– Oh… wow. ?Como te esta yendo?

– Bien. Lento. Pero estoy trabajando en ello. -El bajo la mirada hacia los papeles-. Mary es paciente conmigo.

Silencio. Largo silencio. Dios, ahora que estaba frente a el, no podia encontrar las palabras.

– Fui a Charleston -dijo el.

– ?Que? -?Habia ido a verla alli?

– Me llevo un tiempo encontrarte, pero lo hice. Fui la primera noche que me libre de Havers.

– Nunca lo supe.

– No queria que lo supieras.

– Oh. -Ella respiro profundamente, el dolor bailaba como el mercurio bajo cada pulgada de su piel. Es hora de arrojarse desde la roca, penso ella-. Escucha, Zsadist, yo vine para decirte…

– No quiero verte hasta que haya terminado. -Cuando sus ojos amarillos se quedaron fijos en ella, algo cambio en el aire entre ellos.

– ?Con que? -susurro ella.

El bajo la mirada al lapiz en su mano.

– Conmigo.

Ella sacudio la cabeza.

– Lo siento. No entiendo.

– Quiero devolverte esto. -Saco el collar de ella del bolsillo-. Iba a dejarlo contigo esa primera noche, pero entonces pense… Bueno, de todas maneras, lo lleve hasta que no pude ponerlo mas alrededor de mi garganta. Ahora solo lo llevo cerca.

Bella dejo escapar el aliento, saliendo con facilidad de su boca hasta que estuvo vacia de aire. Mientras tanto el comenzo a frotarse la parte superior de la cabeza, sus biceps y su pecho tan grande ahora, estiraron su camiseta hasta dejar tirantes las costuras.

– El collar era una buena excusa -murmuro el.

– ?Para que?

– Pensaba que quizas pudiese ir a Charleston y presentarme ante tu puerta para devolvertelo y quizas… quizas me dejarias entrar. O algo. Estaba preocupado de que otro hombre te estuviera cortejando, asi que intente ir tan rapido como pude. Quiero decir, me imaginaba que quizas si pudiera leer, y si me preocupase un poco mas por mi mismo, y si intentase dejar de ser tan jodido nino de mama… – El sacudio la cabeza-. Pero no me malinterpretes. Esto no quiere decir que esperara que estuvieses feliz de verme. Yo solo… sabes, esperaba… cafe. Te. Una oportunidad para hablar. O alguna mierda. Amigos, quizas. Excepto si tienes un hombre, el no lo permitiria. Asi que, si, eso es por lo que me he estado dando prisa.

Sus ojos dorados se alzaron hasta los de ella. Estaba haciendo una mueca de dolor, como si tuviese miedo de lo que quizas estuviera mostrando su cara.

– ?Amigos? -dijo ella.

– Si… quiero decir, no te deshonraria pidiendote mas que eso. Se que lo lamentas… de todos modos, no podia dejarte ir sin… si, tan solo… amigos.

Santo… Moses. Habia ido a por ella. Con la intencion de regresar y alejarse.

Amigo, eso estaba completamente fuera de cualquier panorama que se hubiera imaginado cuando se habia preparado a hablar con el.

– Yo… ?Que estas diciendo, Zsadist? -balbuceo, incluso aunque habia escuchado cada palabra.

Su mirada bajo al lapiz en su mano y entonces se volvio a la mesa. Pasando la libreta de espiral a una nueva pagina, se inclino y garabateo sobre la parte superior del papel durante un momento. Despues arranco la hoja.

Su mano temblaba cuando se la tendio.

– Esta a sucio.

Bella tomo el papel. En el irregular bloque de letras de un nino habia dos palabras:

TE QUIERO

Sus labios se apretaron en una linea cuando sus ojos se fijaron. La caligrafia se ondulaba y despues desaparecia.

– Quizas no puedas leerlo -dijo el en voz baja-. Puedo hacerlo de nuevo.

Ella nego con la cabeza.

– Puedo leerlo perfectamente. Es… hermoso…

– No espero nada a cambio. Quiero decir… se que… ya no sientes eso por mi. Pero queria que lo supieras. Es importante que lo supieras. Y si hay alguna oportunidad de que podamos estar juntos… no puedo dejar mi trabajo con la Hermandad. Pero puedo prometer que sere mucho mas cuidadoso conmigo mismo. -El fruncio el ceno y dejo de hablar-. Mierda. ?Que estoy diciendo? Me prometi a mi mismo que no te pondria en esta posicion.

Arrugo el papel contra su corazon, entonces se lanzo contra el, golpeando su pecho con tanta fuerza que se tambaleo hacia atras. Cuando sus brazos la rodearon con vacilacion, como si no tuviese idea alguna de lo estaba haciendo o por que, ella lloro abiertamente.

En todos sus preparativos para ese encuentro, la unica cosa que nunca habia considerado era que los dos quizas tuviesen algun tipo de futuro.

Cuando el inclino su barbilla y bajo la mirada a la suya intento sonreir, pero la loca esperanza que sentia era una carga demasiado pesada y gozosa.

– No se suponia que te hiciera llorar.

– Oh, Dios… Zsadist, te quiero.

Sus ojos se abrieron desmesuradamente, sus cejas casi impactaron con la linea del pelo.

– ?Que…?.

– Te quiero.

– Di eso otra vez.

– Te quiero.

– Otra vez… por favor -susurro-. Necesito oirlo… otra vez.

– Te quiero…

Su respuesta fue empezar a rezar a la Virgen Escriba en el Antiguo Lenguaje.

Sosteniendo apretada a Bella, enterro la cara en su pelo, dio las gracias con tal elocuencia que ella empezo a llorar de nuevo.

Cuando murmuro el ultimo elogio se paso nuevamente al espanol.

– Estaba muerto hasta que me encontraste, aunque respiraba. Estaba ciego, aunque podia ver. Y entonces llegaste tu… y estaba despierto.

Ella toco su cara. En un lento movimiento el cerro la distancia entre sus bocas, presionando el mas suave de los besos sobre sus labios.

Cuan dulcemente venia a ella, penso. Incluso con su tamano y su poder, venia a ella… con dulzura.

Entonces el se echo atras.

– Pero espera, ?Por que estas aqui? Quiero decir, me alegro de que tu…

– Llevo a tu hijo.

Fruncio el ceno. Abrio la boca. La cerro y sacudio la cabeza.

– Lo siento…?Que has dicho?.

– Llevo a tu hijo. -Esta vez no hubo respuesta alguna de el-. Vas a ser padre. -Todavia nada-. Estoy embarazada.

De acuerdo, se estaba quedando sin maneras de decirselo. Dios… ?Que pasaba si no lo queria?

Zsadist empezo a tambalearse en sus botas de combate y la sangre huyo de su cara.

– ?Llevas a mi hijo en tu interior?

– Si, lo llevo.

De repente agarro sus brazos con fuerza.

– ?Estas bien? ?Ha dicho Havers que estas bien?

– Hasta ahora. Soy joven, pero quizas obre a mi favor cuando llegue el momento del parto. Havers dijo que el bebe esta bien y yo no estoy bajo ninguna restriccion… bueno, excepto que no se me permite desmaterializarme despues del sexto mes. Y, ah…-Sonrojada… ella estaba realmente sonrojada ahora-. No podre tener sexo o ser alimentada despues del decimocuarto hasta el nacimiento. Lo cual debe ser alrededor del octavo mes.

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