novelas a la justicia, la culpa, el castigo y los imperativos de la responsabilidad personal, la influencia de Wilkie Collins, la base moral de sus tramas, el tema que unifica toda su obra en cuanto a la importancia, poco menos que sagrada, de la actividad creativa del ser humano. Por una parte, todo eso es importante para la comprension de las novelas y, por otra parte, nos resulta fascinante, pero no cabe duda de que la fuerza imperecedera de las novelas consiste en que fueron escritas para el ocio, y que aun sigue siendo esa su funcion. Estan destinadas al disfrute, y ellas y sus protagonistas poseen la vitalidad creativa que garantiza la supervivencia.

P. D. JAMES

La universidad es un Paraiso, los Rios del Saber alli estan, de alli fluyen las Artes y las Ciencias. Las mesas del Consejo son Horta conclusi (como se dice en el Cantar de los cantares), Jardines que estan vallados, y son Fontes signati, Fuentes selladas, insondables profundidades de Consejos inextricables.

JOHN DONNE

Prefacio

Seria ocioso negar que la ciudad y la Universidad de Oxford (in aeternum floreant) existen de verdad y que albergan una serie de colleges y otros edificios, algunos de cuyos nombres se mencionan en el presente libro. Por consiguiente, se impone subrayar que ninguno de los personajes que he situado en este escenario publico tiene equivalente en la vida real. En particular Shrewsbury College, con sus profesoras, estudiantes y criadas, es totalmente imaginario, y ninguno de los angustiosos acontecimientos que tienen lugar entre sus muros esta basado en sucesos ocurridos en ningun otro lugar. Por su antipatica profesion, los escritores de novelas policiacas estan obligados a inventar situaciones y personas desagradables y asombrosas, y supongo que tambien son libres de imaginar que ocurriria si tales situaciones y tales personas irrumpieran en la vida de una comunidad inocente y ordenada, pero no por ello ha de suponerse que deban dar a entender que tales alteraciones han ocurrido o pueden ocurrir en una comunidad de la vida real.

Sin embargo, he de pedir excusas por ciertas cosas. En primer lugar, a la Universidad de Oxford, por haberle endosado un rector y un vicerrector de mi invencion y un college de ciento cincuenta mujeres estudiantes, que sobrepasan los limites ordenados por los estatutos. En segundo lugar, y con suma humildad, al Balliol College, no solo por haberlo cargado con un alumno tan discolo como Peter Wimsey, sino por la espantosa impertinencia de haber erigido Shrewsbury College en el espacioso y sagrado campo de criquet. Pido asimismo disculpas a New College, Christ Church y sobre todo al Queen's, por las locuras de ciertos jovenes, al Brasenose por la jocosidad de un caballero de mediana edad y al Magdalen por la embarazosa situacion en la que pongo a un imaginario ayudante de supervisor. Por otra parte, el vertedero es, o era, un hecho, y no debo ninguna excusa en este sentido.

A la directora y las profesoras de Somerville College, en el que curse mis estudios, mis sinceras gracias por la generosa ayuda que me ofrecieron en cuestiones relacionadas con las normas disciplinarias y el orden del college en general, si bien no hay que considerarlas responsables de los detalles de la disciplina en Shrewsbury College, muchos de los cuales he inventado para que se adaptaran al proposito del libro.

Quienes tengan interes por la cronologia, podran calcular, si lo desean, que la accion del presente libro se desarrolla en 1935, basandose en lo que ya saben sobre la familia Wimsey, mas en tal caso, que no se quejen ni se indignen por que no se mencione el aniversario del rey, ni por que haya adaptado las condiciones del tiempo y los cambios de la luna a mi capricho. Porque, por realista que sea el escenario, el unico pais, la unica tierra natal del novelista es la «Ciudad de las Nubes y los Cucos», donde todo lo que hacen es bromear y enredar, sin animo de ofender.

Wimsey, Peter Death Bredon, Orden del Servicio Distinguido, nacio en 1890, segundo hijo de Mortimer Gerald Bredon Wimsey, decimoquinto duque de Denver, y de Honoria Lucasta, hija de Francis Delagardie de la casa de Bellingham, Hants.

Estudios: Eton College y Balliol College, Oxford (matricula de honor, Facultad de Historia Contemporanea, 1912); sirvio en las Fuerzas Armadas de Su Majestad, 1914-1918 (comandante, Brigada de Fusileros). Autor de Apuntes sobre la recoleccion de incunables, El vademecum del asesino, etc. Aficiones: criminologia, bibliofilia, musica, criquet.

Clubes: Marlborough; Egotists. Residencias: 110A Piccadilly, W.; Bredon Hall, ducado de Denver, Norfolk.

Escudo: en sable, tres ratones de plata corriendo; frente: gato domestico rampante, en su color; lema: As my Whimsy takes me, «Segun mi capricho».

Capitulo 1

Tu, ciega marca del hombre, tu, trampa que el necio elige,

vana escoria del capricho y poso del pensamiento disperso,

veta de todos los males, cuna de cuidados sin motivo,

tu, marana de empenos cuyo fin jamas se cumple:

?deseo, deseo! He pagado demasiado caro,

al precio de mi espiritu, tu despreciable mercancia.

Sir PHILIP SIDNEY

Harriet Vane estaba sentada a su mesa, mirando por la ventana a Mecklenburg Square. Los tardios tulipanes ofrecian un esplendido espectaculo en el jardin de la plaza, mientras un cuarteto de tenistas concluia con todas sus fuerzas un partido desigual y desmanado, pero Harriet no veia ni los tulipanes ni a los tenistas. Tenia una carta abierta en la carpeta, si bien su imagen se habia desvanecido para dar paso a otra. Veia un patio de piedra, construido por un arquitecto moderno en un estilo ni nuevo ni antiguo, sino que tendia una mano de reconciliacion entre el pasado y el presente. Recoleta entre sus muros habia una cuidada parcela de cesped salpicada de parterres en los extremos y rodeada por un ancho estrado de piedra. Tras los tejados planos de pizarra se erigian las chimeneas de ladrillo de varios edificios mas antiguos y de perfil menos severo, que tambien formaban una especie de patio, pero que mantenian la remembranza domestica de las moradas victorianas que en principio habian albergado a las primeras y timidas estudiantes de Shrewsbury College. Enfrente estaban los arboles de Jowett Walk, y detras, un revoltijo de aguilones antiguos y la torre de New College, con sus grajillas revoloteando por el cielo ventoso.

La memoria poblo el patio de figuras en movimiento: estudiantes que paseaban de dos en dos, estudiantes que corrian hacia sus clases, con las togas de cualquier manera sobre los ligeros vestidos veraniegos mientras el viento aplastaba aun mas los birretes, dandoles el absurdo aspecto de otros tantos gorros de bufon. Las bicicletas amontonadas junto a la conserjeria, con las cestas llenas de libros y togas enredadas entre los manillares. Una profesora de pelo entrecano que cruzaba el cesped con mirada perdida, absorta en ciertos aspectos de la filosofia del siglo XVI, con las mangas flotantes y los hombros erguidos con la postura academica que compensaba automaticamente el tiron hacia atras de los pliegues de popelin. Dos alumnos sin beca en busca de un profesor, con la cabeza descubierta y las manos en los bolsillos de los pantalones, hablando a grandes voces sobre barcos. La rectora -gris y majestuosa- y la decana -robusta, energica, con aspecto de pajaro, como un pardillo- en animada conversacion en el pasadizo que llevaba al patio viejo. Altas espigas de delfinio recortadas contra el gris,

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