entonces, una vez que llego a 20, el asunto se convirtio en algo puramente numerico, y se vio forzado a llevar la cuenta.

Tenia que ser numerico. Si no lo era, entonces seria otra cosa, y puede que se sorprendiera a si mismo llorando antes de dormirse en lugar de simplemente clavar los ojos en el techo mientras decia: «46, pero con un radio bastante mas reducido que el martes pasado. Probablemente no haya cenado mucho esta noche».

La madre de Harry hacia tiempo que habia decidido ignorar por completo la situacion, y se la podia ver casi siempre en sus jardines, ocupandose de las exoticas variedades de rosa que su madre habia traido de Rusia tantos anos antes. Anne le habia informado a Harry de que pensaba casarse y «salir de este infierno» en cuanto cumpliera los 17. Cosa que, por cierto, hizo, un testimonio de su determinacion, ya que a esas alturas ni su padre ni su madre habian hecho esfuerzo alguno por conseguirle pareja. En cuanto a Edward, el hijo menor, aprendio a adaptarse, como habia hecho Harry. Su padre no servia para nada a partir de las cuatro de la tarde, aun cuando pareciera estar lucido (lo cual sucedia por lo general hasta la hora de la cena, cuando perdia totalmente el control).

Todos los criados estaban tambien al tanto. No es que fueran muchos; los Valentine se las arreglaban bastante bien con su cuidada casa de Sussex y las 100 libras anuales que seguian recibiendo como parte de la dote de Katarina. Pero esto no se traducia en una riqueza esplendida, y eran ocho los empleados que tenian: mayordomo, cocinero, ama de llaves, caballerizo, dos lacayos, criada y fregona. La mayoria decidio seguir con la familia pese a los ocasionales y desagradables quehaceres relacionados con el alcohol. Puede que sir Lionel fuese un borracho, pero no era un borracho cruel. Tampoco era tacano, y hasta las criadas aprendieron a limpiar sus vomiteras si ello significaba alguna que otra moneda de propina cuando el recordaba suficientemente sus actividades como para avergonzarse de ellas.

De modo que Harry no estaba realmente seguro de por que seguia limpiando los desperdicios de su padre, ya que sin duda podria haber dejado que lo hiciera alguien mas. Tal vez no queria que los criados supieran la frecuencia con la que esto ocurria. Tal vez necesitara un recordatorio visceral de los peligros del alcohol. Tenia entendido que su abuelo paterno habia sido igual. ?Estas cosas se transmitian de padres a hijos?

No queria averiguarlo.

Y entonces, de repente, Granmere murio. No pacificamente durante el sueno; Olga Petrova Obolenskiy Dell jamas se iria de este mundo con tanta discrecion. Estaba sentada a la mesa del comedor, a punto de hundir su cuchara en la sopa, cuando se llevo la mano al pecho, jadeo varias veces y sufrio un colapso. Mas tarde comentaron que debio de tener cierto grado de conciencia antes de caer sobre la mesa, porque su rostro esquivo totalmente la sopa y no se sabe como logro golpear el cubierto, enviando por los aires una cucharada del liquido hirviendo hacia sir Lionel, cuyos reflejos estaban demasiado embotados para apartarse.

Harry no presencio esto personalmente; a los 12 anos no le estaba permitido cenar con los adultos. Pero Anne lo vio todo, y se lo refirio a Harry con la respiracion entrecortada.

– ?Y entonces se ha sacado la corbata!

– ?En la mesa?

– ?En la mesa! ?Y se le veia la quemadura! -Anne alzo la mano, sus dedos pulgar e indice pellizcandose unos dos centimetros y medio de cuello-. ?Asi de grande!

– ?Y Granmere?

Anne se puso un poco mas seria. Pero solo un poco.

– Creo que esta muerta.

Harry trago saliva y asintio.

– Era muy mayor.

– Tenia por lo menos noventa.

– No creo que tuviera noventa.

– Pues los aparentaba -musito Anne.

Harry no dijo nada. No estaba seguro del aspecto que debia tener una anciana de 90 anos, pero desde luego Granmere tenia mas arrugas que ninguna de las personas que conocia.

