como un cacto, cosa que hacia imposible o poco probable que un gran depredador cometiera la estupidez de engullir un bocado que le destrozaria la garganta.

Las luces proyectaban unas sombras siniestras contra el retorcido coral cuya superficie variaba de lo irregular y afilado a lo liso y globular. Para Dirk, la multitud de tonos y formas era como una pintura abstracta que se renovaba continuamente. Miro el medidor de profundidad: estaban a quince metros de la superficie. Vio como Summer bajaba bruscamente por un angosto canon de coral con las paredes cortadas a pico. Siguio su estela y, mientras pasaba por delante de un monton de aberturas en las paredes que comunicaban con cavernas poco profundas, se pregunto cual de todas habia atraido la atencion de su hermana el dia anterior.

Por fin, Summer se detuvo delante de una abertura vertical con las esquinas cuadradas, encerrada entre un par de columnas que no parecian naturales. La muchacha miro por encima del hombro para comprobar que su hermano la seguia antes de entrar en la caverna. Esta vez, con una linterna en la mano y el respaldo de Dirk, Summer se adentro mas alla del lugar donde habia descubierto la urna en el fondo de arena.

La caverna no tenia recovecos. Las paredes, el techo y el suelo eran casi perfectamente planos, y se prolongaba en la oscuridad como un pasillo sin curvas ni recodos. Continuaron avanzando sin problemas.

Perderse en los laberintos de una caverna es la causa principal de los accidentes entre los submarinistas. Los errores resultan ser casi siempre mortales. En ese punto, afortunadamente, no habia problemas de orientacion. Esa no era una inmersion peligrosa, ni tampoco existia el riesgo de perderse en un complejo sistema de cavernas adyacentes. La entrada carecia de aberturas laterales o ramales que les hicieran perder el rumbo. Para volver a la salida, no tenian mas que invertir la direccion. Agradecieron que no hubiera una capa de arena fina en el fondo, que pudiera levantarse para formar una nube y oscurecerles la vision durante al menos una hora antes de volver a posarse. El suelo del pasillo de coral estaba cubierto de una arena gruesa, demasiado pesada para levantarse con el movimiento de agua causado por las aletas.

De pronto, el pasillo acabo en algo que desperto la imaginacion de Summer. Aunque estaba cubierta de incrustaciones, parecia como si alli comenzara una escalera. Un grupo de angelotes nado en tirabuzon por encima de su cabeza, y despues se alejo velozmente cuando ella comenzo a subir. Noto un subito picor en la nuca provocado por la excitacion. Su anterior presentimiento de que alli habia algo mas de lo que aparentaba reaparecio con toda su fuerza.

El coral comenzaba a escasear a tal profundidad por debajo del arrecife. Sin luz para estimular el crecimiento marino, las incrustaciones en las paredes de la caverna tenian menos de tres centimetros de espesor y parecian mas una materia viscosa. Dirk paso el guante por la pared para quitar el fango y se le acelero el pulso al ver los surcos en el granito. Su fertil imaginacion los atribuyo a unas personas que los habian hecho cuando el nivel del mar era mucho mas bajo.

En aquel momento escucho el grito de Summer distorsionado por el agua. Subio rapidamente con un poderoso movimiento de las aletas y se quedo pasmado cuando se encontro con la cabeza fuera del agua, en una bolsa de aire. Miro hacia arriba cuando la linterna de Summer alumbro un techo abovedado de piedras talladas que encajaban perfectamente sin necesidad de mortero.

– ?Que es esto? -pregunto Dirk por el sistema de comunicacion submarino.

– Si no es obra de la naturaleza, se trata de una cripta hecha por el hombre en tiempos remotos -respondio Summer, impresionada.

– Esto no es una cripta natural.

– Tuvo que quedar sumergida cuando finalizo la era glacial.

– Eso ocurrio hace diez mil anos. No es posible que sea tan antigua. Lo mas probable es que se hundiera durante un terremoto. Como ocurrio con Port Royal, en Jamaica; el refugio de los piratas se hundio en el mar despues de un tremendo terremoto en el ano 1692.

– ?Podria tratarse de una ciudad fantasma olvidada? -pregunto Summer, cada vez mas entusiasmada.

Dirk sacudio la cabeza para negar tal posibilidad.

– A menos que haya otras construcciones enterradas debajo del coral, el instinto me dice que esto era un templo.

– ?Edificado por los primitivos habitantes del Caribe?

