– Hemos llegado -dijo el, senalando una capilla pequena pero exquisitamente decorada, agujas que apuntaban al cielo, vidrieras de colores y escalones de piedra que conducian a un interior fresco y oscuro.

Emma entro y al instante la recibio una sensacion de paz. Media docena de bancos se alineaban a ambos lados del pasillo central. Delante, las vidrieras se extendian hasta el techo abovedado.

– Se trajeron artesanos especializados de Francia -le explico Reyhan-. Estuvieron trabajando en secreto durante tres anos. Mientras estuvieron aqui, entrenaron a canteros locales, quienes posteriormente incorporaron los disenos a sus propios trabajos.

Emma toco los bancos de madera tallada. El acabado era macizo y brillante, trabajado hasta el ultimo detalle. Un verdadero tesoro privado.

– ?Se celebra algun servicio aqui? -pregunto.

– En las fiestas especiales. Emma reprimio el repentino deseo de asistir a una, sabiendo que para entonces ya estaria lejos de aquel sitio. Reyhan la llevo de vuelta al palacio y bajaron varios tramos de escaleras de piedra, hasta que Emma se convencio de que estaban bajo tierra.

– Recientemente hemos recuperado los tesoros desaparecidos hace tiempo -dijo, abriendo una pesada puerta de madera-. Cuadros, estatuas, joyas y muebles. Nuestros expertos estan restaurando nuestra historia.

Le mostro un enorme tapiz que estaba siendo reparado por dos mujeres. La escena representaba a cuatro hombres galopando por el desierto. Sus expresiones eran intensas y feroces, y sus rostros vagamente familiares.

Emma miro a Reyhan y noto la semejanza en sus ojos y en su cuerpo.

– ?Son parientes tuyos? -le pregunto.

– Antepasados. Este tapiz data del siglo XIII. Emma queria tocar la tela, pero sabia que podia danarla.

Reyhan siguio ensenandole estatuas y muebles antiguos.

– Muchas de las piezas estan por el palacio. Otras se exhiben en el museo de la ciudad, y algunas recorren el mundo en exposiciones temporales.

– No puedo imaginarme lo que debio de ser crecer aqui -dijo ella mientras salian del almacen y subian las escaleras.

– De nino no me interesaba mucho el pasado. Solo era informacion que necesitaba para complacer a mis tutores.

– Si, supongo. De ninos no apreciamos lo que tenemos… a menos que lo perdamos.

– ?Que has perdido tu? -le pregunto el, mirandola.

Emma penso en su infancia. Habia recibido mucho amor, y demasiada proteccion.

– Creo que nada. Hablaba en general -miro a su alrededor por las inmensas estancias que iban recorriendo-. Mi casa entera podria caber en una sola de estas habitaciones. Tus hermanos y tu debisteis de pasarlo muy bien jugando al escondite por aqui.

– No se nos permitia jugar en las salas principales del palacio.

– Menos mal. Os podriais haber perdido durante dias.

– Nuestros tutores nos habrian encontrado enseguida.

– ?No fuiste a la escuela?

– No. Cuando cumpli once anos, me enviaron a un colegio interno en Inglaterra.

Entraron en una enorme sala de estar. El techo estaba a una altura de tres pisos. Habia postes de madera y el suelo era de marmol con enrevesadas incrustaciones. La luz entraba a raudales por los altos ventanales, y al fondo de la sala habia un escenario.

– Mi apartamento ni siquiera tiene un recibidor – murmuro Emma, y volvio a preguntarse que habria visto Reyhan en ella seis anos atras-. ?Esos adornos son de oro?

– Si, pero eso no tiene importancia.

– Quiza no para ti -dijo, girando lentamente en circulos. Aunque le diera pena pensarlo, habia sido lo mejor que Reyhan la abandonara. De ningun modo habria encajado ella en un lugar como aquel.

– ?Hay otro hombre? -pregunto el bruscamente.

