Champollion: la de Ptlmios y la de Alksentr, o Alejandro. -Senalo el ultimo jeroglifico-. En esas cartelas, este simbolo correspondia a la «s». Por tanto, Champollion partio del principio de que estaban descifrados los dos ultimos sonidos de la cartela de Abu Simbel. -Escribio en la pizarra los sonidos correspondientes del abecedario latino, dejando entre signos de interrogacion los dos primeros jeroglificos. La superficie blanca exhibio un enigmatico: «?-?-s-s». Tomas volvio el rostro hacia la clase, senalando con el dedo los dos signos de interrogacion-. Faltan los dos primeros jeroglificos. ?Que serian? ?A que sonidos correspondian? -Senalo ahora el primer jeroglifico de la cartela-. Mirando con atencion este jeroglifico redondo, con un punto en el medio, Champollion afirmo que era semejante al sol. Partiendo de esta hipotesis, se puso a imaginar el sonido correspondiente. Se acordo de que, en la lengua copta, sol se dice «ra» y decidio colocar «ra» en el lugar del primer signo de interrogacion.

Tomas borro el primer signo de interrogacion y en su lugar escribio «ra», asi que la pizarra registraba ahora el conjunto «ra-?-s-s».

?Y ahora? ?Como llenar el segundo signo de interrogacion? Champollion, despues de meditar sobre el asunto, llego a una conclusion muy sencilla. Fuera cual fuese la palabra ahi escrita, el hecho de que se encontrase inserta en una cartela era un fuerte indicio de que tenia frente a si el nombre de un faraon. Ahora bien: ?que faraon poseia un nombre comenzado por «ra» y acabado en dos eses? -La pregunta quedo flotando sobre el auditorio silencioso-. Fue en ese momento cuando se le ocurrio otra idea, una idea audaz, extraordinaria, decisiva: ?Por que no una «m»?

Tomas se volvio hacia la pizarra, borro el signo de interrogacion y trazo una «m» en su lugar. Los alumnos vieron aparecer frente a ellos la trascripcion «ra-m-ss». Tomas esbozo una sonrisa triunfal, con la mirada brillante y orgullosa de quien habia desvelado el codigo de los jeroglificos.

– Ramses.

El aula estallo en un clamor de voces cuando el profesor dio la clase por terminada. Arrastraban sillas, ordenaban cuadernos, algunos alumnos conversaban o se precipitaban hacia la puerta; como era habitual, unos fueron hacia el profesor en busca de aclaraciones adicionales.

– Digame, profesor -pregunto una flacucha con chaqueta marron-: ?donde se puede leer el Precis du systeme hierogliphique?

Era el libro publicado por Champollion en 1824, la obra donde finalmente se desvelo el misterio de los jeroglificos. En ese texto, el linguista frances revelo que la lengua de los jeroglificos era la copta y que la antigua escritura egipcia no era ideografica sino fonetica; mas importante aun: Champollion descifro el significado de los simbolos.

– Hay dos posibilidades -explico Tomas mientras ordenaba los papeles-: o encargarlo por Internet o buscarlo en la Biblioteca Nacional.

– ?No esta a la venta en Portugal?

– Que yo sepa, no.

La alumna dio las gracias, y cedio el lugar a una segunda muchacha, que parecia tener mucha prisa. Vestia una falda gris y una chaqueta del mismo color, como si fuese una ejecutiva.

– Oiga, profesor, yo trabajo y estudio y no he podido venir a las clases anteriores. ?Ya esta fijado el dia del examen?

– Si, sera en la ultima clase.

– ?Y en que dia cae?

– Mire, no lo se de memoria. Compruebelo en un calendario.

– ?Y como sera el examen?

El profesor la miro, sin entender.

– ?A que se refiere?

– ?Sera con preguntas sobre las escrituras antiguas?

– Ah, no. Sera un examen practico. -Tomas volvio a ordenar las cosas en la cartera mientras hablaba-. Tendran que analizar documentos y descifrar textos antiguos.

– ?Jeroglificos?

– Tambien, pero no solamente. Podran cotejarse con tablillas cuneiformes sumerias, con inscripciones griegas, con textos hebreos y arameos o con documentos mucho mas sencillos, como manuscritos medievales y del siglo xvi.

La muchacha se quedo boquiabierta, horrorizada.

– ?Ah! -exclamo, con expresion de asombro-. ?Habra que descifrar todo eso?

– No -contesto el profesor con una sonrisa-. Solo algunas cosas…

– Pero yo no se esas lenguas… -murmuro conmovida, con un tono lastimoso de queja.

Tomas la miro.

– Por eso usted esta en este curso, ?no? -Alzo las cejas para subrayar sus palabras-. Para aprender.

El profesor reparo en que la belleza rubia, mientras tanto, se habia unido al grupo y esperaba su turno. Un temblor de excitacion recorrio su cuerpo ante la expectativa de conocerla. Pero la muchacha que lo interrogaba no se aparto, lo que lo irrito levemente; en lugar de eso, le extendio un papel.

– Es para que usted lo firme -dijo, como si estuviese castigandolo por los trabajos a que la iba a someter.

Tomas observo el papel con expresion interrogante.

– ?Que es esto?

– Es el documento que tengo que entregar en mi trabajo, confirmando que tuve que faltar para venir a clase. ?Me lo puede firmar?

El profesor garabateo su nombre y la alumna se alejo. Tenia enfrente aun a dos alumnas, una chica de pelo negro rizado y la bomba rubia; opto por la morena, asi le quedaria despues mas tiempo disponible para la otra.

– Digame, profesor: ?como nos damos cuenta de cuando recurrian los escribas egipcios al principio del rebus o laberinto?

El rebus era un sistema de palabras largas descompuestas en sus componentes foneticos, y transformadas en imagenes con sonidos semejantes a las partes descompuestas. Por ejemplo, la palabra «teson» puede dividirse en dos partes: «te-son». En vez de escribir esta palabra segun el alfabeto fonetico, es posible representarla con la letra «t» y el dibujo de una nota musical que aluda al sonido. Quedaria, pues, asi: «t-son».

– Depende del contexto -respondio Tomas-. Los escribas egipcios tenian algunas reglas flexibles. Por ejemplo, unas veces usaban vocales y otras las suprimian. En algunos casos, cambiaban el orden de los jeroglificos por razones puramente esteticas. Y, en ocasiones, recurrian al rebus para contraer palabras o para obtener dobles sentidos.

– ?Es el caso de Ramses?

– Si -asintio-. Champollion se encontro con un rebus justamente en el primer jeroglifico que descifro en Abu Simbel. «Ra» no era solo una letra, sino que tambien, en el contexto de aquel jeroglifico, se convirtio tambien en una palabra. Al utilizarla de aquel modo, el escriba comparo a Ramses con el Sol, lo que no esta exento de sentido, dado que los faraones eran tratados casi como divinidades.

– Gracias, profesor.

– Hasta la semana que viene.

Llego el turno de la rubia fatal. Tomas experimento un placer inmenso por poder, al fin, mirarla de frente, por poder observarla sin disimulo; se sintio deslumbrado por el brillo que irradiaba, pero no se dejo intimidar; sonrio y ella le correspondio.

– Hola -dijo el.

– Buenos dias, profesor -dijo la muchacha, en un portugues correcto pero con un acento exotico-. Soy una alumna nueva.

El profesor sonrio.

– Ya me habia dado cuenta. ?Como se llama?

– Lena Lindholm.

– ?Lena? -dijo con una expresion exageradamente admirativa, como si solo en ese momento hubiese notado algo diferente en ella-. En portugues es el diminutivo de Helena…

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