atencion. Institucion de Vireberg.

Ella apenas si recordaba a aquella mujer que al parecer, por si fuera poco, estaba encerrada en Vireberg y que, aun asi, se creia con el derecho de ponerse a juzgar su ninez y, por tanto y de paso, tambien a sus padres.

Fue a la cocina y abrio de un tiron la puerta del frigorifico. El paquete de cacao ya estaba junto al fregadero, asi que corto rauda una porcion de mantequilla y la hundio en el polvo marron.

Cerro los ojos mientras la mantequilla se le derretia en la boca, sintiendo como se deshacia.

Sus padres lo hicieron todo por ella. ?La querian! ?Quien iba a saberlo mejor que ella misma?

Arrugo el folio. Deberia estar prohibido enviar cartas a gente que no quiere recibirlas. Era imposible comprender que pretendia aquella mujer, pero dejar su insulto sin respuesta era mas de lo que podia soportar. Se veria obligada a contestar para desagraviar a sus padres. La sola idea de, sin haber tenido eleccion, verse forzada a comunicarse con alguien fuera de las paredes de su apartamento la movio a cortar otra porcion de mantequilla. Aquella carta era una intromision, una agresion descarada. Despues de tantos anos de aislamiento voluntario, alguien se abria paso a traves de una barrera que tanto trabajo le habia costado construir.

Vanja.

Maj-Britt recordaba muy poca cosa.

Si realizaba un verdadero esfuerzo, le venia a la mente algun que otro recuerdo aislado. Ellas dos habian pasado bastante tiempo juntas, pero los detalles se negaban a manifestarse. Podia evocar vagamente el desorden de su casa y que habia epocas en que el jardin parecia un vertedero. Ni de lejos tan limpia y ordenada como su propia casa. Ademas, creia recordar que sus padres no veian con buenos ojos su relacion y fijate, una vez mas, ?resulto que tenian razon! Con la vida tan dura que llevaron. Se le hacia un nudo en la garganta solo de pensar en ellos. Ella no fue una nina facil, pero sus padres se negaron a rendirse, hicieron el maximo por ayudarle a encontrar el camino en la vida, pese a lo problematica que era ella y pese a todas las preocupaciones que les causo. Y ahora venia esta mujer, mas de treinta anos despues, preguntandose como les habia afectado la infancia a ellas dos, como si buscara un complice de su propio fracaso, alguien a quien culpar. ?Quien de las dos estaba en la carcel? Mira que presentarse con esas veladas insinuaciones y acusaciones cuando ella estaba en prision. Era para ponerse a cavilar, desde luego.

Se sostuvo en el poyete cuando volvio a sentir el lumbago. Una punzada repentina que casi le hacia perder el conocimiento.

Aunque, en realidad, ella preferia no saber nada. Querria dejar a Vanja enterrada en el pasado hasta que el polvo que habia levantado se posase otra vez en su lugar.

Miro el reloj de la cocina. No es que respetasen los horarios, pero deberian presentarse por alli otra vez dentro de un par de horas. Volvio a abrir el frigorifico. Siempre se tomaba un refuerzo cuando algo de lo que no queria tener noticia siquiera intentaba abrirse camino.

La necesidad imperiosa de sentirse llena para acallar lo que le gritaba dentro.

3

El decia que la amaba. Y la verdad, cuanto decia y hacia asi lo indicaba. Pese a todo, resultaba muy dificil asimilar sus palabras. Que el la amase precisamente a ella.

Lo que intentaba hacerle creer era que el la consideraba unica, que la anteponia, justo a ella, a todas las demas personas sobre la faz de la Tierra, que ella era la mas importante para el. Aquella a quien bajo ninguna circunstancia traicionaria y por la que siempre se preocuparia.

Resultaba muy dificil asimilar sus palabras.

Pues, ?por que un hombre como Thomas iba a amarla a ella, precisamente? Cuando se acercaban los cuarenta, escaseaban los hombres sin pareja y a el no habia mas que echarle un vistazo para comprender que debia de ser una presa muy codiciada. Pese a todo, fue su cerebro lo que la cautivo en primer lugar. Su humor y su ironia de si mismo lo que la hacia reir en las situaciones mas extraordinarias. Solo un hombre de masculinidad tan evidente como la suya podia reirse asi de si mismo. Y solo un hombre que se conocia a si mismo sabia de que valia la pena reirse. Jamas habia conocido a nadie como el. Era curioso y sentia un interes inagotable por aprender cosas nuevas, por entender mas. Siempre dispuesto a abandonar su concepcion de las cosas si alguien, de pronto, parecia tener otra mas plausible, intentaba analizarlo todo desde un nuevo punto de vista. Tal vez esa fuese una de las causas de su exito como disenador industrial; o tal vez fuese el efecto. Sus cualidades, nada frecuentes, y aquella manera suya de pensar, tan libre, llevaban sus conversaciones a alturas nunca antes sondeadas. En ocasiones, ella tenia incluso que esforzarse por estar a su nivel, lo que suponia un estimulo insolito.

