sonrisa.

– Podria darte una explicacion detallada, pero tan solo te informare que Paracas pertenece a la provincia de Pisco y que ambos lugares estan situados en el departamento de Ica, que esta a una hora por la carretera Panamericana. Si prometes terminar tu cena esta noche -bromeo-, entonces te prometere a mi vez mostrarte el Museo Regional de Ica.

– Terminare hasta la ultima migaja -prometio ella con cristalina risa. Estaba tan feliz de que el no la hubiera mirado con severidad, que pronto se sento a su lado en el auto y recorrieron la carretera Panamericana, antes de que Bliss recordara que estuvo decidida a marcharse ese dia.

Me ire manana, decidio en ese instante. Y disfruto de ver el valle fertil de Ica, que tenia una fama de cientos de anos por sus vinedos y cultivos precolombinos.

Llegaron al museo arqueologico y Bliss fue a estudiar las ceramicas y textiles exhibidos, cuando se dio cuenta de que su concentracion no era la de costumbre. Era consciente de Quin, quien estuvo a su lado todo el tiempo.

– ?Que te parecio?

– Increible -sonrio la chica y se pregunto si, tal vez, un exceso de museos ya habria disminuido su interes.

Comieron en un pequeno hotel en Ica y Bliss se relajo durante la amena charla. Quin le pregunto acerca del resto de su familia en Inglaterra. Despues de contarle acerca de su padre, madrastra y hermanastra, Bliss sintio que el no se ofenderia si le hacia la misma pregunta.

– ?Tienes hermanos o hermanas?

– Dos hermanos -contesto sin vacilar-. Los dos estan casados y tienen hijos que… -de pronto se interrumpio y Bliss ansio no haberle hecho jamas esa pregunta. Era obvio que Quin iba a declarar que, como no se podia casar con Paloma Oreja, entonces no tenia deseos de hacerlo con nadie mas. Y como los hijos de sus hermanos continuarian la tradicion familiar, el podria quedarse soltero.

El ambiente se tenso demasiado. Quin estaba herido por su amor perdido ella lo sabia y de repente empezo a sentir un fuerte desagrado por esa mujer desconocida. Tambien sintio el dolor de Quin… como si fuera propio.

El regreso a Paracas fue muy silencioso. Bliss sabia que Quin estaba sumido en sus tristes pensamientos, en los que no habia sitio para ella.

Durante la cena se obligo a comer algo, aunque no tenia apetito. Observo que Quin comio muy poco. Esa noche, fue a acostarse con el animo por los suelos.

Al despertar, Bliss estuvo segura de que se marcharia ese mismo dia. Se levanto temprano y, aunque era domingo, un dia en que la mayoria de la gente se olvida de su empleo, tuvo la sensacion de que el dia no importaba para Quin cuando habia trabajo que hacer. Tal vez eso se debia a que el era su propio jefe. De pronto, estuvo convencida de que Quin se marcharia a la oficina despues de tomar el desayuno. No considero que tal vez estaba saltando a conclusiones precipitadas, mientras se vistio y se aseo con rapidez. No perdio tiempo en ir al desayunador.

Era importante que viera a Quin antes de que el se marchara. Tan solo por buena educacion, debia darle las gracias en persona. Entro en la habitacion con la certeza de que su decision de irse de Paracas era atinada y de que seguramente Quin querria volver a tener la casa para el solo. Hacia una semana entera que Bliss vivia bajo su techo.

Su orgullo la felicito por tomar la decision correcta e ignoro el hecho de que la invadiera una profunda tristeza, al percatarse de que nunca mas volveria a verlo. Era algo ridiculo, se dijo la chica.

– Buenos dias -le sonrio a Quin, quien bajo el periodico que leia.

– ?Dormiste bien, Bliss? -inquirio al verla a los ojos.

– Muy bien -contesto y se sento. Noto que el estaba vestido con ropa informal y no con su traje de negocios. De hecho, me siento tan bien ahora -su orgullo la obligo a proseguir-, tan llena de energia que estoy lista para cualquier cosa. Es por eso que… -ya tenia listo su discurso de agradecimiento cuando Quin escogio ese preciso momento para interrumpirla.

– ?Bien! -hizo que Bliss olvidara cada palabra de su discurso al sugerir-. Como ya estas en plena forma, ?que te pareceria ir a Nazca?

