Snaut estaba sentado a una mesa, entre un monton de cajones de aluminio y el aparato transmisor; comia concentrado de carne, que sacaba directamente de la lata.

?No saldria nunca de la cabina? Me quede mirando un rato como movia las mandibulas; de pronto me di cuenta de que yo tambien tenia hambre. Me acerque a las alacenas, elegi el plato menos polvoriento, y me sente frente a Snaut. Comimos en silencio.

Snaut se levanto, destapo un termo, y lleno dos cubiletes de caldo caliente. Puso luego la botella en el suelo — no habia lugar sobre la mesa—, y me pregunto:

—?Viste a Sartorius?

— No… ?donde esta?

— Arriba.

Arriba significaba el laboratorio. Seguimos comiendo, sin decir nada mas. Snaut raspo pacientemente el fondo de la lata. Desde el cielo raso, cuatro globos iluminaban la sala. Una celosia exterior cerraba la ventana. Los reflejos de los globos luminosos vibraban sobre la tapa plastificada del transmisor.

Snaut vestia ahora un jersey negro y suelto, de punos deshilachados. Unas venillas rojas le jaspeaban la tensa piel de los pomulos.

—?Que te pasa? — me pregunto.

— Nada… ?por que?

— Estas sudando a mares.

Me enjugue la frente. Era verdad, chorreaba sudor; una respuesta, sin duda, a aquel encuentro inesperado. Snaut me observaba atentamente. ?Tendria que contarle? Si me hubiera demostrado mas confianza… ?Que juego incomprensible se jugaba aqui, y quien era el adversario de quien?

— Hace calor. Yo esperaba que los climatizadores funcionaran mejor aqui.

— La regulacion es automatica, con intervalos de una

hora. — La mirada de Snaut era ahora insistente.

— ?Es solo el calor? ?Estas seguro?

No respondi. Snaut arrojo los utensilios y las latas vacias en el fregadero. Volvio al sillon y continuo interrogandome.

—?Que intenciones tienes?

— Eso depende de ustedes — respondi friamente—. Supongo que habra un plan de investigaciones, ?no? Un nuevo estimulo, quiza rayos X, o algo semejante…

Snaut fruncio el ceno.

—?Rayos X? ?Quien te lo dijo?

— No me acuerdo. Alguien me hablo. Tal vez en el Prometeo.Entonces ?ya han comenzado?

— No estoy al tanto de los detalles. Era una idea de Gibarian. El y Sartorius prepararon todo. Me pregunto como puedes saberlo.

Me encogi de hombros.

—?No estas al tanto de los detalles? Tendrias que estarlo, ya que tu…

No termine la frase; Snaut callaba.

El murmullo de los climatizadores habia cesado. La temperatura se mantenia a un nivel soportable, pero se oia aun un sonido agudo, como el agonico zumbido de una mosca.

Snaut dejo el sillon y fue a inclinarse sobre el tablero del transmisor. Movio las perillas, sin orden ni resultado, pues habia dejado el interruptor en punto muerto. En eso se entretuvo un instante; luego observo, de espaldas:

— Habra que cumplir las formalidades…

—?Si?

Snaut se volvio y me miro con hostilidad. Yo no habia querido molestarlo, pero ignorando la partida que se jugaba, estaba obligado a mantenerme en una actitud de espera reticente.

La manzana de Adan le sobresalia a Snaut en el escote del jersey.

— Estuviste en la habitacion de Gibarian — me acuso de pronto.

Lo mire tranquilamente.

—?Estuviste alli! —repitio.

Amague un movimiento de cabeza — Si insistes…

—?Habia alguien? — me pregunto.

Asi que el la habia visto, o al menos sabia que existia.

— Nadie… ?Quien podia haber estado?

— Entonces ?por que no me dejaste entrar?

Le sonrei.

— Porque tuve miedo. Me acorde de tus advertencias. Cuando el picaporte se movio, lo retuve maqui- nalmente. ?Por que no dijiste que eras tu? Te hubiera dejado entrar.

— Creia que era Sartorius — respondio Snaut, con voz insegura.

—?Y entonces?

Snaut replico nuevamente con otra pregunta.

—?Que piensas tu? ?Que habra pasado?

Titubee.

— Tu tendrias que saberlo, mejor que yo… ?donde esta?

— En la camara fria. Lo transportamos en seguida, esta manana.

—?Donde lo encontraste?

— En el ropero.

—?En el ropero? ?Ya estaba muerto?

— El corazon le latia aun, pero ya no respiraba.

—?Intentaste reanimarlo?

— No.

—?Por que?

— No tuve tiempo. Cuando lo acoste, estaba muerto.

—?Estaba de pie en el guardarropa? ?Entre esos trajes?

— Si.

Snaut tomo una hoja de papel del escritorio rinconera y me lo tendio.

— He redactado un acta provisional… Despues de todo, no me desagrada que hayas visto el cuarto. Causa del deceso, inyeccion de pernostal, dosis mortal. Aqui esta escrito…

Recorri con la vista la hoja de papel y murmure:

— Suicidio… ?Por que razon?

— Perturbaciones nerviosas, depresion, llamalo como quieras… Tu entiendes de eso mas que yo.

Yo habia permanecido sentado; Snaut se erguia ante mi. Lo mire a los ojos, y le dije:

— Solo se lo que he comprobado yo mismo.

—?Que quieres decir? — me pregunto el con calma.

— Se inyecto pernostal y se escondio en el ropero, ?no es asi? En ese caso, no se trata de perturbaciones nerviosas ni de una crisis de depresion, sino de un estado muy grave, de una psicosis paranoica… — Hablando cada vez mas lentamente y sin sacarle los ojos de encima, anadi:— Creia ver algo, sin duda.

Snaut volvio a jugar con las llaves del transmisor.

Al cabo de un instante, prosegui:

— Aqui veo tu firma. ?Y la de Sartorius?

— Esta en el laboratorio. Ya te lo dije. No viene por aqui. Supongo que…

—?Que?

— Que se ha encerrado.

—?Que se ha encerrado? Ah, se ha encerrado… ?Se habra atrincherado acaso?

— Es posible.

— Snaut.. hay alguien en la Estacion, alguien mas.

Snaut habia soltado las llaves y me miraba torciendo el cuerpo.

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