– Pero ?te cuento la parte mas curiosa? -dijo Anne. Se inclino hacia delante en actitud confidencial-. Mama.

Harry parpadeo varias veces.

– ?Que ha hecho?

– Nada. Nada de nada.

– ?Estaba sentada al lado de Granmere?

– No, no me refiero a eso. Estaba enfrente y en diagonal… demasiado lejos para ayudar.

– ?Y…?

– Simplemente se ha quedado sentada -le interrumpio Anne-. No se ha movido. Ni siquiera ha hecho ademan de levantarse.

Harry penso en ello. Lo lamentaba, pero no era ninguna sorpresa.

– Ni siquiera ha cambiado la expresion de su cara. Se ha quedado ahi sentada, asi. -Anne puso una cara decididamente inexpresiva, y Harry tuvo que reconocer que era exactamente igual a la de su madre.

– Te dire algo -dijo Anne-. Si hubiera sufrido un colapso delante de mi, como minimo habria puesto cara de sorpresa. -Sacudio la cabeza-. Son ridiculos, los dos. Papa no hace mas que beber y mama no hace nada en absoluto. Lo dicho, que me muero de ganas de que llegue mi cumpleanos. Me da igual el luto. Yo me caso con William Forbush, y no habra nada que ninguno de ellos pueda hacer al respecto.

– No creo que debas preocuparte por eso -dijo Harry. Posiblemente su madre no tendria ninguna opinion sobre el asunto y su padre estaria demasiado borracho para darse cuenta.

– Mmm… Probablemente tengas razon. -Anne fruncio los labios con pesar y entonces, en una inusitada demostracion de carino fraternal, alargo un brazo y le dio a su hermano un apreton en el hombro-. Tu tambien te iras pronto. No te preocupes.

Harry asintio. Se suponia que en unas semanas se iba al colegio.

Y si bien se sentia un tanto culpable por tener que irse mientras que Anne y Edward se quedaban, su culpabilidad quedo totalmente anulada por la abrumadora sensacion de alivio que lo inundo la primera vez que partio hacia el colegio.

Irse fue estupendo. Con el debido respeto a Granmere y sus monarcas favoritos, puede que fuese hasta «grande».

La vida de estudiante de Harry resulto ser tan gratificante como se habia imaginado. Estudio en Hesslewhite, una academia bastante estricta para aquellos chicos cuyas familias carecian de influencias (o, en el caso de Harry, el interes) para mandar a sus hijos a Eton o Harrow.

A Harry le encantaba el colegio. Le encantaba. Le encantaban las clases, le encantaba el deporte y le encantaba irse a la cama y no tener que desviarse hacia todos los rincones del edificio, haciendo su inspeccion tardia en busca de su padre, cruzando los dedos para que se hubiese desmayado antes de ensuciarlo todo. En el colegio Harry hacia un recorrido directo desde la sala comun hasta su dormitorio, y le encantaba cada paso que daba sin sobresaltos.

Pero todo lo bueno tenia un final, y a los 19 anos se graduo con el resto de la clase, incluido Sebastian Grey, primo hermano e intimo amigo. Hubo una ceremonia, ya que la mayoria de los chicos deseaba celebrar la ocasion, pero Harry «olvido» hablarle de ello a su familia.

– ?Donde esta tu madre? -le pregunto su tia Anna. Al igual que le pasaba a la madre de Harry, su voz no revelaba ni pizca de acento, pese al hecho de que Olga habia insistido en hablarles solo en ruso de pequenas. Anna se habia casado mejor que Katarina, contrayendo matrimonio con el segundo hijo de un conde. Pero esto no habia provocado ningun distanciamiento entre las hermanas; al fin y al cabo, sir Lionel era un baronet, lo que significaba que era a Katarina a la que llamaban «su senoria». Pero era Anna la que tenia los contactos y el dinero, y quiza mas importante, tenia un marido (hasta su muerte dos anos antes) que raras veces se permitia beber mas de una copa de vino en la cena.

Por eso cuando Harry mascullo algo acerca de que su madre estaba demasiado cansada, Anna supo

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