pensado en ellos y no le habia importado?

– ?Has tomado la medicacion?

– Me da mucho cansancio.

– Tienes que tomartela. -Se aparto y la miro a la cara-. Travis depende de ti, y yo tambien dependo de ti.

Meg suspiro.

– Tu no dependes de mi, y es probable que Travis estuviera mejor sin mi.

– Meg… -La miro fijamente a los ojos-. Tu mejor que nadie sabes que eso no es cierto.

– Lo se. -Se aparto el cabello de la cara-. Solo queria decir que criar a un nino es tan duro…

Esperaba que fuera eso lo que queria decir.

– Para eso me tienes a mi. -Mick sonrio, aunque se sentia diez anos mas viejo que cuando habia entrado en la casa-. Yo no voy a irme a ninguna parte, aunque hagas el pastel de carne mas asqueroso del mundo.

Meg sonrio y, de aquel modo, su humor cambio. Como si alguien hubiera metido la mano en su cerebro y apretado un interruptor.

– A mi me gusta mi pastel de carne.

– Lo se. -Mick dejo caer las manos y busco las llaves en el bolsillo-. Pero a ti te gusta la comida de viejas.

Meg cocinaba como su abuela, como si estuviera cocinando un guiso para la cena del centro de ancianos.

– Eres malo y una mala influencia para Travis. -Se rio y se cruzo de brazos-. Pero siempre me haces sentir mejor.

– Buenas noches -dijo, y se encamino hacia la puerta.

El aire frio de la noche le acaricio la cara y el cuello mientras caminaba hacia la camioneta, respiro una profunda bocanada de aire y la solto. Siempre hacia que Meg se sintiera mejor, siempre. Y luego, el siempre se quedaba hecho una mierda. Ella tenia una crisis y cuando se le pasaba, estaba bien. Nunca parecia notar los anicos que dejaba a la zaga de sus impredecibles humores.

Despues de pasar fuera doce anos, casi habia olvidado como eran aquellos humores. A veces le habria gustado no haber regresado.

Capitulo 5

Maddie cogio una botella de Coca-Cola light que estaba sobre su escritorio y la destapo. Dio un trago largo y volvio a taparla. Nada mas abrir los ojos aquella manana, supo al instante por donde tenia que empezar el libro. En el pasador siempre empezaba los libros con hechos escalofriantes. Pero en esa ocasion se sento y escribio:

– Te prometo que esta vez sera diferente, nena. -Alice Jones echo un vistazo a su pequena hija y luego volvio a fijar la mirada en la carretera-. Truly te va a encantar. Se parece un poco al cielo y ya va siendo hora de que Jesus nos ayude a encontrar una vida mejor.

Pero la nena no dijo nada. Ya habia oido aquello antes. La voz emocionada de su madre y las promesas de una vida mejor. Lo unico que cambiaba siempre era su direccion.

Como siempre, la nina queria creer a su madre. En realidad la creia, pero acababa de cumplir cinco anos y era lo bastante mayor para darse cuenta de que nunca cambiaban a mejor, de que nunca cambiaba nada.

– Vamos a vivir en una bonita caravana.

Se descruzo de brazos y miro por el parabrisas los pinos que pasaban a toda velocidad. ?Una caravana? Nunca habia vivido en una casa.

– Con un columpio en el jardin.

?Un columpio? Nunca habia tenido un columpio. Volvio a mirar a su madre y la luz del sol centelleaba en el cabello rubio. Su madre parecia un angel de una postal navidena, como esos que estan en la punta del arbol de Navidad, y la nina se permitio creerlo. Se permitio creer en el sueno de encontrar el cielo. Se permitio creer en una vida mejor, y durante cinco meses habia sido mejor… justo hasta la noche en que una esposa enfurecida vacio el cargador de una treinta y ocho milimetros en el joven cuerpo de Alice Jones y convirtio el sueno en una pesadilla.

Maddie se apoyo en el escritorio, empujo la silla hacia atras y se puso de pie. Las mangas del pijama de algodon resbalaron hasta los codos cuando levanto los brazos y se desperezo. Eran poco mas de las doce y aun no se habia duchado. Su buena amiga Clare se duchaba y se maquillaba cada dia antes de sentarse a escribir. Maddie no. Por supuesto, eso significaba que de vez en cuando los de FedEx le pillaban hecha unos zorros, lo cual no le preocupaba demasiado.

Se metio de un salto en la ducha y penso en el dia que le esperaba. Tenia una lista de nombres y direcciones en la que habia anotado la relacion que cada uno guardaba con el caso. En el primer puesto de la lista se encontraba una visita a Value Rite Drug, donde trabajaba Carleen Dawson. Carleen era camarera en el Hennessy en la misma epoca que su madre. Queria pedirle que quedaran para poder entrevistarla, y pedirselo en persona tenia mas ventajas que hacerlo por telefono.

Despues de la ducha, se puso crema de almendras y un vestido negro que se ataba a un costado de la cintura. Se retiro el cabello de la cara, se aplico un poco de rimel y de lapiz de labios rojo intenso. Se calzo unas sandalias rojas y metio una libreta en el fino maletin de piel. No es que planease usar nada de lo que llevaba en el maletin, pero queria causar buena impresion.

Value Rite Drug estaba a unas pocas manzanas de la calle Mayor al lado de la peluqueria Hair Hut de Helen. Tiestos con geranios y toldos amarillos daban al exterior de la tienda un toque de color. El interior estaba lleno de todo tipo de cosas; desde tiritas y aspirinas hasta esculturas de madera de renos, alces y osos talladas por los lugarenos. Pregunto en la caja principal donde podia encontrar a Carleen y le senalaron el pasillo de los aperitivos.

– ?Es usted Carleen Dawson? -pregunto a una mujer bajita que vestia una blusa blanca y un delantal azul y rojo y que estaba inclinada sobre un carro de nubes y de palomitas para microondas.

Se enderezo y miro a Maddie a traves de un par de lentes bifocales.

– Si.

– Hola, me llamo Madeline Dupree y soy escritora. -Le dio a Carleen una tarjeta de visita-. Me gustaria que me concediera unos minutos de su tiempo.

– No es mi hora de descanso.

– Lo se. -Carleen tenia el cabello muy estropeado y sin nada de vida, y, durante unos segundos, Maddie se pregunto por que algunas personas de Truly tenian el pelo en tan mal estado-. Pense que podriamos quedar cuando salga del trabajo.

Carleen bajo los ojos hacia la tarjeta negra y plateada, luego volvio a subirlos.

– ?Crimenes de verdad? ?Escribe sobre crimenes de verdad? ?Como Anne Rule?

?Esa escritorzuela!

– Si, exacto.

– No se como podria ayudarla. No tenemos asesinos en serie en Truly. Hubo uno en Boise, hace unos pocos anos, una mujer, para colmo. ?Puede creerlo?

En realidad Maddie si podia creerlo, pues su amiga Lucy habia sido considerada sospechosa y Maddie planeaba escribir mas adelante sobre aquella matanza.

– Aqui nunca pasa nada -anadio Carleen, y coloco una bolsa de nubes en la estanteria.

– No estoy escribiendo sobre un asesino en serie.

– ?Sobre que escribe, entonces?

Maddie apreto con fuerza el maletin y metio la otra mano en el bolsillo del vestido.

– Hace veintinueve anos usted trabajaba en el bar Hennessy cuando Rose Hennessy disparo a su marido y a una camarera de cocteles llamada Alice Jones hasta matarlos, y luego se pego un tiro.

Вы читаете Enredos y otros lios
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×