– Si. No. No lo se -se dio la vuelta y miro sin ver la pared-. ?Quien sabe? Se habia deteriorado. No comia. Si hubiese pasado mas tiempo con el, haberlo empujado un poco para que comiese…

– En vez de pasar tiempo conmigo -dijo ella suavemente.

– Eso tuvo algo que ver.

– ?Y el hecho de que si yo no estuviese aqui no habrias tenido tiempo de hacer ninguna visita social en absoluto no cuenta?

Pero el no la escuchaba.

– Tendria que haber estado alli. No tendria que haberme quedado contigo y con tu abuelo. Sabia que Stan me esperaba.

– No te esperaba. Tu ibas cuando podias. Solo porque yo te he dado mas tiempo libre has podido ir -suspiro Tess.

– Tendria que haber estado alli.

Silencio. Tess se seco las manos y se quito la bata de laboratorio. Luego cruzo la habitacion y lo agarro de las manos. El la miro sin verla, con el corazon vacio.

– Mike, ?es este nuestro desastre?

El no pudo responder. Su cara estaba fria y rigida, y reflejaba lo que el sentia.

– No lo se, Tess -dijo finalmente-. No lo se. Lo unico que se es que…

– ?Que quieres que me vaya?

El cerro los ojos, y cuando los abrio supo lo que tenia que decir.

– Si, por favor -le dijo.

Silencio.

– Sabia que esto iba a pasar -dijo Tess suavemente, y el dolor de su voz era patente-. ?No te alegras ahora de que no estemos casados?

Camino lentamente fuera de la habitacion y cerro la puerta tras de si.

Capitulo 10

Siguio un interminable mes en el que Mike trato de tomar las riendas de su vida nuevamente donde las habia dejado.

Trabajo en dos niveles. En apariencia, era eficiente, calmo y controlado, pero por debajo estaba tan nervioso que se preguntaba como podia soportarlo.

Quizas, si dejase de ver a Tess cada vez que se daba la vuelta, podria resolver su problema. Pero eso no iba a suceder.

Tess se establecia cada vez mas en el valle. Pronto establecio la rutina de ir por la manana a atender la consulta y por la tarde a hacer las visitas que le correspondian. Con frecuencia, se llevaba a Henry con ella. Entre los dos se compraron una camioneta y la vision del anciano y la joven doctora de pelo rojo por los caminos del valle pronto se hizo algo habitual.

– No se como te las arreglabas sin ella -era algo que Mike oia una y otra vez y el sabia que se las habia arreglado mucho mejor sin ella.

El dolor de Mike no paso desapercibido, especialmente a Tessa.

– Te mataras si sigues comiendo eso, y trabajas demasiado -le dijo directamente una noche, seis semanas despues de la muerte de Stan. Fue al hospital a ver un paciente y se lo encontro haciendose panceta con huevos otra vez-. Sabes perfectamente que quiero mas trabajo, Mike Llewellyn. Damelo.

– No puedes trabajar todo el dia y cuidar a Henry.

– Henry esta mejor dia a dia. Ya casi es independiente -titubeo un instante, pero luego entro y se sento a la mesa mientras el cocinaba-. Pero eso no significa que me vaya a ir, si eso es lo que esperas, Mike. No me voy. En todo caso, estare mas cerca. Henry y yo hemos decidido vender la granja.

– ?Vender la granja!

– Nos encanta, pero no necesitamos sesenta acres -le dijo-. Ademas, me queda demasiado lejos del hospital. Fue idea del abuelo. Hay un sitio genial cerca del rio a media milla de aqui. El abuelo lo ha ido a ver y le encanta.

– Pero el adora la granja tambien.

– Los dos la queremos. Pero nos gusta mas estar juntos. Solo yo y el abuelo y Doris, la cerda -dijo Tess. Luego titubeo y suspiro-. Me sigues culpando por la muerte de Stan, ?verdad?

– No. Me culpo a mi mismo.

– Eso todavia es peor -dijo Tess, pero su voz pronto perdio su agresividad para preguntar-: Estas bien, ?verdad, Mike? -pregunto, con la preocupacion reflejada en el rostro- ?No te estaras poniendo enfermo o algo por el estilo?

– No pasa nada.

– Pues, si tienes algo y no quieres decirmelo… -titubeo Tess- O incluso tomarte unos dias libres para ir a Melbourne… Habria que ser bobo para no hacerlo, ?no?

No habia ningun problema.

Tess se marcho. Mike abandono sus huevos con panceta y se fue a su apartamento, pero las palabras de Tess le quedaron dando vueltas en la cabeza.

No habia ningun problema, se dijo. No habia necesidad de hablarlo con Tessa ni con nadie mas. Era solo un dolor sordo en el vientre, solo eso, causado por la tension nerviosa. Nada mas. Se habia puesto nervioso por una mujer y le habia afectado el fisico.

Eso fue a la medianoche. A la madrugada estaba tan enfermo como nunca lo habia estado en su vida.

– ?Ha visto al doctor Llewellyn?

Habia una tormenta espantosa y Tess llevaba mas de cinco minutos en el hospital cuando Hannah le hizo la pregunta.

– No responde al movil y en el apartamento tampoco.

– ?Ha ido alguien al apartamento? -la preocupacion se reflejaba en su rostro.

– Hannah ha llamado mas de una vez y no hay respuesta -le dijo Bill-, asi que le dije que fuese a escuchar mientras yo llamaba, por si habia una averia en la linea, con este viento tan terrible, pero no la hay. Se puede oir como suena el telefono. Ah, y Strop esta dentro. Se lo oye caminar.

– Bill… anoche Mike no se encontraba bien. No tenia ganas de comer -dijo Tess, mas preocupada aun.

Bill se quedo quieto. Se miraron durante un larguisimo minuto. Fuera, el viento silbaba amenazador.

– ?Que esperamos, Bill? -dijo Tess finalmente, y el corazon le dio un vuelco de miedo- Vayamos a ver.

Strop los recibio al abrir la puerta y estaba desesperado por la preocupacion. En cuanto ellos entraron, corrio al bano, ladrando angustiado.

Cuando llegaron al cuarto de bano estaban esperando algo malo, y lo encontraron. Mike estaba en el suelo del cuarto de bano, inconsciente.

– ?Oh, Doctor Llewellyn! ?Oh, Mike! -no habia duda que habia emocion en la voz de Hannah. Alegria-. ?Se ha despertado! No se atreva a cerrar los ojos otra vez, que traere a Tess.

Tess… ?Hannah llamaba a Tess, Tess?

Todo era muy dificil de entender y no pudo evitarlo. Por mas que lo intento, no pudo seguir la orden de Hannah. Los ojos se le cerraron y se durmio.

La siguiente vez que abrio los ojos Tess estaba alli. Y lloraba.

Mike casi se habia muerto, y le llevo cuatro dias enterarse por que no. Cuatro dias que Strop paso debajo de su cama y el cuerpo lentamente se recobraba.

– Tuviste una hemorragia masiva debido a una ulcera de duodeno -le dijo Tess, aun temblorosa-. Nunca he visto tanta sangre. Te pusimos cinco unidades de plasma antes de comenzar a operar y luego comenzaron a venir donantes de todo el valle. Los tuvimos que aceptar a todos.

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