errores. Habia tenido que tomar una determinacion para cambiar.

Viajar sola la habia obligado a endurecerse, a aprender a protegerse a si misma y a desarrollar su capacidad de enjuiciar a la gente. La confianza en uno mismo y la autosuficiencia no eran unos rasgos de caracter innatos, sino capacidades que una mujer podia aprender a desarrollar.

Decidio dormir. Al dia siguiente habria tiempo de preguntarse por que seguia huyendo. Cuando se le cerraron los parpados penso vagamente que no habia cerrado la puerta con el pestillo. Sonrio. Podia ser impulsiva pero no era tonta. Si hubiera tenido que dormir en la casa de cualquier otro desconocido se habria levantado a cerrar. Simon la habia mirado con el mismo deseo que habria mostrado por un perro. Se le ocurrio que no se habia sentido tan segura en mas de un ano.

En mitad del sueno sus ojos se abrieron de repente. No creia haber dormido mas de dos horas. Estaba de costado abrazada a la almohada, como dormia siempre. Sin embargo, no estaba acostumbrada a despertarse con el brazo de un hombre en la cintura mientras que unos muslos duros presionaban contra su trasero.

Le habria gustado gritar pero tenia un nudo en la garganta. El terror la habia paralizado. Poco a poco, aunque el miedo no desaparecio, se transformo en una emocion mas soportable al caer en la cuenta de que nadie la atacaba. El cuerpo masculino que se acurrucaba contra ella era un peso muerto.

Ya podia gritar pero estaba mas inclinada a maldecir. Despues de tanto tiempo en la carretera, Bree creia que habia hecho de su olfato para los problemas un arte superior. Era evidente que la autocomplacencia no le servia para nada en aquel caso. Se debatio para ponerse de espaldas, lo que solo sirvio para destaparla pero no tuvo ningun efecto en el Donjuan que dormia a su lado. La cabeza se apreto contra su cuerpo y una mano abarco su pecho con toda familiaridad, como si ya supiera el tamano y la forma de su seno de antemano.

Bree podria haberle dicho que no habia trato. En realidad, el debia haber llegado a la misma conclusion, ya que se habia quedado durmiendo.

No era divertido. La tormenta habia cesado y la habitacion estaba sumida en un silencio inquietante. La luz de la luna se filtraba por la ventana. Bree podia ver pero estaba demasiado atontada como para pensar con claridad. La situacion, sin embargo, no tenia nada confusa. Ella disponia de dos opciones, o bien encontraba las palabras adecuadas, o se decidia por un bonito y sonoro sopapo.

Bree votaba por el sopapo pero habia un problema tecnico. Tumbada de espaldas, enredada en la bata y la manta, trabada por el brazo sobre su cuerpo, carecia de punto de apoyo. Hizo un esfuerzo por sentarse, la mano de Simon resbalo hasta lo mas intimo de su regazo. Le miro furiosa y se sobresalto al ver que tenia los ojos abiertos.

Estaba despierto.

Solo que no exactamente.

Bree se paso una mano por los cabellos. El desconocido de la noche anterior era un pez gordo dictatorial, con unos ojos acerados y frios, desprovistos de toda pasion. Aquel cuerpo musculoso era el mismo, sus rasgos duros no habian cambiado. Pero el hombre que yacia a su lado tenia unos ojos sensuales, luminosos de emocion, que la miraban directamente a la cara.

Solo que no exactamente.

Bree le paso la mano ante los ojos. No parpadeo. Le toco el brazo. Su piel estaba terriblemente fria. De repente se dio cuenta de que no llevaba mas que unos calzoncillos azules. Una excitacion sexual recorrio todo su cuerpo mientras ella la maldecia por su inoportunidad. Bree hizo un esfuerzo por ignorar su ereccion evidente, sus brazos musculosos, el pecho ancho. Pero no pudo ignorar la carne de gallina que tenia a causa del frio.

Estaba helado y ni siquiera habia intentado taparse con la manta. Si bien habia intentado seducirla parecia haber abandonado su meta. Dormia profundamente solo que con los ojos abiertos.

No tenia sentido.

Sin embargo, hay ocasiones en que una mujer no necesita tener todos los datos para emprender la accion adecuada.

– Sal de mi cama inmediatamente, Courtland.

