Cuando el doctor le habia dado esas advertencias, ella habia pensado que nunca tendria que preocuparse de cualquiera de esas cosas. Pero quizas ahora…

Zsadist estaba asintiendo, pero realmente no se veia bien.

– Yo puedo cuidar de ti.

– Se que lo haras. Y vas a mantenerme a salvo -dijo ella.

Dijo eso por que sabia que el se preocuparia por eso.

– ?Te quedaras aqui conmigo?

Ella sonrio.

– Me encantaria.

– ?Te emparejaras conmigo?

– ?Lo estas preguntando?

– Si.

Excepto que el todavia se veia verde. Estaba literalmente del color de un helado de menta. Y esas rutinarias palabras suyas empezaban a agitarla.

– Zsadist… ?Estas de acuerdo acerca de esto? Um… no tienes que emparejarte conmigo, si no…

– ?Donde esta tu hermano?

La pregunta la asusto.

– ?Rehvenge? Ah… en casa, supongo.

– Iremos a verle. Ahora. -Zsadist tomo su mano y la arrastro sacandola al vestibulo.

– Zsadist.

– Obtendremos su consentimiento y estaremos emparejados esta noche. E iremos en el coche de V. No quiero que te desmaterialices otra vez.

Zsadist tiraba de ella tan rapido hacia la puerta, que tenia que correr.

– Espera, Havers dijo que podria hacerlo hasta el mes…

– No quiero correr riesgos.

– Zsadist, esto no es necesario.

De repente se detuvo.

– ?Estas segura que quieres a mi pequeno?

– Oh, si. Oh, querida Virgen, si. Incluso mas ahora… -Ella le sonrio. Tomo su mano. Poniendola sobre su liso estomago.

– Vas a ser un maravilloso padre.

Y entonces fue cuando cayo el cayo desmayado.

Zsadist abrio los ojos para encontrar a Bella mirandole con el amor brillando en su cara.

Alrededor de su periferia estaban los miembros de la casa, pero ella era la unica que el veia.

– Hola, ahi -dijo ella suavemente.

Extendio la mano y le acaricio la cara. No iba a llorar. No lo haria.

Oh, al diablo con eso.

Le sonrio cuando las lagrimas empezaron a rodar.

– Espero… espero que sea una nina y que sea igual a ti.

Su voz se corto. Y entonces, si, igual que un completo descontrolado, se desmorono totalmente y lloro igual que un idiota. Enfrente de todos los Hermanos. Y de Butch. Beth y Mary. No dudaba que estaria horrorizando a Bella con su debilidad, pero no podia hacer nada. Esta era la primera vez en toda su vida que habia sido… bendecido. Afortunado. Con suerte. Este momento, este perfecto, deslumbrante momento en el tiempo, este unico, sublime momento donde estaba tendido sobre su espalda en el vestibulo, con su amada Bella, y el bebe en su interior, y la Hermandad a su alrededor… ese era su dia mas afortunado.

Cuando sus pateticos sollozos cesaron, Rhage se arrodillo, sonriendo de manera tan amplia que sus mejillas estaban a punto de agrietarse.

– Vinimos corriendo cuando tu cabeza se estrello contra el suelo. Ponlo aqui, papaito. ?Puedo ensenarle al pequeno bribon como luchar?

Hollywood tendio su mano, y cuando Zsadist la tomo la sostuvo para estrecharsela, Wrath se acuclillo.

– Enhorabuena, hermano mio. Que las bendiciones de la Virgen esten sobre ti, tu shellan y tu hijo.

Para el momento en que Vishous y Butch ofrecieron sus elogiosas palabras, Z estaba sentado. Enjugandose. Dios, era tan panfilo llorando sobre si mismo. Mierda. Buena cosa que ninguno de ellos parecia advertirlo. Tras respirar profundamente, miro a su alrededor buscando a Phury… y alli estaba su gemelo.

En los dos meses desde la noche en que Phury saliera con esa lesser, su pelo ya le habia crecido hasta su linea de la mandibula, y la cicatriz que el habia puesto sobre su cara se habia difuminado. Pero sus ojos eran opacos y tristes. Y estaban tristes tambien ahora.

Phury se adelanto y todo el mundo se quedo quieto.

– Me encantara ser tio -dijo el lentamente-. Estoy tan feliz por ti, Z. Por ti tambien… Bella.

Zsadist agarro la palma de Phury y la apreto tan fuerte que podia sentir los huesos de su gemelo-. Vas a ser un buen tio.

– ?Y quizas el Guardian? -sugirio Bella.

Phury arqueo la cabeza.

– Me honraria ser el Guardian del pequeno.

Fritz se apresuro a entrar con una bandeja de delgadas copas aflautadas. El doggen estaba entusiasmado y muy excitado de felicidad.

– Para brindar por la ocasion.

Las voces variaron y se mezclaron y las copas fueron pasadas y sonaron risas. Zsadist miraba a Bella cuando alguien le puso una copa en la mano.

– Te amo -murmuro el. Ella sonrio volviendose hacia el y presionando algo en el interior de su mano. Su collar.

– Llevalo siempre encima -murmuro ella-. Para la buena suerte.

El beso su mano.

– Siempre.

Wrath se levanto precipitadamente en toda su altura, elevando su champana, e inclinando hacia atras la cabeza. Con una tremenda, estruendosa voz, grito tan alto, que habrias podido jurar que las paredes de la mansion temblaron.

– ?Por el pequeno!

Todo el mundo se puso en pie, elevaron sus copas, y gritaron con toda la fuerza de sus pulmones.

– ?Por el pequeno!

Ah, si… Seguramente su coro de voces era audaz y lo bastante ensordecedor para llegar a oidos de la Virgen Escriba. Lo cual era precisamente como mandaba la tradicion.

Un apropiado y prospero brindis, penso Z mientras tiraba de Bella hacia abajo para besarla en la boca.

– ?Por el pequeno! -grito la casa una vez mas.

– Por ti -dijo contra los labios de Bella-. Nalla.

CAPITULO 50

– Si, bueno, podria haberlo hecho sin la parte del desfallecimiento -murmuro Z cuando tiro hacia la calzada de la segura casa en la que vivia la familia de Bella-. Y todo eso de vociferar la habitual rutina de -mis-ojos-rojos, tambien. Definitivamente podria haber pasado de eso. Cristo.

– Pense que eras muy dulce.

Con un gemido paro el motor, palmeo su SIG Saber, y dio la vuelta para ayudarla desde el Escalade. Maldicion. Ella ya tenia la puerta abierta y estaba caminando en la nieve.

– Esperame -corto el, agarrandola del brazo.

Ella le disparo una mirada fija.

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