Despues de que Hunter muriera, su padre habia perdido la cabeza. No la habia ayudado en nada. En menos de un ano, habia empezado a salir con muchachas de diecinueve anos y en los nueve anos que habian transcurrido, todas sus novias habian sido muy jovenes.

Se las habia arreglado sola y habia sobrevivido. Habia conseguido la ayuda que habia necesitado y habia salido adelante ?No era eso lo que importaba?

Encendio la radio y se puso a mover las caderas al ritmo de la musica disco. En la pista de baile era muy torpe, pero lo que le faltaba en gracia y estilo lo suplia con entusiasmo.

Despues de cepillarse el pelo, se hizo una trenza, se puso una camiseta de tirantes y otro par de pantalones cortos. Por ultimo unos calcetines y unas zapatillas de correr completaron su atuendo.

Canturreando, salio de la habitacion, lista para llevar a cabo la siguiente fase de su plan de ataque.

Encontro a Jack en la cocina y se acerco a el sonriendo.

– Buenos dias -dijo rodeandolo para tomar la cafetera-. ?Como has dormido?

– Bien -dijo y sus ojos oscuros brillaron, a pesar de que su expresion no vario.

– Estupendo. Yo tambien.

Meri se sirvio una taza de cafe, dio un sorbo y lo miro por encima de la taza.

– Asi que todo un mes… -dijo ella-. Eso es mucho tiempo. ?Que haremos mientras?

– No lo que tienes planeado.

– Recuerdo que eso ya lo habias dicho antes -dijo sonriendo-. ?Siempre te repites tanto? Te recuerdo mucho mas reposado. Claro que por aquel entonces yo era joven y uno suele mirar a sus mayores con cierto idealismo.

– ?Mayores? -repitio el a punto de atragantarse con el cafe.

– El tiempo ha pasado, Jack. ?Que tienes, casi cuarenta anos?

– Tengo treinta y dos y lo sabes.

– Ah, cierto. El tiempo supone un desafio para ti, ?verdad?

Disfrutaba provocandolo, penso, consciente de que estaba siendo malvada. Lo cierto era que Jack estaba muy atractivo. Estaba en forma, era sexy… Era un hombre en su mejor momento. Lo bueno era que acostarse con el no iba a ser ningun sacrificio.

– ?No vas a darte por vencida en eso de seducirme? -pregunto el.

– En absoluto. Me resulta muy divertido.

– No voy a acostarme contigo.

Ella miro a su alrededor y luego volvio a detener la mirada en el.

– Lo siento, ?has dicho algo? No te estaba escuchando. Venga, ve a cambiarte. Te llevare a un gimnasio que hay cerca de aqui. Puedes matricularte por un mes. Haremos ejercicio juntos.

– ?Aqui no hay maquinas?

Ella sonrio.

– Creo que Hunter no estaba en todo. Menos mal que estoy yo aqui.

El se quedo mirandola.

– ?Acaso crees que estas al mando?

– Si.

Jack dejo la taza, se acerco a ella y se quedo mirandola a los ojos.

– Ten cuidado, Meri. Estas jugando a un juego que no conoces. Yo estoy fuera de tu liga y ambos lo sabemos.

?Un desafio? ?Estaba loco? Ella siempre ganaba y esa vez tambien lo haria. Aunque habia algo en el modo en que la miraba que la hizo estremecerse, algo que le decia que no era un hombre con el que andar jugando.

Pero era tan solo un hombre, se dijo. Cuanto antes se lo llevara a la cama, antes podria continuar con su vida.

Jack entro detras de Meri al enorme gimnasio con vistas al lago. Las instalaciones eran limpias y luminosas y habia poca gente haciendo ejercicio. Seguramente se debiera a que era mediodia, penso mientras se subia a una maquina.

En Dallas solia hacer ejercicio en su propio gimnasio, pero de momento aquel le serviria.

– Podemos hacer el circuito de entrenamiento juntos -dijo, acercandose a el y mostrando una sonrisa burlona-. Se me da muy bien observar.

