– Tully es la peor, ?no? -pregunto el.

Katie se rio.

– Si. Te lo prometo. El resto de mi familia solo hace preguntas indiscretas. Como cuanto tiempo llevamos saliendo o cuales son tus intenciones.

– Quieren que te cases, ?eh?

– Esa es su meta. Cualquiera pensaria que tener una profesion maravillosa y montones de amigos es suficiente, pero no. Tu, como eres hombre, no sufres esa clase de presiones.

– Mi madre siempre esta hablando de lo mucho que le apetece tener nietos, pero yo me hago el sordo.

Ojala ella pudiera hacer lo mismo, penso Katie. Lo intentaba, pero de vez en cuando la oia.

Apreto de nuevo el boton para llamar al ascensor.

– Por cierto… ?por que no te has casado? ?O eres uno de esos hombres que no quieren atarse?

– Me gusta la idea de tener mujer e hijos -contesto el, acercandose-. Pero cuando era mas joven nunca ligaba.

Ella miro sus anchas espaldas, sus ojos verdes y la forma de su boca.

– A riesgo de inflar tu ego, no creo que ahora tengas problemas para eso.

– No. Ahora el problema es encontrar a la chica adecuada.

– ?Que estas buscando?

Jackson fijo la mirada en ella. Tenia una expresion sagaz. Como si pensara que quiza…

Las puertas del ascensor se abrieron.

– Katie, querida, aqui estas -la madre de Katie se tambaleaba ligeramente.

Katie monto en el ascensor y se volvio hacia su padre.

– Esta borracha.

– ?Tu crees? -su padre le tendio la mano a Jackson-. Mike McCormick.

– Jackson Kent, el hijo de Tina.

– Claro, claro -seguia rodeando a su esposa con el brazo-. Tu madre se ha tomado dos martinis.

Katie hizo una mueca.

– Uno suele ser suficiente para que se caiga. Y aunque esta encantadora cuando se emborracha, dudo que este sea el momento mas adecuado.

Janis dio unas palmaditas a su marido en la mejilla.

– No te enfades. Tu sabes que te gusto borracha. Es cuando tienes suerte.

– ?Mama! -Katie se tapo los oidos-. Para, por favor. No quiero oirlo.

Janis le sonrio.

– Deberias alegrarte de que tus padres todavia tengan vida sexual. Eso significa que nuestro matrimonio va bien. No querras que nos divorciemos, ?no?

– ?Deberia ponerme a silbar en voz alta? -pregunto Jackson con una sonrisa.

– ?Te parece divertido? -contesto Katie-. ?Quieres que hablemos de la vida sexual de tus padres? -Katie miro a su madre mientras intentaba no mirar a su padre-. Esta es la boda de Courtney. Tienes que concentrarte.

– Y lo hare. Solo estoy diciendo que el sexo mejora con la edad. Antes siempre teniamos que preocuparnos porque tu hermana o tu nos interrumpierais. Todas esas duchas por la tarde, cuando intentabamos echar un polvo rapidito… Pero ?cooperabais vosotras? Claro que no. Siempre era «mama esto, mama aquello». Una vez me disteis un susto tan grande que estuve a punto de arrancarle de un mordisco la…

Las puertas se abrieron y Katie salio de un salto al piso inferior, donde iba a celebrarse la fiesta. Echo a andar a toda prisa, como si asi pudiera huir de la horrenda imagen que tenia en la cabeza.

– Gatitos, perritos y helados -murmuraba mientras avanzaba-. Londres. Pensare en Londres -se detuvo y se tapo la cara.

Luego, unos brazos fuertes la rodearon, apretandola. Pero Jackson se reia a carcajadas, y eso mitigo el efecto de su abrazo.

– Por si te sientes mejor -dijo-, tu padre esta avergonzado.

– No me siento mejor. ?Como ha podido decir eso?

– Ha bebido.

– Aun asi -se estremecio, con la cara todavia pegada a su hombro-. Es asqueroso. Lo del matrimonio feliz no, claro. Quiero que sean felices, no por mi, sino por ellos. Pero los padres no deberian hablar de sus relaciones sexuales delante de los hijos.

– Necesitas una distraccion.

– O un lavado de cerebro.

– ?Katie?

Levanto la mirada automaticamente. Y, en cuanto lo hizo, el la beso.

Su boca calida e incitante se apodero de la suya. Piel con piel, el movimiento sensual de sus labios la dejo incapacitada para otra cosa que no fuera sentir. Jackson la sujetaba con firmeza y cuidado, pero con una confianza que hacia que Katie sintiera ganas de rendirse. Tenia las manos apoyadas en su espalda, colocadas de tal modo que las yemas de sus dedos rozaban ligeramente la curva de su trasero. A pesar de la falda y las enaguas, Katie sentia su calor y su presion. El toco su labio inferior con la lengua y ella abrio los labios. El se adueno de su boca. Katie ladeo la cabeza, le rodeo el cuello con los brazos y se dejo llevar.

El deseo la embargo por completo. El deseo y el ansia. Hacia tanto tiempo que no sentia aquel arrebato… Demasiado tiempo. Habia olvidado lo agradable que era que la abrazaran. Sentir la firmeza del cuerpo de un hombre contra su cuerpo.

Oyo voces a lo lejos, pero no hizo caso. Nada importaba, salvo besar a Jackson. Por ella, podian seguir besandose eternamente. Pero por lo visto a Jackson se le daba mejor besar que leer el pensamiento, porque pasados unos minutos se aparto.

– ?Mejor? -pregunto.

Ella parpadeo al oir la pregunta.

– ?Lo has hecho para distraerme?

– En parte.

Genial. Asi que ella habia entrado en extasis mientras el hacia el equivalente a darle unas palmaditas en la cabeza.

El esbozo una sonrisa sexy y prometedora.

– Pero tambien lo he hecho porque queria.

Capitulo 4

A la manana siguiente, Katie se obligo a levantarse mucho antes de lo que le hubiera apetecido, se puso su chandal y bajo sonolienta al gimnasio del hotel. No se habia peinado y apenas se habia lavado los dientes, pero por suerte se habia acordado de llevar una botella de agua. Esperaba encontrar vacio el gimnasio, con excepcion de una persona o dos.

Pero se encontro a Jackson sudando en una de las dos maquinas elipticas.

Estaba muy guapo sudoroso, penso Katie mientras lo miraba. Era alto y delgado, pero tenia suficientes musculos como para hacer la vida interesante. Llevaba puestos unos auriculares y estaba viendo las noticias nacionales. Aun no habia visto a Katie.

Tras las confesiones sexuales de su madre y aquel beso embriagador, el resto de la noche habia transcurrido con bastante calma. La tia Tully habia mantenido las distancias, aunque seguia mirandolo con interes. Nadie se habia emborrachado mas de la cuenta. Pero el fin de semana era joven, penso Katie mientras se dirigia a la otra eliptica.

Con sus antecedentes y sus genes, no podia dejar de entrenar. Si no vigilaba lo que comia y no hacia ejercicio regularmente, engordaba enseguida. Triste, pero cierto. Asi que, si tenia que enfrentarse a Jackson con aquel aspecto, que asi fuera.

Se subio a la maquina y estudio la consola. Utilizaba una muy parecida en su gimnasio, asi que sabia a lo que se enfrentaba. Tras elegir su programa favorito y mentir sobre su peso solo unos tres kilos, apreto el boton de

Вы читаете La Hermana De La Novia
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×