– ?Como podria, Tad? -sonrio Farran-. No puedo dejar sola a la senorita Irvine mientras esta indispuesta.

– ?Que es lo que he hecho? -se llevo una mano a la frente.

Farran dejo de sonreir al subir la escalera. Todavia le preocupaba la salud de Nona.

– No estoy dormida -Nona abrio un ojo cuando Farran asomo la cabeza.

– ?Como se siente?

– Si vas a armar un alboroto, me levantare -amenazo la senorita, aunque no tenia la misma voz de enojo que de costumbre.

– Entonces dejare de armar un alboroto -sonrio Farran-. ?Quiere dormir, hablar o le traigo un te con galletas?

– Hablando de comida, ?vas a cenar con el doctor Richards hoy por la noche?

Farran se dio cuenta de que si le daba la misma razon a Nona que al doctor Richards, la anciana se levantaria de la cama.

– No -nego con la cabeza y se sincero-: Hace poco que tuve una decepcion amorosa con un hombre. Por ahora, no me interesa mucho el otro sexo -aunque eso ya no fue tan sincero.

– El amor puede ser una atadura -comento Nona, como si hablara por experiencia. Cerro los ojos y se durmio.

Farran bajo y trato de no alarmarse por ella. Pero aunque Nona no parecia estar enferma, tampoco tenia al animo de costumbre. Volvio a preocuparse cuando, al subir de nuevo, Farran se dio cuenta de que la senora estaba despierta. Le pregunto si queria charlar un rato, a lo cual la anciana se nego… ?Algo rarisimo en ella! Mas tarde, le llevo la cena a Nona. Aunque esta solia tener un apetito fenomenal, apenas toco la comida… eso si que preocupo a la joven.

Durante media hora se pregunto que debia hacer. Sabia que tenia que llamar a Stallard; pero no deseaba hacerlo. Entonces, ?llamar a Tad? Pero, ?para que? La condicion de Nona no habia cambiado; sin embargo, no ceno casi nada y eso si que era extrano.

Despues de media hora, Farran no dudo de que no debia llamar a Tad Richards sino a Stallard, aun cuando no quisiera hacerlo, puesto que este la empleaba para cuidar de la anciana.

?Diablos! Sin vacilar mas, fue hacia el telefono y lo llamo.

– Beauchamp -contesto una voz conocida.

– Habla… Farran -logro decir, despues de una pausa en que sintio las entranas como de gelatina.

Despues de otra pausa, Farran intento recobrar la compostura mientras Stallard le pregunto con dureza, como si no recordara haberla besado con pasion jamas:

– ?Que quieres?

– Para mi… nada -hablo con frialdad. Se sintio herida al darse cuenta de que, mientras ella penso en el durante dos semanas, parecia que no le importo a el ni un comino-. Solo te llama para avisarte que Nona no se siente bien.

– Creo que seria mejor que llamaras a un medico -replico Stallard, cortante.

– Ya vino el medico -rugio Farran herida por su tono frio e impersonal, despues de la calidez que compartieron.

– ?Que le pasa?

– Esta muy fatigada y necesita estar en reposo en cama -Farran considero que eso era suficiente y colgo el auricular de golpe. ?Cerdo! se enfurecio. Al pasarsele el enojo, se pregunto a si misma que fue lo que deseo de el. Era un hombre de mundo y era probable que estuviera acostumbrado a besar a mujeres sin pensar mucho en ellas despues… mucho menos a recordar esos momentos intimos y calidos.

Farran subio a su cuarto con la certeza de que Stallard nunca la amaria. Triste, al percatarse de que ella pensaba todo el tiempo en Stallard y que no debia pasarle lo mismo a el, fue al cuarto de Nona.

– Bueno, ?quiere que la acompane un rato? -sonrio a la anciana.

Cuando Farran se fue a dormir, su preocupacion por la senorita disminuyo mucho. Le parecio que habia recobrado su animo de costumbre, pues antes de que Farran se acostara, la senorita Irvine le pidio que le subiera una docena de cosas que estaban en el piso de abajo y que preferia tener a la mano.