– Lo dudo. Los arqueologos no han encontrado prueba alguna de construcciones de piedra en las Antillas anteriores a la llegada de Colon, y los nativos tampoco sabian como fundir una urna de bronce. Esto lo construyo otra cultura, una civilizacion perdida.

– No me digas que se trata de otro mito de la Atlantida -replico Summer sarcasticamente.

– No, papa y Al acabaron con esa historia en la Antartida hace varios anos.

– Resulta increible pensar que los antiguos pobladores europeos navegaran a traves del oceano y construyeran un templo en un arrecife de coral.

Dirk paso la mano sobre una de las paredes.

– Es probable que el arrecife de la Natividad fuese una isla en aquellos tiempos.

– No se si lo habras pensado -comento Summer-, pero estamos respirando aire de hace miles de anos.

Su hermano respiro hasta llenar al maximo los pulmones y despues exhalo poco a poco.

– Pues a mi me sabe y huele bien.

Summer senalo por encima del hombro.

– Ayudame con la camara. Necesitamos tener un registro grafico.

Dirk se coloco detras para coger una caja de aluminio sujeta debajo de las botellas de aire. Saco una camara digital Sony PC100 montada en una caja de acrilico transparente. La puso en modo manual y luego anadio los soportes para los focos. Como no habia luz ambiente no hacia falta el fotometro.

La cripta submarina tenia un aire de grandeza que Summer, que era toda una experta en el manejo de la camara, capturo a la perfeccion. En el instante en que encendio los focos, la cripta brillo con la multitud de tonos de verde, amarillo, rojo y azul de las incrustaciones en las paredes. Salvo por una muy pequena distorsion, el agua era casi tan transparente como el cristal.

Dirk aprovecho el tiempo que Summer dedicaba a fotografiar la cripta por debajo y encima del agua, para sumergirse y explorar el suelo a lo largo de las paredes. La luz procedente de la camara de Summer creaba extranas imagenes en el agua mientras el se movia lentamente por la base.

Casi paso de largo sin ver un espacio que se abria entre dos paredes. Era una entrada situada en una esquina, que no media mas de sesenta centimetros de ancho. Le costo pasar con las botellas de aire.

La luz de su linterna alumbro un espacio un poco mayor que el anterior. Aqui habia asientos contra las paredes y lo que parecia ser una gran cama de piedra en el centro. En un primer momento le parecio que no habia objetos, pero despues vio sobre la cama algo redondo con dos grandes agujeros a los costados y otro mas pequeno en la parte superior, como si fuese una coraza. Encima del objeto, en una repisa de piedra, habia un collar de oro con dos brazaletes en forma de espiral a cada lado. Por encima del collar, junto con una diadema, habia lo que parecia ser una corona de hilos de metal entrelazados.

Dirk comenzo a imaginarse a la persona que habia llevado las reliquias. En el lugar de las piernas habia un par de espinilleras de bronce. Las hojas de una espada y una daga aparecian a la izquierda, y a la derecha una punta de lanza con el hueco para el astil. Si alguna vez habia existido un cuerpo, se habia disuelto o se lo habian comido las criaturas marinas que devoraban cualquier cosa organica.

A los pies de la cama habia un caldero de grandes dimensiones.

Tenia una altura de casi un metro treinta y, cuando intento rodearlo con los brazos para determinar la circunferencia, vio que no llegaba a tocarse la punta de los dedos. Golpeo un costado con el cuchillo de buceo y escucho un ruido sordo. Era bronce, penso. Quito con la palma del guante parte de las incrustaciones y vio la figura de un guerrero que lanzaba una jabalina.

Fue limpiando poco a poco todo el contorno y descubrio un ejercito de hombres y mujeres vestidos con armaduras, que parecian dispuestos a comenzar una batalla. Llevaban escudos del tamano de un hombre y largas espadas. Varios sujetaban unas lanzas con los astiles cortos pero con las puntas muy largas y en forma de espiral. Habia unos cuantos que solo llevaban corazas. Otros luchaban desnudos, pero casi todos llevaban unos cascos muy grandes, muchos con cuernos.

Subio para situarse encima del borde e ilumino el interior.

El caldero estaba lleno casi hasta arriba con objetos amontonados sin orden ni concierto. Dirk vio puntas de lanzas de bronce, hojas de dagas sin empunadura, hachas de uno y dos filos, brazaletes con formas espiraladas y cintos hechos con cadenas. Dejo todas las reliquias donde estaban, excepto una. La saco delicadamente del

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