Sin dilacion, y tambien sin apresurarse, la mano se levanto y el se puso en pie. Por un segundo, su figura se recorto contra la luz de la ventana y Bree contuvo el aliento.

Su estereotipo de un sonambulo era que alguien andaba dormido como un robot con los brazos extendidos ante si. Supuso que Simon era un sonambulo pero ni era un robot ni era el gelido senor Courtland.

Simplemente era un hombre vulnerable con una expresion apesadumbrada en los ojos y un silencio que hablaba de un aislamiento y una soledad terribles. Su figura casi desnuda se movio en la oscuridad con la fluidez de un predador en la noche, pero Simon no era ningun predador. Cuando salio de la habitacion sus pasos carecian de direccion, estaban ciegos y perdidos.

Se lo imagino rondando por la casa el resto de la noche y a punto estuvo de salir tras el. Pero por una vez en su vida tuvo el sentido comun de controlar su impulsividad. Simon habia dejado bien claro que no queria tener nada que ver con ella. Si intervenia solo lograria enfadarle. ?Caminaria sonambulo muy a menudo? ?Y si se hacia dano? ?Que clase de tension hacia que un hombre se levantara durmiendo? ?No conocia a nadie que pudiera ayudarle? Eran unas preguntas fascinantes de las que nunca sabria la respuesta.

Se sento en la cama apoyada contra el respaldo del sofa. No queria coger el coche sin haber descansado un poco mas pero tampoco deseaba quedarse durmiendo. Repentinamente, le parecia muy importante obedecer a Simon y desaparecer antes de que el se despertara.

Las casas quejumbrosas, pobladas de sombras, no la asustaban. Le gustaba el riesgo y todavia tenia que encontrar algo que verdaderamente la amenazara.

Sin embargo, la curiosidad era su mas antigua enemiga. Se repitio a si misma que Courtland no era problema suyo. No queria volver a meterse en problemas. En el pasado, cuando veia a alguien dolido, se lanzaba de cabeza a ofrecer su consuelo. Antes se entregaba, comprometia su alma y su corazon y siempre acababa herida, baqueteada irremisiblemente.

Una voz somnolienta le susurro que estaba haciendo una montana de un grano de arena. ?Para que se preocupaba? En un par de horas estaria de nuevo en la carretera.

No habia nada de lo que asustarse.

Capitulo 2

Bree durmio como un tronco, pero sus suenos fueron saboteados por un merodeador en calzoncillos azules con ojos apesadumbrados y heridos, que la persiguio por los bosques para atraparla una vez bajo los arboles sombrios y otra en un prado a la luz de la luna. En las dos ocasiones le quitaba la ropa sin miramientos y la poseia con una creatividad apasionada y sin inhibiciones. Eran unas escenas desagradables y duras.

Cuando Bree abrio los ojos el solo habia subido mucho en el cielo. En su cabeza somnolienta solo cabia un pensamiento, tenia que salir de alli.

Con toda la rapidez de que fue capaz volvio a convertir la cama en sofa, doblo la manta y se quito la bata. El jersey rojo, los pantalones y la chaqueta vaquera se habian secado amoldandose al radiador y tenian la forma de un acordeon. Recogio su bolso y salio de puntillas rezando para que su anfitrion siguiera dormido en el piso de arriba. No deseaba abusar de su hospitalidad ni un segundo mas pero necesitaba un bano, tenia la boca seca y su rostro necesitaba una buena dosis de agua fresca.

Como un ladron se acerco sin hacer ruido a la cocina. La casa parecia distinta a la luz del dia, menos espectral y mas como un gran elefante blanco que suplicara cuidados. La luz despiadada revelaba las grietas en la pintura, el artesonado deteriorado y el polvo acumulado. Las telaranas adornaban los rincones y las lamparas. Bree se pregunto otra vez como habia llegado Simon a parar alli.

A continuacion, volvio a recordarse que los gatos perdian la mayoria de sus vidas por culpa de la curiosidad.

Casi habia llegado a la cocina, por la que tenia que pasar para llegar al bano, cuando se quedo quieta. El sonido de algo al caer y romperse acompanado de unas voces la detuvo. Hasta aquel momento, no se le habia ocurrido que pudiera haber otro ser humano en la casa. Una de las voces era aspera, sensual y pedante. No le costo trabajo reconocerla. La otra contrastaba con la voz de bajo en que era un tono de soprano pero compartia

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