Cuando oyo la voz del vampiro, se inclino hacia adelante, escuchando con suma atencion, luego apreto nuevamente, buscando otra parte, la escucho, paso a otra. Pero entonces, por ultimo, se le ilumino la cara mientras giraba la cinta y la voz dijo con un tono modelado: «Era un anochecer muy caluroso y, tan pronto como lo vi en Saint-Charles, me di cuenta de que tenia que ir a algun sitio…».
Y el chico anoto rapidamente.
«Lestat… cerca de la avenida Saint-Charles. Vieja casa ruinosa… Barrio pobre. Buscar rejas oxidadas.»
Y entonces, guardando la libreta en su chaqueta, reunio las cintas en su portafolios junto con el pequeno magnetofono y salio por el pasillo, deprisa, y bajo las escaleras hasta la calle, donde, frente al bar de la esquina, tenia estacionado su coche.