– Acercate aqui, carino, para que el viejo Bobby Tom te pueda echar un vistazo antes de que comiences. -Su suave voz con acento texano recorrio su cuerpo e hizo desaparecer su habitual sentido comun, por lo que dijo lo primero que le paso por la mente.

– Yo… ehhh… tengo que ponerme primero mas maquillaje.

– No te preocupes por eso ahora.

Dejo escapar subitamente un pequeno grito de consternacion cuando Bruno la empujo el trecho que le faltaba por recorrer. Antes de que pudiera echarse para atras, la gran mano de Bobby Tom se cerro alrededor de su muneca. Con frialdad, ella miro hacia abajo, a los dedos largos y afilados que solo momentos antes habian moldeado el trasero de Julie y que ahora la izaban a su lado en la plataforma.

– Dejadle sitio a la dama, chicas.

Alarmada, observo como las mujeres dejaban el jacuzzi para observarla. Intento explicarse.

– Sr. Denton, es necesario que le diga…

Bruno presiono el boton del radiocasete, y su voz quedo ahogada por completo por la aspera musica de “The Stripper”. Los hombres comenzaron a ovacionar y silbar. Bobby Tom le dirigio un guino alentador, la solto y se dio la vuelta para sentarse en una de las grandes rocas redondeadas y observar la funcion.

Sus mejillas ardieron ruborizadas. Permanecio de pie, sola, en medio de la plataforma del jacuzzi, con todos los ojos de la habitacion clavados en ella. ?Todos esos especimenes con un fisico perfecto estaban esperando que ella, la imperfecta Gracie Show, se desnudara!

– ?Vamos, carino!

– ?No seas timida!

– ?Muevete, carino!

Mientras algunos de los hombres hacian ruidos animales, una de las mujeres puso los dedos entre los labios y silbo. Gracie los contemplo con impotencia. Comenzaron a reirse, como cuando en su clase de ingles de segundo ano de secundaria se habia reido cuando los algodones que acolchaban su sujetador habian cambiado de posicion. Eran adultos en una fiesta de animales comportandose conforme a su especie, y aparentemente pensaban que iba a renunciar.

Mientras seguia alli, paralizada delante de ellos, la idea de ser confundida con una stripper se volvio repentinamente menos bochornosa que pensar en explicar a toda esa gente, a gritos sobre la musica, lo que realmente le habia traido hasta alli, provocando que se dieran cuenta de lo paleta que era.

No mas de cinco metros la separaban de Bobby Tom Denton, y supo que todo lo que tenia que hacer era acercarse lo suficiente como para susurrarle su identidad. En cuanto el supiera que era Windmill quien la habia enviado, el sentiria tanta verguenza por su error que la ayudaria a salir discretamente y cooperaria con ella.

Una nueva rafaga de ruidos soeces se elevo sobre la musica que salia del radiocasete. Con lentitud, ella levanto la pierna derecha varios centimetros y estiro el pie dentro de su zapato negro. Una vez mas volvieron a reirse.

– ?Asi!

– ?Ensenanos mas!

La distancia entre Bobby Tom y ella parecia ahora de unos cien kilometros. Tirando con fuerza de la falda de su traje azul marino, le dio la espalda con indecision. Mas silbidos se unieron a la risa cuando la bastilla llego a la altura de la rodilla.

– ?Eres ardiente, nena! ?Nos encanta!

– ?Quitate la peluca!

Bruno se adelanto de entre la gente para dibujar un circulo con el dedo indice. Al principio no entendio lo que queria, pero luego se dio cuenta de que le ordenada girarse hacia Bobby Tom mientras se desvestia. Tragando saliva, se enfrento a esos ojos azul oscuro.

El echo el stetson hacia atras sobre su cabeza y hablo en voz alta para que pudiera oirle:

– Deja las perlas para el final, carino. Me gustan las damas con perlas.

– ?Nos aburrimos! -grito uno de los hombres a voz en cuello-. ?Quitate algo!

Ella casi perdio el valor. Solo el pensar que diria su superior si salia a toda mecha de la casa sin haber cumplido su mision hizo que se envarara. ?Gracie Snow no huia! Este trabajo era la oportunidad que habia estado esperando toda su vida, y no iba a acobardarse ante la primera adversidad.

