presidente.

— Le trasplante las branquias de un tiburon joven, lo que le permitio al nino vivir en tierra y bajo el agua.

Entre el publico se oyeron exclamaciones de asombro. Los corresponsales que cubrian el proceso, salieron corriendo hacia los telefonos, apurandose a comunicar la nueva a sus respectivas redacciones.

— Posteriormente logre un exito mayor aun. Mi ultimo trabajo es el mono anfibio que ustedes han visto. Este puede vivir, sin riesgo para la salud, un tiempo indeterminado tanto en tierra, como bajo el agua. Ictiandro puede vivir sin agua no mas de tres o cuatro dias. La larga permanencia sin agua en tierra, para el es nociva: los pulmones se fatigan, las branquias se secan, y el comienza a sentir dolores punzantes en los costados. Lamentablemente, durante mi ausencia, Ictiandro incumplio el regimen que yo le habia prescrito. Permanecio demasiado tiempo al aire, fatigo sus pulmones, y ahora se le esta desarrollando una grave enfermedad. El equilibrio en su organismo se ha visto alterado y, a partir de ahora, debera permanecer la mayor parte del tiempo en el agua. De hombre anfibio se convierte en hombre pez…

— Permitame formularle una pregunta al procesado — se dirigio el fiscal al presidente —. ?Como se le ha ocurrido a Salvador crear un hombre anfibio y que fines perseguia?

— La idea es la misma: el hombre no es perfecto. Habiendo obtenido durante el proceso evolutivo considerables ventajas en comparacion con sus antecesores animales, al mismo tiempo, el hombre perdio mucho de lo que tenia en las fases inferiores de su desarrollo animal. Por ejemplo, la vida en el agua le proporcionaria al hombre enormes ventajas. ?Por que no devolverle esas posibilidades? El desarrollo historico de la fauna nos ensena que todos los animales terrestres y las aves proceden de los acuaticos, salieron de los oceanos. Tambien sabemos que algunos animales terrestres retornaron al agua. El delfin, digamos, fue pez, salio a la tierra y se convirtio en mamifero; luego volvio al agua, aunque, como la ballena, siguio siendo mamifero. Tanto la ballena, como el delfin respiran con pulmones. Al delfin se le podria ayudar a convertirse en anfibio con dos sistemas de respiracion. Ictiandro me lo habia pedido deseoso de que su amigo, el delfin Leading, pudiera quedarse con el largo tiempo bajo el agua. Yo tenia programado hacerle al delfin esa operacion. Porque el primer pez entre los hombres y el primer hombre entre los peces, Ictiandro no podia dejar de sufrir su soledad. Pero si le siguieran otros hombres al oceano, la vida cambiaria por completo. Los hombres vencerian facilmente al poderoso elemento, como es el agua. Todo el mundo conoce el poderio de ese elemento. Ustedes saben, claro, que la superficie del oceano constituye trescientos sesenta y un millon cincuenta mil kilometros cuadrados, y cubre mas de siete decimas partes de la superficie terrestre. Pero ese desierto, con sus incalculables reservas de alimentos y materias primas industriales podria dar alojamiento a millones, a miles de millones de personas. Se ha mencionado solamente la gigantesca superficie, pero los hombres podrian instalarse a distintas profundidades, en varios pisos submarinos.

«?Y su enorme potencia! ?Saben ustedes que las olas del oceano absorben energia solar equivalente en potencia a setenta y nueve mil millones de caballos de vapor? Si no fuera por el calor que entrega al aire y demas perdidas, el oceano ya herviria hace mucho. Las reservas de energia son practicamente incalculables. ?Como las utiliza la humanidad? Podria decirse que casi no se utiliza.

«?Y la energia de las corrientes marinas! Solo el Gulf Stream junto con la corriente de Florida mueven noventa y un mil millones de toneladas de agua cada hora, unas tres mil veces mas de lo que lleva un gran rio. Y esta es solamente una de las corrientes marinas. ?Como se utilizan por la humanidad? Casi no se utilizan.

«?Y la energia de las olas y de los flujos y reflujos! Ustedes saben que la fuerza del embate de las olas suele alcanzar hasta treinta y ocho mil kilogramos. Es decir, treinta y ocho toneladas por metro cuadrado de superficie; las olas suelen alcanzar hasta cuarenta y tres metros de altura y elevar hasta un millon de kilogramos de roca demolida, digamos; y los flujos alcanzan mas de dieciseis metros de altura. ?Como utiliza la humanidad esas fuerzas? Casi no se utilizan.

«En la tierra firme los seres vivientes no pueden elevarse a gran altura sobre la superficie, ni penetrar profundamente en ella. En el oceano hay vida por todas partes; desde el ecuador hasta los polos y desde la superficie hasta profundidades de casi diez kilometros. ?Como utilizamos las infinitas riquezas de los oceanos? Pescamos — yo diria efectuamos la captura en una fina capa superficial del oceano —, dejando sin explotar las profundidades. Recogemos esponjas, corales, perlas, algas, y nada mas.

«Realizamos bajo el agua ciertas obras: instalamos soportes de puentes y presas, ponemos a flote barcos hundidos, y nada mas. Pero hasta eso se realiza con enormes dificultades y gran riesgo, frecuentemente hasta con victimas. ?Que podia hacer el hombre terrestre, si a los dos minutos de permanecer bajo el agua ya muere! ?Que obras podria realizar? Algo muy distinto seria si el hombre, sin escafandra y sin balones de oxigeno, pudiera vivir y trabajar bajo el agua.

