»El vampiro que fuera el ultimo acompanante de Lestat me acoso una tarde, poco tiempo despues. Me rogo que le contara todo lo que sabia del mundo, que me convirtiera en su companero y maestro. Recuerdo haberle dicho que lo que sabia era que lo destruiria si lo llegaba a ver otra vez.

»—Ya ves —le dije—, alguien debe morir cada noche en mi camino hasta que yo tenga el valor de terminar. Y tu eres una opcion admirable para ser victima, puesto que eres un asesino tan cruel como yo.

»Y, a la noche siguiente me fui de Nueva Orleans, porque el dolor no me abandonaba. Y no queria pensar en aquella vieja casa donde estaba muriendo Lestat. O en ese impertinente vampiro moderno que se escapo de mi. Ni en Armand.

»Queria estar en un sitio donde todo me fuera desconocido. Y nada me importara.

»Y este es el fin. No hay nada mas.

El muchacho se quedo mudo mirando al vampiro. Este permanecio sentado, recogido, con las manos cruzadas sobre la mesa y sus ojos entrecerrados, enrojecidos, fijos en las cintas que daban vueltas. Tenia ahora el rostro tan delgado que se le veian las venas de las sienes como talladas en el marmol. Y estaba tan inmovil que unicamente sus ojos verdes mostraban vida, pero como si esta fuera una fascinacion aburrida como el girar de las cintas.

Entonces, el joven entrevistador se recosto en el respaldo y se paso los dedos de la mano derecha por el pelo.

—No —dijo con una breve aspiracion, y luego repitio con mas energia—. No.

El vampiro no parecio oirlo. Sus ojos se alejaron de las cintas hacia la ventana, hacia el cielo oscuro, gris.

—?No tenia que terminar asi! —dijo el chico inclinandose hacia adelante.

El vampiro, que continuaba mirando al cielo, echo una corta carcajada.

—Todas las cosas que usted dejo en Paris —dijo el muchacho, aumentando el volumen de su voz—: El amor de Claudia, el sentimiento, ?si, incluso el sentimiento por Lestat! ?No tuvo que terminar; no en esto, no en esta desesperacion! Porque eso es lo que es, ?verdad? ?Desesperacion!

—?Basta ya! —dijo abruptamente el vampiro, levantando su mano derecha; sus ojos se dirigieron casi mecanicamente a la cara del muchacho—. Te lo he dicho y te repito que no podria haber terminado de ninguna otra manera.

—No lo acepto —dijo el muchacho, y cruzo los brazos sobre su pecho y sacudio la cabeza con energia—. ?No puedo aceptarlo!

Y la emocion parecio crecer en el, de modo que, sin tener la intencion de hacerlo, golpeo el respaldo de su silla contra la mesa y se puso de pie y empezo a caminar por la habitacion. Pero entonces, cuando se dio la vuelta y volvio a mirar la cara del vampiro, las palabras que estaba a punto de decir se le ahogaron en la garganta. El vampiro simplemente lo miraba y su rostro tenia una lenta expresion de indignacion y de amarga diversion.

—?No se da cuenta de lo que ha contado? ?Fue una aventura como jamas conocere en toda mi vida! ?Usted habla de pasion, habla de recuerdos! Usted habla de cosas que millones de nosotros jamas saborearemos ni llegaremos a entender. Y entonces me dice que termina de este modo. Le digo… —y se detuvo ante el vampiro con las manos estiradas—. ?Si usted me concediera ese poder! ?Ese poder para ver y vivir eternamente!

Los ojos del vampiro empezaron a abrirse lentamente y separo los labios.

—?Que? —pregunto en voz baja—. ?Que?

Demelo —dijo el muchacho, y cerro la mano en un puno y el puno golpeo su pecho—. ?Conviertame en vampiro ahora mismo! —dijo mientras el vampiro lo miraba horrorizado.

Lo que entonces sucedio fue confuso y vertiginoso, pero termino de forma abrupta, con el vampiro de pie cogiendo al muchacho de los hombros; el rostro del chico estaba contorsionado por el miedo, y el vampiro lo miraba con rabia.

—?Es eso lo que quieres? —susurro, con sus palidos labios manifestando unicamente la mas leve senal de movimiento—. Eso…, despues de todo lo que te he dicho… ?Es eso lo que quieres?

Un gemido escapo de los labios del muchacho y empezo a temblarle todo el cuerpo, con el sudor en la frente y encima de los labios. Su mano busco el brazo del vampiro.

—Usted no sabe lo que es la vida humana —dijo, al borde de las lagrimas—. Usted se ha olvidado. Ni siquiera comprende el significado de su propia historia, lo que significa para un ser humano como yo. —Y entonces un sollozo interrumpio sus palabras y sus dedos se aferraron al brazo del vampiro.

