un vaso de cristal tallado que contenia whisky de malta. El fuego crepitaba en la chimenea, y en la cadena musical sonaba una melodia de Wagner a bajo volumen. Ademas, habia tres aparatos empotrados de television sintonizados respectivamente en la cadena de noticias local, la CNN y la ESPN.

Taylor se sentia satisfecho. Habia tenido un dia atareado aunque productivo en las oficinas centrales de GenSys, una firma de biotecnologia relativamente nueva que el mismo habia fundado ocho anos antes. La compania habia construido un edificio junto al rio Charles de Boston, para reclutar a sus nuevos miembros aprovechando la proximidad de Harvard y el MIT, el Instituto de Tecnologia de Massachusetts.

El viaje de regreso habia sido mas rapido que de costumbre, y Taylor no habia tenido ocasion de terminar la lectura prevista para el dia. Conociendo los habitos de su jefe, Rodney, el chofer, se habia disculpado por llegar tan pronto.

– Estoy seguro de que manana podra demorarse lo suficiente para compensarme -habia bromeado Taylor..

– Hare todo lo posible, senor-habia respondido Rodney.

De modo que Taylor no escuchaba la musica ni veia la television. En cambio, leia atentamente el informe economico que debia presentar la semana siguiente en la junta de accionistas de GenSys. Pero eso no significa que permaneciera ajeno a lo que ocurria alrededor. Era absolutamente consciente del sonido del viento, el chisporrotear del fuego, la musica y los diversos boletines de noticias en la television.

Asi pues, cuando oyo el nombre de Carlo Franconi, alzo rapidamente la cabeza.

Lo primero que hizo fue coger el mando a distancia y subir el volumen del televisor del centro, que transmitia el noticiario local de una cadena filial de la CBS. Los presentadores eran Jack Williams y Liz Walker. Jack Williams habia mencionado el nombre de Carlo Franconi y prosiguio diciendo que la cadena habia obtenido una cinta de video del asesinato de este famoso miembro de la mafia, vinculado con las familias del crimen de Boston.

'Dada la violencia de las escenas, dejamos a criterio de los padres la decision de que los ninos permanezcan frente a la pantalla -advirtio el presentador-. Recordaran que hace unos dias informamos de que Franconi, que se encontraba enfermo, habia desaparecido despues de declarar ante el jurado, por lo que algunos temian que se hubiera fugado a pesar de encontrarse bajo fianza. Sin embargo, ayer reaparecio, anunciando que habia hecho un trato con la fiscalia de Nueva York y que se acogeria al programa de proteccion de testigos. Pero esta misma noche, mientras salia de su restauran te favorito, el procesado por estafa y chantaje fue asesinado a balazos.'

Taylor miro, hipnotizado, la filmacion de un aficionado en la que un hombre rollizo salia de un restaurante acompanado por varios individuos con aspecto de policias El hombre saludo con un ademan casual a la multitud congregada a las puertas del establecimiento y se dirigio a la limusina que lo esperaba. Hizo caso omiso de las preguntas de los periodistas que se acercaron a el. Cuando se agachaba para subir al vehiculo, Franconi se sacudio y se balanceo hacia atras, cogiendose la nuca con una mano. Mientras caia hacia la derecha, su cuerpo volvio a sacudirse antes de tocar el suelo. Los acompanantes habian desenfundado sus armas y se giraban freneticamente en todas las direcciones. Los periodistas se habian arrojado al suelo.

'?Guau! -exclamo Jack-. ?Que escena! Me recuerda el asesinato de Lee Harvey Oswald. Esta claro para que sirve la proteccion policial.'

'Me pregunto que consecuencias tendra este crimen en la actitud de futuros testigos', dijo Liz.

'Desastrosas, sin duda', respondio Jack.

Los ojos de Taylor se desviaron hacia las imagenes de la CNN, que en ese momento comenzaba a emitir la misma cinta de video. Miro la secuencia una vez mas y se estremecio. Al final de la escena, la CNN dio paso a un reportaje en directo frente al Instituto Forense de la ciudad de Nueva York.

'La gran pregunta en estos momentos es si participaron uno o dos atacantes -dijo el reportero por encima del ruido del trafico de la Quinta Avenida-. Tenemos la impresion de que Franconi recibio dos impactos de bala. La policia esta logicamente disgustada por los acontecimientos y se niega a hacer especulaciones o a facilitar cualquier tipo de informacion. Sabemos que la autopsia esta programada para manana a primera hora y damos por sentado que los expertos en balistica desvelaran la incognita.'

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