«?Cuantos tesoros descubriria! Ictiandro solia decirme… No, temo despertar el demonio de la avidez humana. Ictiandro me solia traer del fondo marino muestras de raros metales y rocas. No se preocupen, el me traia solamente pequenas muestras, pero los yacimientos en el oceano pueden ser enormes.

«?Y los tesoros hundidos? Recuerden el trasatlantico «Lusitania», echado a pique por los alemanes la primavera de 1916 junto a las costas irlandesas. Ademas de las joyas que llevaban los mil quinientos pasajeros perecidos, el «Lusitania» transportaba ciento cincuenta millones de dolares en monedas de oro y cincuenta millones de dolares en lingotes de oro. (En la sala se oyeron exclamaciones.) Ademas, el «Lusitania» portaba dos cofrecitos llenos de diamantes con destino a Amsterdam. Entre esos diamantes habia uno de los mejores del mundo, el «Califa», que valia muchos millones. Claro que ni un hombre como Ictiandro podria sumergirse a tal profundidad, para eso habria que crear un hombre (exclamaciones de descontento e indignacion) que pudiera soportar altas presiones, como los peces bentonicos. Esto tampoco lo considero absolutamente imposible. Pero vayamos poquito a poco.

— ?Usted parece adjudicarse cualidades de divinidad omnipotente? — senalo el fiscal.

Salvador pretirio esa objecion y continuo:

— Si el hombre pudiera vivir en el agua, la explotacion de las profundidades oceanicas marcharia a pasos agigantados. El mar dejaria de ser para nosotros un elemento amenazador, que cobra constantemente victimas humanas. Y no tendriamos que volver a llorar mas naufragos.

Los presentes en la sala ya veian el mundo submarino conquistado por el hombre. ?Cuanto provecho traeria la conquista del oceano! Hasta el presidente, sin poder contenerse, pregunto:

— ?Por que no ha publicado usted los resultados de sus experimentos?

— No me atraia el banquillo de los acusados — respondio Salvador sonriente —, y, ademas, temia que mi invento, en las condiciones de nuestro regimen social, produjera mas dano que provecho. En torno a Ictiandro ya ha estallado una encarnizada lucha. ?Quien me ha denunciado, guiado por el sentimiento de venganza? Ese Zurita, quien me secuestro a Ictiandro. Y a Zurita se lo quitarian los generales y almirantes para obligar al hombre anfibio a hundir barcos. No, yo no podia permitir que Ictiandro y los «Ictiandros» fueran patrimonio comun en un pais donde la lucha y la codicia convierten los mas sublimes descubrimientos en mal, aumentando los sufrimientos humanos. Yo pensaba en…

Salvador se corto y, cambiando bruscamente de tono, prosiguio:

— No voy a referirme a esto. No vaya a ser que me consideren demente — y Salvador dirigio una jovial sonrisa al experto —. No, renuncio al honor de ser vesanico, aunque genial. No estoy loco, ni soy un maniaco. ?Acaso no consegui los fines que me proponia? Ustedes han visto todos mis trabajos. Si consideran mi modo de obrar delictivo, descarguen sobre mi el rigor de la ley. No suplico clemencia.

EN LA CARCEL

Los expertos que examinaban a Ictiandro debian prestar atencion no solo a las propiedades fisicas del joven, sino tambien a sus facultades mentales.

— ?En que ano estamos? ?En que mes? ?En que dia? ?Que dia de la semana es hoy? — preguntaban los expertos.

La respuesta de Ictiandro era:

— No se.

No hallaba respuesta a las preguntas mas sencillas y corrientes. Pero no podia considerarsele anormal. El desconocia muchas cosas debido a las originales condiciones de su existencia y educacion. Era un nino grande. Y los expertos llegaron a la conclusion: «Ictiandro esta incapacitado». Esto le liberaba de la responsabilidad judicial. El tribunal dicto la extincion del proceso contra Ictiandro y decidio constituir su tutela. Manifestaron el deseo de ser tutores de Ictiandro dos personas: Zurita y Baltasar.

Salvador tenia toda la razon cuando afirmo que Zurita lo habia denunciado por venganza. Pero Zurita no solo se vengaba de Salvador por haberle quitado a Ictiandro. El patron del «Medusa» perseguia otro fin mas: queria volver a obtener a Ictiandro procurando ser su tutor. Zurita no escatimo una decena de valiosas perlas y soborno a los integrantes del tribunal y del consejo de tutela. Ahora Zurita estaba ya muy cerca del objetivo codiciado.

Alegando a su paternidad, Baltasar exigia que le concedieran los derechos de tutor. Pero, pese a los esfuerzos de Larra, los expertos manifestaron que ellos no podian establecer la identidad de Ictiandro con el hijo de Baltasar nacido hace veinte anos, basandose solamente en los testimonios de un solo testigo. Cristo; ademas, siendo este hermano de Baltasar, lo que no infundia a los expertos plena confianza.

Larra no podia saber que en el asunto se habian inmiscuido el fiscal y el obispo. El tribunal necesitaba a Baltasar durante el proceso como victima y como padre a quien le quitaron y mutilaron el hijo. Pero el tribunal y la iglesia no se proponian reconocer la paternidad de Baltasar y entregarle a Ictiandro: era menester hacer desaparecer a Ictiandro.

A Cristo, que vivia ahora en la casa de su hermano, le preocupaba la salud de este, pues se pasaba las horas ensimismado, sin

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