Cansada, Farran por fin dejo a Nona acostada para dormir. Fue a su propio cuarto con la intencion de leer. Pero durante media hora no logro sumergirse en la trama, pues una parte de si misma insistia en pensar en Stallard y en que, despues de besarse asi, de seguro el hubiera podido ser menos frio por telefono.

?Maldito sea! Farran aparto el libro y, segura de que no podria leer esa noche, trato de dormir. Estaba alargando la mano para apagar la lampara de noche cuando se detuvo al oir que algo golpeaba el cristal de la ventana. Miro con fijeza el vidrio y el sonido se repitio.

Farran trato de no hacer caso a su acelerado corazon y penso que no podria tratarse de Stallard. Mas cuando se levanto de la cama para investigar, no la sorprendio que el fuera la primera persona en quien penso… de todos modos estaba en su mente todo el tiempo.

– Se puso una bata rosa y miro por la ventana. Su corazon latio desaforado al ver con alegria al hombre alto, afuera.

Se aparto de la ventana y, ejerciendo un gran control sobre si misma, bajo de puntillas por la escalera. Al abrir la puerta, su corazon estaba rebosante de alegria, aun cuando hablo con dureza:

– Espero que tengas buenos motivos para hacer que la gente decente salga de su cama -saludo a Stallard cuando el entro en el vestibulo.

– ?Que primor! -murmuro el al mirarla a la luz del vestibulo.

Farran se alejo con rapidez y, como no queria que el sonido de sus voces despertara a Nona, se metio en la cocina. Todavia intentaba saber si Stallard quiso decir que su saludo fue un primor o si fue el verla sin una gota de maquillaje lo que era primoroso, cuando se dio cuenta de que el la siguio a la cocina.

– Supongo que no esperas que te prepare la cena -su tono siguio siendo duro, pero la sorprendio la replica de Stallard.

– No me atreveria -mientras Farran ponia agua para hacer cafe, prosiguio-: Se me ocurrio que como has estado cuidando de Nona durante todo el dia, era justo que yo viniera a hacer el turno de noche. Manana conseguire a una enfermera -ya no hablaba con burla.

– No hara falta una enfermera.

– ?No?

Farran le conto todo lo sucedido y la visita del medico.

– No quise alarmarte cuando hable por telefono -aclaro al percatarse de que logro preocupar a Stallard lo bastante para que fuera a Low Monkton esa noche. Le dio una taza de cafe y se le ocurrio algo-. ?Tenias la intencion de pasar la noche aqui? -intento aparentar que eso no le importaba, pero en su interior ansiaba saborear todos los momentos posibles a su lado.

– No veo como habria podido ser enfermero nocturno de no ser asi -replico, pero, para alegrar a Farran, no hubo sarcasmo en su voz.

– De todas formas, ?planeas quedarte, ahora que… bueno, que ya no son necesarios tus servicios como enfermero? -inquirio la joven, esperanzada.

– ?Echarias a un hombre en una noche como esta? -la diversion lo hizo sonreir.

Farran no veia nada malo en la noche y tambien sonrio. Vio que Stallard le miraba la boca y sintio el peligro. Todo lo que el tenia que hacer era alargar una mano y estaria perdida… lo sabia.

– No tiene nada que ver conmigo el que te quedes o te marches -comento con pudor y aunque queria seguir charlando, se dio la vuelta-. Ire a cerrar y…

– Creo que eso me lo puedes dejar a mi -murmuro Stallard-. De todas maneras he de sacar mi maleta del auto.

– Entonces, buenas noches.

– Buenas noches, Farran -hablo con suavidad.

Al llegar arriba, Farran seguia con el corazon acelerado. En ese momento, al oir la voz de Nona, se dio cuenta de que habia una tercera persona en la casa.

– ?Acaso llego Stallard? -pregunto la anciana.

– Este… si -replico Farran y anadio, al darse cuenta de que Nona debia tener una intuicion brillante-. Esta sacando su maleta del auto y luego subira. Supongo que vendra a verla antes de irse a dormir. ?Necesita algo,

Вы читаете Heredad en conflicto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×