—?Dios…! —murmuro el vampiro, alejandose de el; casi empujo al muchacho contra la pared. Se quedo de espaldas a el, mirando por la ventana gris.

—Se lo ruego… De a todo esto una nueva oportunidad. ?Una oportunidad mas, conmigo! —dijo el muchacho.

El vampiro se dio vuelta, con su rostro tan retorcido de rabia como antes. Y entonces, poco a poco, volvio a suavizarse. Los parpados cayeron lentamente sobre sus ojos y los labios se estiraron en una sonrisa. Volvio a mirar al muchacho.

—He fracasado —susurro aun sonriente—. He fracasado por completo.

—No… —protesto el muchacho.

—No digas una palabra mas —dijo el vampiro con energia—. Solo tengo una oportunidad mas. ?Ves esas cintas? Aun giran. Solo tengo un medio de demostrarte el significado de lo que he dicho.

Y entonces agarro al muchacho con tal rapidez que este se encontro tratando de aferrarse a algo, empujando algo que ya no estaba alli, de modo que aun tenia la mano estirada cuando el vampiro lo apreto contra su pecho, con el cuello del chico bajo sus labios.

—?Ves? —susurro el vampiro, y los largos labios sedosos se apartaron de sus dientes y los dos colmillos cayeron sobre la piel del muchacho. El muchacho tartamudeo y un sonido ronco y gutural salio de su garganta; su mano lucho por aferrarse a algo, se le abrieron los ojos solo para hacerse grises y opacos a medida que el vampiro bebia. Y, mientras tanto, el vampiro parecia tranquilo como si estuviera durmiendo. Su pecho angosto se movia sutilmente con un suspiro que daba la impresion de subir lentamente del suelo y luego quedar suspendido con la misma gracia sonambula. El muchacho dejo escapar un gemido y, cuando el vampiro lo dejo ir, lo mantuvo erguido con ambas manos y miro el rostro sudoroso y palido, las manos caidas, los ojos entrecerrados.

El muchacho gemia, tenia el labio inferior suelto y tembloroso como con nausea. Gimio mas fuerte y se le cayo la cabeza hacia atras y los ojos le dieron vueltas. El vampiro lo puso en la silla con suavidad. El muchacho trataba de hablar y las lagrimas que le brotaron ahora de los ojos parecieron provenir tanto del esfuerzo como de todo lo demas. Se le cayo la cabeza hacia adelante, pesada, ebriamente, y su mano descanso en la mesa. El vampiro se quedo mirandolo y su piel blanca adquirio un suave rojo luminoso. La piel de sus labios estaba oscura, casi como para reflejar esa luz; y las venas de sus sienes y sus manos eran meras huellas en su piel; y tenia el rostro juvenil y suave.

—?… Morire? —murmuro el muchacho cuando levanto la vista lentamente, con la boca humeda y contraida—. ?Morire? —gruno con los labios temblorosos.

—No lo se —dijo el vampiro, y sonrio.

El muchacho parecio a punto de decir algo mas, pero la mano que descansaba en la mesa resbalo hacia adelante y su cabeza cayo a un lado antes de que perdiera el conocimiento.

Cuando volvio a abrir los ojos, el muchacho vio el sol. Llenaba la ventana desnuda y sucia y, de este lado de su cara y su mano, estaba caliente. Por un momento, se quedo alli, con la cara contra la mesa y entonces, con un gran esfuerzo, se enderezo, respiro profundamente y, cerrando sus ojos, se llevo una mano al sitio donde el vampiro le habia chupado la sangre. Cuando por accidente su otra mano toco la banda de metal de arriba del magnetofono, dejo escapar un grito porque el metal estaba caliente.

Entonces se puso de pie, moviendose torpemente, casi cayendose, hasta que se apoyo con ambas manos sobre la palangana blanca para lavarse. Rapidamente hizo girar el grifo, se echo agua fria en la cara y se la seco con una toalla que colgaba de un clavo. Ahora respiraba normalmente y se quedo inmovil, mirandose en el espejo sin sostenerse en ninguna parte. Luego miro su reloj. Fue como si el reloj lo sorprendiera, lo trajera mas a la vida que el sol o el agua. E hizo una busqueda rapida por la habitacion, por el pasillo y, al no encontrar nada ni a nadie, volvio a sentarse en la silla. Entonces, sacando una libreta blanca del bolsillo y una pluma, los coloco sobre la mesa y apreto el boton del magnetofono. La cinta volvio hacia atras rapidamente hasta que volvio a apretar.

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