– ?Nazca! -exclamo la joven, maravillada-. Pense que lo habias olvidado -estaba muy emocionada.

– ?Como podia hacerlo? -la miro de modo amistoso y se dio cuenta de su animada expresion.

– ?Estas seguro? No quiero alejarte de tus obligaciones.

Quin no le recordo que era domingo. Sin embargo, despues de contemplarla un momento, contesto con suavidad:

– Estoy seguro. Nos vamos a las diez -anuncio.

Bliss no sabia que tan lejos estaba Nazca, pero seguia muy emocionada cuando, a los cinco para las diez, se reunio con Quin y lo acompano al auto.

– ?Tienes tu camara?

– Con rollo nuevo, mas otros de repuesto -sonrio la chica.

Estuvo segura de que Quin conduciria hasta Nazca, asi que se sorprendio mucho cuando el se estaciono en el aeropuerto de Pisco.

– ?Volaremos sobre las lineas de Nazca desde aqui? -inquirio Bliss y trato de contener su entusiasmo.

– De aqui volaremos a Nazca… He hecho un arreglo con una compania comercial para que nos lleve encima de las lineas -le informo con amabilidad.

Quin fue a consultar algo con uno de los oficiales y regreso con Bliss. Esta recibio otra gran sorpresa cuando Quin la condujo a donde estaba estacionado un pequeno avion privado.

– ?Sabe el piloto que estamos aqui? -pregunto ella cuando Quin abrio la puerta y la ayudo a subir a la cabina.

– Estas hablando con el -sonrio. Bliss se quedo muy impresionada y penso que Quin debio de contratar a alguien para que les ensenara las lineas de Nazca, solo para no quitarle ese trabajo y el dinero que representaba. Quin la ayudo a sentarse y le mostro como abrocharse el cinturon de seguridad.

Esa manana estuvo llena de sorpresas para Bliss. Quin tomo el mando del avion y despegaron. Ash Barton le pareceria a Bliss muy aburrido en comparacion cuando volviera a casa. No queria pensar en Inglaterra, al menos no todavia. Asi que desecho sus ideas y se entrego al placer del momento.

Parecio que apenas habian despegado, cuando ya aterrizaban de nuevo. Quin la ayudo a bajar y en ese momento sus miradas se encontraron.

– ?Estas lista? -inquirio con suavidad.

– Si -sabia que la unica razon por la cual su corazon estaba tan acelerado, era porque estaba a punto de ver una maravilla.

Sin decir nada mas, Quin la llevo a donde se encontraba una avioneta con cuatro asientos. En unos segundos, el piloto empezo a hablar con Quin, y pronto Bliss y este se instalaron a bordo. El piloto encendio el motor y poco despues despegaron.

Para Bliss empezo el vuelo con el que sono toda su vida. Las lineas de Nazca se mencionaron por primera vez en los tiempos modernos en 1927, cuando fueron descubiertas por Toribio Mexia Xesspe. Desde entonces, fueron estudiadas por muchas personas. La doctora Maria Reiche se habia pasado anos investigandolas. Se adelantaron muchas teorias para explicar como fueron trazadas, pero Bliss sabia que aun no se conocia la verdadera razon.

Claro que no estaba interesada en teorias cuando la avioneta llego a las lineas y ella contemplo el desierto gris en el cual estaban dibujadas las lineas sobre las cuales, hasta ese momento, solo habia leido libros.

– ?Alli esta, el condor! -exclamo. Estaba demasiado ocupada tomando fotos como para volverse hacia Quin-. El piloto bajo un poco y ladeo el avion para que ella obtuviera mejores tomas.

Durante la media hora siguiente, el piloto maniobro la nave sobre los kilometros de desierto y ladeo el avion de uno y otro lado para que Bliss tomara unas fotos increibles.

Ella supuso que tenia unas tomas fantasticas gracias a la habilidad del piloto. Vio la arana, de la que se decia media treinta metros de largo, y la lagartija, la ballena y el mono.

No obstante, su emocion llego al punto culminante cuando vio el colibri. Tomo varias fotografias y, sin saberlo, mientras el avion se inclinaba hacia la izquierda, ella alargo la mano derecha… que fue atrapada y apretaba con

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