Desde un punto de vista intelectual, Thomas era su verdadero igual. No habia muchos hombres asi.

De modo que, ?por que iba a enamorarse de ella, precisamente?

Algun fallo debia de haber pero, por mas que lo buscaba, no daba con el.

Claro que hubo hombres. Las relaciones breves no habian escaseado en su pasado, pero sus opciones se vieron regidas por otras ambiciones que las de invertir energia en intentar prolongarlas. Los dilatados estudios de medicina reclamaron toda su atencion. Un aprobado en un examen era tanto como un fracaso, el sobresaliente era imperativo para que se sintiese satisfecha y, a veces, ni siquiera eso. Lo que a ella le habria gustado es que sus profesores se desmayasen de la emocion al ver sus resultados y su capacidad, pero tuvo que admitir que no era tan facil conseguir tal cosa. No era la unica alumna destacada, por lo que siempre la atormentaba su insuficiencia, el no ser lo bastante buena. De modo que se aplicaba a estudiar mas aun.

La gente de su edad fue desapareciendo poco a poco en el matrimonio y en la vida familiar mientras que ella, para dolor de su madre, seguia sola. Ya no sucedia tan a menudo, ahora que pronto seria tarde, pero su madre le transmitio durante anos la gran decepcion que para ella suponia saber que no tendria nietos. Y en lo mas hondo de su ser, en aquel reducto al que ni su madre ni ninguna otra persona tenia acceso, Monika compartia esa decepcion.

No siempre era facil vivir sola. Imposible decir si se trataba de una sensacion culturalmente impuesta, pero en algun lugar del misterio humano parecia existir un deseo basico de union. Su cuerpo le hablaba con claridad. Despues de unos meses de soledad, clamaba por el contacto fisico. Ella no tenia obligaciones para con nadie, de modo que podia iniciar una aventura amorosa con la que iluminar su existencia un tiempo, pero nunca dejaba que se impusieran los sentimientos. Solo se permitia un entusiasmo controlado y ese tipo de relaciones nunca tenian la oportunidad de adquirir mayor importancia. Al menos, no por su parte. Algun que otro corazon habia quedado espinado al paso de su persona, pero a nadie le habia dado acceso a aproximarse al nucleo en el que habitaba la fragil Monika, aquel nucleo en el que ella habia puesto todo el cuidado en esconder sus miedos.

Y su secreto.

El sexo era muy simple. Lo dificil era la autentica intimidad.

Tarde o temprano se producia una descompensacion del equilibrio. Empezaban a llamar demasiado a menudo, a querer demasiado, a desvelar sus esperanzas y sus planes a largo plazo. Y cuanto mas interes mostraban ellos, tanto mas se enfriaba el suyo. Monika observaba suspicaz su creciente apasionamiento, antes de poner fin definitivo a la relacion. Antes sola que abandonada.

Alguno la llamo «reina del hielo» y ella se lo tomo como un cumplido.

Hasta que conocio a Thomas.

Ocurrio en el vagon restaurante. Monika venia de pasar el fin de semana con unos amigos en su idilica casa de campo y tomo el tren para aprovechar la duracion del viaje leyendo los ultimos descubrimientos sobre la fibromialgia. En el viaje de vuelta la invadio la melancolia, tras cuarenta y ocho horas viendo sobre el terreno lo que le faltaba en la vida; lo futil que resultaba todo. Precisamente ella, que era la que estaba viva, no tenia capacidad de sacarle nada a la vida. Aunque, por otro lado, ?hasta que punto tenia alguien como ella derecho a ser feliz?

Fue al vagon restaurante para tomarse una copa de vino y se quedo sentada junto a una de las mesas, en la parte mas proxima a las ventanas. El estaba enfrente. No se dijeron una palabra, apenas si cruzaron una mirada. Ambos se dedicaron a contemplar el paisaje que discurria acelerado alla fuera. Pese a ello, todo su ser era

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