ocho numeros trimestrales de The Hidden World. Mas recientemente, Palmer inicio la publicacion de una revista de escasa circulacion, Forum, donde se invita a los lectores a discutir a fondo diversos topicos. Como es natural, estos se centran en los OVNI y el shaverismo. El ultimo numero que he tenido en mis manos, fechado en septiembre de 1973, todavia trata extensamente del fenomeno Shaver. Richard S. Shaver fallecio en noviembre de 1975. Mis recientes intentos de ponerme en contacto con Ray Palmer resultaron infructuosos.

El culto de los OVNI no se manifesto tan solo en las revistas de Palmer. 1957 fue sin duda alguna el ano de los OVNI. El numero de febrero de 1957 de Fantastic Universe estuvo dedicado a dicho tema. Se incluian articulos de Ivan T. Sanderson, el famoso explorador y naturalista, y de Gray Barker, editor de The Saucerian Review. Casi toda la parte literaria enfocaba el tema de los platillos volantes. Por ejemplo, Invasion, de Harlan Ellison, un relato de lo que podria suceder si llegasen los platillos. A lo largo de 1957 y 1958, Fantastic Universe ofrecio una serie de articulos sobre los OVNI, lo cual motivo que muchos de los lectores aficionados a la ficcion le retirasen su adhesion, culpando en parte del hecho al entonces reciente nombramiento de Hans Stefan Santesson como director. Santesson era un popular escritor y editor de literatura de misterio y policiaca, que asistia con regularidad a las reuniones de ciencia ficcion y colaboraba en Fantastic Universe con una seccion de critica titulada «Universe in Books». En 1956, cuando Leo Margulies abandono KingSize Publications para establecer un nuevo mercado, Santesson ocupo su cargo. La calidad de la revista decayo a partir de aquella fecha. Sin embargo, no hay que achacar toda la culpa a Santesson. Se trataba de un sintoma del mal que padecia la ciencia ficcion en su conjunto. Aun asi, el estigma recayo con rapidez sobre Santesson y su revista. El acrecentado interes por los OVNI exacerbo la situacion. Una decada despues, Santesson contribuiria a la mania del saber OVNI con su propio libro, Flying Saucers in Fact and Fiction (Los platillos volantes en la realidad y la ficcion) (1968). No obstante, los escritores consideraban a Santesson como un editor amable, servicial y util.

Por si esto no bastara, una tercera revista vino a entrometerse en el mercado OVNI. En octubre de 1957, la Amazing Stories publico un numero especial sobre los OVNI, dedicando la mitad de sus paginas a articulos de personajes como Raymond Palmer, Kenneth Arnold, Gray Barker y Richard Shaver. Solo incluia dos cuentos, ambos relacionados con los OVNI; uno de ellos -obra de Harian Ellison, bajo el seudonimo de Ellis Hart-, Farevvell to Glory (Adios a la gloria).

Howard Browne abandono en 1956 la direccion de Amazing Stories al dejar Ziff-Davis para trasladarse a Hollywood. La vacante fue ocupada por Paul W. Fairman, escritor, que poseia cierta experiencia editorial gracias a Amazing y Fantastic y fue el primer editor de If.

Pese a que Howard Browne no gustaba de la ciencia ficcion, sus revistas no revelaban tal circunstancia. En cambio, debe suponerse que a Fairman si le interesaba, ya que se dedicaba al genero. Sin embargo, desde el momento en que se hizo cargo de Amazing y Fantastic, ambas cobraron un aspecto pobre y descuidado, con un contenido falto por completo de inspiracion, indicando a las claras que Fairman se despreocupaba por entero de ellas, lo cual no significa que no supiera dirigirlas. Adoptaba una politica muy solida: acortar en la medida de lo posible y aspirar al minimo denominador comun. Por desgracia, dicha politica surtio efecto. A pesar de la baja calidad de las revistas, que con frecuencia rozaba en lo deprimente, ambas sobrevivieron y prosperaron, mientras otras se hundian.

