– No lo entiendo… -dijo ella.
– Vaya, no se puede decir que hayas reaccionado como esperaba. Pero, por lo menos, te he sorprendido.
– Si, de eso no hay duda. Pero si no quieres mantener una relacion conmigo…
– Te estoy diciendo que te amo, Jillian, con todo mi corazon -la interrumpio-. Estoy loco por ti y quiero saber si tengo alguna oportunidad contigo.
Jilly lo miro con verdadero amor, sin saber que decir.
– Llevo dias sin hacer otra cosa que pensar en ti. Y creeme, ahora me siento la mujer mas afortunada de la Tierra.
– Entonces, ?me amas?
– Si, Matt, te amo.
– No sabes cuanto me alegra, porque en la bolsa llevo algo mas para ti…
Matt saco entonces una pequena llave y se la dio.
– ?Que es? ?La llave de tu corazon?
– Algo parecido.
Matt se inclino de nuevo y saco una caja de metal, bastante grande.
– Cada vez lo entiendo menos.
– Es la caja mas grande y resistente que pude encontrar en el supermercado. Sirve para guardar cosas valiosas.
– Oh, bueno, gracias… -dijo, sin entender nada.
– No me des las gracias antes de abrirla.
Cuando por fin la abrio, Jillian se llevo una gran sorpresa: estaba llena de bombones de chocolate de todo tipo, y sobre todos ellos se leia una frase: «?Quieres casarte conmigo?»
Jilly cerro los ojos durante unos segundos, asombrada y emocionada al mismo tiempo. Aquel era el hombre mas generoso, tierno, romantico, dulce, apasionado y maravilloso que habia conocido en toda su vida.
Carraspeo, tan emocionada que temia no poder hablar y dijo:
– Parece que le gusto mucho al pastelero de esa tienda.
– Eso no lo ha escrito el pastelero. ?He sido yo! -protesto.
– Lo se, lo se, solo era una broma…
– ?Sabes lo que me costo hacerlo? Me puse perdido de chocolate, se me quemo la sarten varias veces y me queme. Mira, todavia tengo una marca en el indice -declaro mientras se la ensenaba-. Pero lo peor de todo es que todavia no me has contestado.
– Hay una cosa que sigo sin comprender: ?por que has dicho antes que no querias seguir manteniendo nuestra relacion?
– Yo no he dicho eso. He querido decir que no quiero que sigamos con una simple aventura, que quiero mucho mas que eso. Quiero que nos casemos. Quiero que seamos marido y mujer. ?Te casaras conmigo?
– Si, por supuesto que si. Me casare contigo -dijo sin dudarlo.
Matt la abrazo entonces y se besaron durante un buen rato. Despues, se apartaron un momento y el anadio:
– Hay algo mas en el fondo de la bolsa. Jilly se inclino y saco una ramita fresca de muerdago.
– Vaya, parece que al final voy a poder reclamar mi premio…
– ?Y que quieres?
– Quiero que tu, yo y el muerdago nos vayamos a mi dormitorio y veamos que clase de travesuras navidenas se nos ocurren.
Matt fingio que no estaba seguro de querer aceptar el ofrecimiento.
– Si podemos llevar los bombones… -Claro que si. ?Trato hecho, entonces? -pregunto con alegria. -Trato hecho, amor mio.
Jacquie D’Alesandro