– No ha echado las cortinas -susurro el.

– Probablemente no esperaba que nadie fuera a espiarla. A mi tampoco se me ocurriria, aunque, dado lo que esta ocurriendo en mi vida, supongo que deberia.

– Ahi esta -comento Riley, senalando.

Gracie estiro el cuello para mirar la ventana. Pam estaba en la cocina, vertiendo algo en un…

– ?Esa zorra tiene mis moldes!

Gracie hablo tan alto que sus palabras resonaron en el silencio de la noche. Cuando Riley la agarro para que se callara, ella se coloco las dos manos sobre la boca.

– Lo siento -murmuro-. No queria hacerlo.

– Lo se.

– Esa mujer tiene mis moldes.

– Ya me lo habias dicho.

– ?Por que ha tenido que llevarse mis moldes?

– Ni idea.

– ?Para hacer sus propios pasteles? ?Por que? Si estaba pensando robarme el negocio, deberia haberme hecho mas preguntas… ?Crees que se trata de eso? ?Me va a robar el negocio?

– ?Y por que iba a querer hacerlo? Parece tener bastante dinero.

– Tienes razon. O eso o alguien le esta pagando sus carisimas ropas -comento Gracie-. Ademas, esta el hotel. Eso le debe de estar costando mucho dinero. Me siento completamente confusa. ?Que esta haciendo?

Estuvieron dos horas entre los arbustos tratando de descubrirlo, pero lo unico que averiguaron fue que a Pam no se le daba muy bien hacer pasteles, lo que complacio profundamente a Gracie.

– Es un completo desastre -comento Gracie, mientras se dirigian al coche-. Mi primer pastel me quedo mucho mejor que ese. Supongo que no tengo que preocuparme de que me vaya a robar clientes…

Se interrumpio al darse cuenta de que no tenia ya ningun cliente.

– Ya lo averiguaremos -dijo Riley, rodeandola con un brazo-. La vigilaremos durante las noches que sea necesario pare averiguarlo

Las dos noches siguientes produjeron resultados similares. Pam hacia pasteles. Muy mal, para satisfaccion de Gracie. Pam tampoco cuidaba muy bien los moldes, que estaban ya bastante chamuscados y aranados.

Sin embargo, en la tercera noche, no habia un molde por ninguna parte. Pam casi no entro en la cocina y, cuando lo hizo, solo fue para preparar unos aperitivos y sacar una botella de vino blanco del frigorifico.

– Tiene compania -dijo Riley con satisfaccion-. Veamos con quien se junta Pam hoy en dia. Tal vez asi consigamos respuestas.

– La unica persona posiblemente interesante para ella podria ser el alcalde -susurro Gracie-. Y no puede ser el. A Pam le parece tan desagradable como a todo el mundo.

– ?Estas segura? -le pregunto Riley. Gracie se dio cuenta de que ya no estaba segura de nada-. Vamos al jardin lateral -anadio-. Asi podremos ver quien viene a verla.

Gracie lo siguio. Cuando se hubieron colocado, ella se saco la camara. En aquel momento, un coche entro en la calle. Gracie se levanto para apoyarse contra un pequeno arbol. Se coloco la camara en la cara y miro a traves del visor. El coche fue acercandose. No supo que fue lo que ocurrio despues. Tal vez fue la hierba u hojas humedas. Justo cuando estaba preparandose para tomar una fotografia, se resbalo y se cayo. Instintivamente, extendio la mano para agarrarse a algo y apreto el boton a la vez. El flash exploto en medio de la oscuridad. La camara produjo su foto y fuera quien fuera quien estaba dentro del coche, acelero y se marcho.

– Vamos.

Riley la agarro con fuerza de la mano y la empujo hacia su propio coche. Las luces se encendieron en la casa de Pam y la puerta principal se abrio.

– ?Quien esta ahi? -grito Pam-. ?Que esta pasando?

Gracie se arrojo al interior del coche de Riley y se escondio debajo del salpicadero.

– ?Vamos! ?Vamos!

Riley arranco el motor y realizo un cambio de sentido. No encendio las focos hasta que hubieron recorrido un par de manzanas. Entonces, Gracie se incorporo.

– Lo siento -dijo-. No lo he hecho a proposito -anadio, temiendo que Riley estuviera furioso con ella.

El extrano sonido que el produjo la hizo tensarse. ?Se estaba riendo?

?Que es tan divertido? -le pregunto, completamente incredula.

– Tu. Se que no lo hiciste a proposito. Te caiste como un dibujo animado o algo asi. Al principio, muy lentamente y luego cada vez mas rapido. Tengo que admitir que no resulta aburrido estar contigo.

– Genial. Puedes ponerlo en mi epitafio. Mientras tanto, seguimos sin saber lo que Pam esta tramando o con quien se esta viendo. ?Viste el coche?

– No. Estaba demasiado oscuro para distinguir de que marca era.

Gracie revelo la fotografia y la miro. En ella, se veia un trozo del tejado de Pam y una seccion oscura que, seguramente, era el cielo.

– Si no consigo recuperar mi carrera como pastelera, estoy segura de que jamas conseguire hacerlo como fotografa:

– Por supuesto que recuperaras tu negocio de pasteleria.

– ?Como lo sabes?

– Porque vamos a resolver este misterio y entonces, quien haya hecho esto, tendra que pagar.

– Gracias. ?Quieres quedarte a dormir? -le pregunto ella.

– Por supuesto.

A Gracie le gusto que Riley ni siquiera tuviera que pensarlo.

– Eres un buen hombre, Riley Whitefield.

– Soy un canalla, pero tu no puedes verlo.

– No lo creo.

Por supuesto que Riley tenia sus faltas. ?Y quien no? Lo importante es que la habia estado apoyando desde el principio a pesar del pasado tan extrano que habian compartido. Se mostraba protector, carinoso y divertido con ella y, cuando hacian el amor, Gracie habia alcanzado una nueva dimension gracias a el. Riley le hacia sentirse segura. Le hacia ver chispas.

Regresaron a casa de Gracie. Despues de aparcar el coche, Riley se inclino sobre ella y la beso. Mientras Gracie lo abrazaba con fuerza, se pregunto si seria posible que tal vez hubiera escogido al hombre de sus suenos a la tierna edad de catorce anos.

Capitulo 18

Riley se desperto en una soleada habitacion y en una cama vacia. Se imagino que Gracie tendria que estar en algun lugar de la casa y que terminaria por presentarse. Entonces, la agarraria, la tumbaria en la cama y le haria gozar. Otra vez.

Cerro los ojos y sonrio. Le gustaba tenerla en su cama. Le gustaba su aspecto, su olor y como ella le hacia sentir. Gracie era buena para el, algo que no podia decir de muchas personas de las que conocia.

– ?Por que estas sonriendo?

Abrio los ojos y vio que ella se acercaba. Llevaba una larga camiseta y, por el modo en el que se le movian los senos, poco mas.

– Por ti.

– ?Si? ?Estabas pensando en lo de anoche? Estuviste fantastico.

– Tu tampoco estuviste mal -dijo-. Creo que me mordiste.

– Se que te mordi.

– Me has dejado senales.

– ?Te quejas?

– Solo lo hare si no me lo vuelves a hacer.

Gracie se echo a reir. Entonces, se inclino para besarlo.

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