La actitud de Fairman fue bastante similar a la de Palmer, aunque nunca tan sensacionalista. A mediados de la decada de los cincuenta, la mayoria de los lectores de esas revistas se reclutaban entre los adolescentes, seducidos por los vislumbres de la era espacial. Deseaban una literatura de accion rapida y no les importaba gran cosa la caracterizacion o la introspeccion. Este tipo de historia se escribia con facilidad y abundaban los escritores novatos deseosos de poner manos a la obra como fuera. Fairman llego a un acuerdo con un grupito de autores a fin de que produjeran una cantidad de lineas mensuales fijadas de antemano, que pasaban directamente a las prensas con escasa, por no decir ninguna, correccion. Autores como Henry Slesar, Milton Lesser y, sobre todo, Robert Silverberg entregaron al mes sus miles de palabras a cambio de cheques regulares. La situacion se prestaba, claro esta, al abuso. No obstante, por una especie de gracia salvadora, la mayoria de esos escritores se mostraron concienzudos, pese a no tener ninguna necesidad de serlo. Podian escribir lo que les gustara, como les gustara y, puesto que la mayor parte de sus obras aparecia bajo un seudonimo de la casa, no se exponian a critica alguna. La practica del seudonimo de empresa fue, y sigue siendolo en menor grado, comun entre los editores, por cuanto permite publicar bajo la misma firma la obra de varios escritores. Estos seudonimos abundaron en especial en las revistas de Ziff-Davis -con nombres como S.M. Tenneshaw, Alexander Blade y Gerald Vance-, y todavia se desconoce a ciencia cierta el autor de cada una de tales obras. Por fortuna, el talento real no puede mantenerse oculto, y el de Silverberg y el de Ellison se transparentaban lo suficiente para que sus colaboraciones resultaran superiores a las de sus colegas. Silverberg recuerda asi aquella epoca:

El verano de 1955 en Nueva York fue caluroso y deprimente, estableciendose a diario records de temperatura y humedad. Sin embargo, en una decrepita casa de apartamentos de la calle 114 Oeste, a la sombra de la Universidad de Columbia, un joven imberbe, de ojos vivos, golpeaba afanosa e incansablemente una maquina de escribir, ya casi humeante, escribiendo dia y noche relatos de ciencia ficcion, con la furiosa energia de quien acaba de empezar a vender regularmente sus obras y teme descansar por un instante, dejando que se desvanezca el aroma del triunfo.

Aquel joven trabajador se llamaba Robert Silverberg. No era el unico escritor atareado que habia en el edificio en aquel tiempo. En el piso de al lado, se alojaba un tal Randall Garrett y, en la planta inferior, un refugiado de Ohio llamado Harlan Ellison. Y tambien ellos hacian trabajar al maximo sus maquinas de escribir.

Fairman efectuo algunos experimentos con sus revistas. Por ejemplo, en junio de 1956, Fantastic dedico un numero especial a los suenos. Su aceptacion inspiro a Fairman la idea de una nueva revista de fantasia y ciencia ficcion, que se llamaria Dream World. El primer numero, fechado en febrero de 1957, se puso a la venta la vispera de Navidad de 1956, aspirando a un cierto nivel cultural al reeditar ciertas historias de P. G. Wodehouse y Thorne Smith. Por desdicha, los numeros siguientes se rellenaron con las acostumbradas fruslerias, producidas en serie por la «fabrica de ficcion». Nacida como bimensual, Dream World consiguio sacar a trancas y barrancas tres numeros trimestrales, antes de morir para no resucitar jamas.

La suerte de Dream World se limitaba a subrayar la situacion dramatica en que se hallaban Amazing y Fantastic. Sigue siendo un misterio como lograron continuar, a no ser que se explique gracias a su fuerte nucleo de fieles lectores dotados de un inagotable optimismo. A continuacion, Fairman decidio sacar provecho del floreciente mercado cinematografico de ciencia ficcion y procedio sin titubeos a publicar una proyectada serie de Amazing Stories Science Fiction Novels. Henry Slesar fue contratado para escribir una novela basada en el guion cinematografico de Bob Williams y Chris Knopf, basado a su vez en el relato de Charlotte Knight, para la pelicula de la Columbia: 20 Million Miles to Earth! (?A 20 millones de millas de la Tierra!) (1957). Los efectos especiales de Ray Harryhausen salvaron la pelicula, pero nada podia salvar la novela. Tras el primer numero de la serie, en el verano de 1957, no se publicaron mas Amazing Novels, aunque el proyecto puso de relieve un posible vinculo entre el cine y las revistas que seria explotado en anos siguientes.

Fairman continuo con sus numeros especiales. Despues de la edicion dedicada a los OVNI, comprometio realmente su posicion reviviendo el Misterio Shaver en el numero de julio de 1958 de Fantastic. ?Acaso creyo Fairman que, complaciendo a los grupos marginales, recuperaria para Amazing la gran circulacion de la posguerra? De ser asi, se equivoco. La situacion habia cambiado por entero en el transcurso de aquella decada. En 1946, Amazing era una de las seis unicas revistas de ciencia ficcion existentes. Aparte de ellas, poco mas habia disponible. En 1958, en cambio, Amazing suponia una mas entre el racimo de revistas amenazadas en su supremacia por el cine, la television y, lo mas importante de todo, el mercado del libro de bolsillo. Fairman vivia de un modo ciertamente peligroso.

Pese al hecho de que el campo de la revista presentaba todos los sintomas de un barco a punto de zozobrar, los editores debieron de pensar que aun existia una posibilidad de salir a flote, pues, durante todo el ano 1957, se produjo un flujo constante de revistas nuevas, inspirado quiza por el exito inicial de

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