– No ha sido ninguna molestia, al contrario -sonrio el ama de llaves-. Normalmente la cena es a las ocho, pero te he hecho un bocadillo, por si acaso. O pondrias tomar un plato de sopa…

– No, con un bocadillo me conformo, gracias -sonrio Phinn-. Lo que necesito ahora es darme una ducha.

La senora Starkey se seco las manos en el delantal.

– Ven, voy a ensenarte tu habitacion. Ashley ya ha subido tus maletas y he guardado las cajas en el trasero.

– Muchas gracias. ?Sabe donde esta Ash?

La senora Starkey dejo de sonreir.

– Creo que ha ido a dar un paseo. No ha querido comer nada y apenas ha probado el desayuno. Yo no se… - suspiro, mas para si misma que otra cosa.

Phinn no sabia que decir, pero se salvo de tener que responder cuando el ama de llaves abrio una puerta en el piso de arriba.

– Esta es tu habitacion. Espero que te guste.

– ?Es preciosa! -exclamo Phinn.

Y lo era.

– Bueno, te dejo sola para que te duches. Voy a hacerte el bocadillo.

Phinn se quedo parada en medio del dormitorio de techos altos que parecia mas la suite de un hotel. Una de las paredes estaba ocupada por armarios empotrados, con una comoda de cedro entre ellos… alli habia mucho mas espacio del que ella necesitaria nunca para guardar su ropa, penso.

La cama era de matrimonio, con un edredon en tonos crema y dorado. Al pie de la cama habia una otomana y, frente a ella, una chaise-longue con una mesita redonda a un lado. ?Era un dormitorio de ensueno!

Recordando su habitacion fria y humeda en la granja Honeysuckle, donde estaria en aquel momento si Ty no le hubiese ofrecido alojamiento en Broadlands Hall, Phinn no podia creer lo que veia. Y ella habia pensado que el establo de Ruby era lujoso…

Perpleja, y pensando que no querria irse de alli en seis meses, Phinn fue a inspeccionar el cuarto de bano. Y, por supuesto, no se llevo una desilusion.

Mas fresca despues de darse una ducha, se vistio a toda prisa y, pensando llevar a Ruby al corral, salio de su nueva habitacion.

– ?Te o cafe? -le pregunto la senora Starkey cuando paso por la cocina.

– No, en realidad iba a llevar a Ruby al corral para que corriese un poco. Pero tomare un vaso de agua.

– ?No prefieres un zumo?

– Si, gracias, un zumo seria estupendo.

El ama de llaves le habia preparado un bocadillo, que envolvio en una servilleta de papel para que se lo llevara con ella.

– Gracias, senora Starkey.

De repente, la vida era maravillosa y Phinn se dio cuenta de que, por primera vez desde la muerte de su padre, se sentia contenta. ?A quien tenia que darle las gracias por ello, a Ty, a Ash, a la senora Starkey?

Afortunadamente, cuando llego al establo comprobo que Ruby habia comido algo de su pienso especial, de modo que la llevo al corral y se sento en la valla para comer el bocadillo mientras la yegua inspeccionaba su nuevo patio de juegos.

Un rato despues, cuando vio que Ruby se encontraba comoda, decidio ir a buscar a Ash. Segun la senora Starkey estaba dando un paseo, pero habia pasado mas de una hora. Cuando se acercaba a la piscina vio algo azul entre los arboles. Si no recordaba mal, Ash llevaba una camisa azul esa manana…

?No seria mejor dejarlo en paz?, se pregunto.

Pero ella estaba alli precisamente para hacerle compania, penso luego. De modo que dio un paso adelante, haciendo ruido a proposito, pero cuando llego a su lado y lo vio sentado sobre una piedra, con expresion ausente, se le encogio el corazon. ?Cuanto tiempo llevaria alli, sin ver nada mas que el rostro de su traicionera prima?

– ?Te puedes creer que haga un dia tan precioso?

– Ah, hola, Phinn. ?Ruby ya esta instalada?

– Si, ya esta instalada. Y el corral es maravilloso.

– Me alegro.

Phinn se sento a su lado.

– ?De verdad tu te encargas de gestionar la finca?

– En realidad, no hay mucho que hacer.

– ?Tu crees? El otro dia, cuando pasaba por el bosque de Pixie me di cuenta de que habia que cortar algunos arboles viejos y plantar unos nuevos.

– ?Donde esta el bosque de Pixie?

Phinn decidio aprovechar la oportunidad.

– Podriamos ir manana, ?te parece?

– Si, claro -murmuro el-. ?Sabes algo de Leanne?

– No, no se nada de ella. No estamos en contacto. Con los parientes, a veces las cosas son asi. No los ves nunca salvo en las bodas y en… -Phinn no termino la frase.

– Lo siento, no queria recordartelo -se disculpo Ash-. Venga, vamos a ver que tal lo esta pasando Ruby en su nuevo corral.

Poco despues Phinn estaba de nuevo en su habitacion. Y cuando iba a guardar sus cosas en la comoda le sorprendio encontrar un sobre con su nombre en uno de los cajones. Al abrirlo, comprobo que era un cheque firmado por Tyrell Allardyce con lo que, presumiblemente, era su primero sueldo.

Phinn se puso colorada al pensar que Ty debia conocer su ruinosa situacion economica. Y que la cantidad fuese mas de lo que ella habia esperado dejaba bien claro lo importante que Ash era para su hermano.

Pensando que, como acompanante, seguramente tendria que cenar con Ashley, Phinn decidio ponerse unos pantalones blancos y una blusa azul.

Le parecia como si hubieran pasado anos desde la ultima vez que se puso algo mas que crema hidratante en la cara, pero se le ocurrio que un poquito de colorete y algo de brillo en los labios no seria mala idea. Pero por que, mientras se aplicaba el colorete, no dejaba de pensar en Ty Allardyce, no tenia ni idea.

No lo habia visto desde el dia anterior y tampoco sabia si volveria a casa aquella noche. ?Cenaria con ellos?, se pregunto. ?Pero que le importaba a ella si Ty aparecia o no?

Un golpecito en la puerta interrumpio sus pensamientos. Y cuando, al abrir, se encontro precisamente con el hombre en el que estaba pensando, de repente se sintio timida.

– Hola. ?Bajamos a cenar? -sonrio Ty.

– La senora Starkey me dijo que soliais cenar alrededor de las ocho -murmuro Phinn, levantando la mano para mirar el reloj… y recordando que habia dejado de funcionar.

– Son las ocho y cuarto.

– ?En serio? Pero bueno, ?donde se ha ido el tiempo?

– Suele ocurrir -sonrio Ty.

– ?Has trabajado mucho? -le pregunto ella mientras bajaban al comedor.

– No tanto como tu, por lo que me han contado.

– El pobre Ash ha tenido que ayudarme a limpiar el establo.

– ?Y tu amigo Mickie se ha llevado los trastos?

– ?Te importa?

– No, ?por que iba a importarme? Al contrario -dijo el-. Por cierto, ?donde esta tu reloj?

– Se estropeo cuando me tire al riachuelo -suspiro Phinn.

– ?Se te olvido quitartelo cuando te lanzaste al agua para salvar a mi hermano?

– Una no puede pensar en todo -rio Phinn-. Pero no te preocupes, cuando se haya secado volvera a funcionar.

No era cierto, pero no queria que Ty se sintiera culpable. Al fin y al cabo, era un reloj barato.

– Como tu misma dijiste, no se te da bien mentir.

Phinn solto una carcajada.

– El corral es precioso, por cierto.

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