Emma se detuvo y lo miro.

– ?Que? ?Quieres decir si estoy viendo a alguien?

Reyhan asintio.

– No. En estos momentos no estoy saliendo con nadie. Nunca se me han dado muy bien las citas, pero eso tu debes de saberlo mejor que nadie.

Los recuerdos de las tres noches que pasaron juntos tras la boda se infiltraron en su mente. Como la habia tomado una y otra vez, y como habia sido ella incapaz de nada, paralizada por el miedo.

Ahora las cosas serian diferentes, penso con pesar. Ahora estaba segura de poder responder con el mismo deseo que el, incluso mas. Pero un hombre tan interesado en el divorcio no podia sentirse fisicamente atraido por la mujer a la que iba a dejar… por muy apasionados que fueran sus besos.

– Cuando te hayas divorciado, puedes cambiar eso -dijo el.

– Igual que tu -replico ella, pero no queria imaginarselo con otra mujer-. Me da miedo pensar en lo que podria haber pasado -anadio para distraerse-. De verdad que no sabia que el matrimonio fuese real. Si hubiera ido en serio con alguien y hubiesemos querido casarnos…

– Me habria puesto en contacto contigo para hacerte saber que seguias casada.

– ?Y como ibas a saber tu si estaba con otra persona?

El la miro sin responder, y ella lo supo.

– Me has estado siguiendo, ?verdad?

– Al principio recibia informes mensuales -admitio el-. Y despues cada ano. Eres mi mujer. Es mi deber vigilarte.

Emma hizo sus calculos. Como Reyhan no habia sabido nada de su trabajo, el ultimo informe debio de recibirlo antes del ultimo verano, despues de que ella se graduara pero antes de que empezara a trabajar en el hospital.

– Si hubiera sabido que seguiamos casados, me habria puesto en contacto contigo -dijo ella-. No tiene sentido estar casados y separados… -se interrumpio al darse cuenta de como sonaba eso-. Y no estoy insinuando que deberiamos haber estado juntos.

– Lo comprendo. Por eso el divorcio es lo mas sensato.

– En efecto. Aunque me pregunto que habra pasado si yo hubiera sabido que volviste a por mi. ?Me habrias traido aqui?

– Por supuesto. Siendo mi mujer, tu lugar esta a mi lado.

– ?Y mis estudios? Aqui no habria podido ir a la universidad.

– ?Debemos discutir lo que nunca sucedio?

– Probablemente no.

Pero todo habria sido diferente, anadio para si misma. Habrian tenido hijos. Ella siempre habia querido tener hijos. Y con Reyhan como padre, estos habrian sido mas fuertes que ella. Mas capaces de valerse por si mismos.

Pero ?habria podido hacerlo ella feliz? ?Su matrimonio habria florecido o habria perdido ella su juventud con tal de ganarse el afecto de Reyhan? ?La habria amado el, aunque solo fuera un poco?

– Reyhan…

Pronuncio su nombre y se callo, sin saber que decir o que preguntar.

– Para -ordeno el, mirandola con ojos entornados.

– ?Que?

El pecho se le contrajo y le costo respirar. Su cuerpo temblaba de arriba abajo, tenia la boca seca y un cosquilleo le recorria los dedos.

Y entonces, sin comprender como habia llegado ahi, estuvo entre los brazos de Reyhan. El la abrazo fuertemente, posesivamente, y ella se deleito en pertenecerle aunque solo fuera por aquel momento singular.

En menos de un segundo la boca de Reyhan habia invadido la suya, reclamandola.

Emma separo los labios al instante. Lo deseaba, y necesitaba provocarle el mismo deseo a el. Una ola de calor liquido empezo a recorrerle el pecho y a concentrarse entre los muslos. Al primer contacto de la lengua de Reyhan contra la suya, cerro los ojos. Al siguiente, contuvo un gemido de satisfaccion. La pasion fluia por sus

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