Lentamente se quito la chaqueta. Bobby Tom le sonrio aprobatoriamente, como si ella hubiera hecho algo asombroso. Los tres metros que todavia les separaban parecian un millon de kilometros. El puso el tobillo de una de sus botas de vaquero sobre la rodilla opuesta, y el albornoz se abrio involuntariamente para revelar un muslo desnudo, poderosamente fuerte. La chaqueta se le cayo de los dedos.

– Asi, corazon. Lo estas haciendo muy bien. -Sus ojos centellearon de admiracion, como si fuera la bailarina con mas talento que hubiera visto en su vida en vez de la mas inepta.

Con una serie de torpes movimientos, ella se acerco contoneandose, tratando de ignorar los exagerados abucheos que comenzaba a proferir la audiencia.

– Realmente bien -dijo el-. Creo que nunca vi nada que me gustara tanto.

Con un contoneo final de caderas, llego a su lado, con todo salvo la chaqueta, y forzo sus labios tensos con una sonrisa. Desafortunadamente, cuando ella se inclino hacia adelante para murmurar lo que pasaba en su oido, su mejilla rozo el ala del stetson, inclinandolo. Con una mano, el lo enderezo mientras, con la otra, la ponia sobre su regazo.

La fuerte musica oculto su chillido de protesta. Ella se quedo por un momento aturdida y muda ante las sensacion de su cuerpo duro bajo el suyo y la pared solida de su pecho presionando contra su costado.

– ?Necesitas ayuda, carino? -Dirigio su mano al boton superior de su blusa.

– ?Oh, no! -protesto ella agarrando firmemente su brazo.

– Un espectaculo muy interesante, carino. Un poco lento, pero probablemente eres principiante. -Le mostro una amplia sonrisa que tenia mas regocijo que lascivia-. ?Como te llamas?

Ella trago saliva.

– Gracie…, esto…, Grace. Grace Snow. Senorita Snow -completo, en un intento tardio de poner algun tipo de distancia entre ellos-. Y no soy…

– Senorita Snow… -arrastro las palabras, saboreandolas como si fueran un vino de solera. El calor de su cuerpo enturbiaba su cerebro e intento escapar de su regazo.

– Sr. Denton…

– Ve al grano, querida. Los chicos se impacientan. -Antes de que lo pudiera detener, le abrio el boton del cuello de su blusa blanca de poliester-. Debes ser nueva en esto. -La punta de su dedo indice exploro el hueco de la base de su garganta, haciendola temblar-. Pense que conocia a todas las chicas de Stella.

– Si, yo…, digo no, yo no soy…

– No te pongas nerviosa ahora. Estas haciendolo genial. Y tienes unas piernas muy bonitas, si no te importa que te lo diga. -Sus agiles dedos abrieron el siguiente boton.

– ?Sr. Denton!

– Senorita Show.

Ella vio la misma diversion que habia notado en sus ojos un rato antes cuando estaba examinando a Julie sobre futbol, y se dio cuenta de que habia desabotonado otro boton, exponiendo su sujetador de color melocoton, con su gran escote central y su borde de encaje. Ropa interior provocativa era una cosa tonta en una mujer fea, por tanto era un secreto celosamente guardado. Boqueo con repentina verguenza.

Un ronco bullicio aumento entre la gente, pero no fue en respuesta a su sujetador color melocoton, sino a una de las mujeres que sobre la mesa de billar se habia quitado la parte superior del bikini y lo hacia girar sobre su cabeza. Gracie se dio cuenta de inmediato que esa mujer necesitaria algo que recogiera mas que su sujetador.

Los hombres batieron palmas y gritaron. Ella intento agarrar su blusa firmemente para cerrarla, pero Bobby Tom atrapo sus dedos, sujetandolos suavemente con la palma de su mano.

– Parece que Candi se te adelanto senorita Show.

– Creo…, es mejor…, -trago saliva-. Hay una cosa que deberia comentarle. En privado.

– ?Quieres bailar para mi en privado? Es realmente dulce, pero mis invitados se desilusionarian si viera algo que ellos no pudieran ver.

Ella se dio cuenta de que el habia desabrochado el boton de la cinturilla de su falda y bajaba la cremallera.

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