Estaba tratando de provocarlo. Dijera lo que dijera e hiciese lo que hiciese, Jack estaba decidido a no reaccionar. Meri estaba jugando a un juego que podia resultar peligroso para ella. Quiza no la hubiera cuidado del modo en que debia haberlo hecho, pero la habia vigilado. Eso no iba a dejar de hacerlo solo porque ella estuviera decidida a demostrar algo.

– ?Quieres que calentemos haciendo un poco de cardio? -pregunto ella-. Podemos correr. Incluso estoy dispuesta a darte ventaja.

– No voy a necesitarla -dijo Jack dirigiendose a las cintas de correr, sin molestarse en comprobar si ella lo seguia.

– Eso es lo que tu te crees.

Meri se coloco en la cinta junto a la de el y la programo. El hizo lo mismo.

– No solias hacer ejercicio -dijo el unos minutos mas tarde, mientras corrian.

Meri apreto unos botones de su cinta y se puso a su ritmo.

– Lo se. Lo unico que me preocupaba era comer. La comida era mi unico amigo.

– Eramos amigos -dijo antes de poder evitarlo.

Meri le caia bien. Era la hermana pequena de Hunter. La consideraba una mas de su familia.

– La comida era el unico amigo en quien podia confiar -dijo ajustando de nuevo el ritmo de su carrera-. Al menos no desaparecia cuando mas la necesitaba.

No tenia sentido defenderse, puesto que tenia razon. Se habia marchado justo despues del funeral de Hunter. Estaba demasiado abatido por la perdida y la culpa como para quedarse. Unos meses mas tarde, habia decidido asegurarse de que Meri estaba bien, asi que habia contratado a un investigador privado para que le informara mensualmente. Aquellos informes le permitian conocer aspectos basicos de su vida, pero nada en concreto. Mas tarde, al crear su propia compania, habia hecho que sus empleados se ocuparan de vigilarla y habia aprendido mas de ella. Se habia enterado de que habia madurado para convertirse en toda una mujer. Evidentemente, no le habia hecho ninguna falta tenerlo cerca ocupandose de las cosas.

– Lo malo de la comida -continuo ella-, es que tiene efectos secundarios. Pero aun asi, no podia parar de comer. Entonces, un dia, hice nuevos amigos y deje de necesitar la comida -dijo y, sonriendo, anadio-: Y todo gracias a los amigos y a un poco de terapia.

– ?Estuviste en terapia?

Los informes no habian recogido nada de eso.

– Si, durante un par de anos. Soy demasiado lista y rara para llegar a ser normal, pero he aprendido a no darle importancia.

– No eres rara -dijo el.

– Sabes que si. Pero me gusta como soy ahora. Acepto mis cosas buenas y mis cosas malas.

Habia muchas buenas, penso el evitando mirar su cuerpo. Tenia muchas curvas y todas ellas en el sitio perfecto.

Continuaron corriendo uno junto al otro. Despues de cinco minutos mas, Meri incremento la velocidad de nuevo. Jack incremento no solo la velocidad, sino tambien la resistencia.

– Crees que eres muy fuerte, ?eh? -murmuro ella, con voz entrecortada.

– Nunca ganaras esta batalla -dijo el-. Mis piernas son mas largas y tengo mas masa muscular.

– Eso solo supone mas peso.

Meri corrio un par de minutos mas, luego apreto el boton de parada y se bajo. Despues de secarse la cara y beber agua, volvio a subirse a la cinta, esa vez a un ritmo mas suave. El corrio unos minutos mas.

– Estas en forma -dijo el mientras se dirigian a la sala de pesas.

– Lo se -sonrio-. Soy una mujer salvaje con las pesas. Aqui es donde deberias presumir, mostrando mayor fuerza en la parte superior del cuerpo. Pero kilo a kilo, seguro que levanto tanto peso como tu. ?Quieres que haga un grafico?

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