lo que habia ocurrido el pasado otono-. Le dije que podia ver con facilidad el afecto que el sentia por ella y que estaba convencido de que ella lo amaba. Luego tuve que confesarle que habia sabido que tu hermana habia estado en la ciudad durante el invierno y que habia conspirado para que no fuera informado. Se enfado mucho. Pero estoy seguro de que se le paso al convencerse de que tu hermana le amaba todavia. Ya me ha perdonado de todo corazon.

Siguieron caminando, y aunque en el pasado Darcy siempre se quedaba callado cuando estaba en presencia de Elizabeth, eso habia terminado porque ahora sabia que ella comprendia todas sus opiniones y los planes que tenia para el futuro. Continuaron asi hasta llegar a la casa y solo se separaron antes de entrar en el comedor de Longbourn.

12 La fina sutileza del amor

Llegaron terriblemente tarde. Cuando entraron, todo el mundo, incluidos Bingley y Jane, ya estaba sentado a la mesa. Encabezados por la hermana mayor de Elizabeth, enseguida todos preguntaron en coro:

– Mi querida Lizzy, ?donde os habiais metido?

Darcy resolvio asumir la culpa, pero la respuesta de Elizabeth, que habian caminado tanto que ella misma no sabia donde habian estado, fue suficiente para satisfacer la curiosidad de todos.

Darcy echo un vistazo a la mesa. Elizabeth habia tomado asiento en un lugar que estaba lejos de el, por temor a despertar especulaciones prematuras, pero ella era la unica persona con quien el queria conversar y su sonrisa era la unica que anhelaba. Miro con un poco de envidia a Bingley y Jane. Los novios oficiales no tenian ninguna restriccion y podian hablar en medio de una cierta privacidad que le estaba negada al resto del grupo. Con creciente resignacion, el caballero miro a los padres de Elizabeth y acepto que era a ellos a quienes debia dirigir su atencion. Durante sus recientes visitas a Longbourn habia tenido mas contacto con la senora Bennet del que deseaba, pero al senor Bennet lo conocia muy poco. ?Por donde podria empezar a relacionarse con aquel hombre al que muy pronto le estaria pidiendo la mano de Elizabeth?

Cuando la comida termino, todos se levantaron y fueron al salon, donde Darcy sintio la necesidad de conversar con el padre de Elizabeth. Tras aceptar una taza de cafe de manos de la senora Bennet, se dirigio a su anfitrion.

– Senor Bennet -le dijo, levantando ligeramente la taza a modo de saludo.

– Senor Darcy -contesto el hombre y luego, con un gesto de la barbilla, senalo a Bingley y a Jane, que estaban solos, en un rincon del salon-. Hacen una buena pareja, ?no le parece, senor Darcy? Aunque todas esas sonrisas y susurros son mas bien molestos para el resto del mundo, la senora Bennet me asegura que eso es lo normal.

Darcy bajo la taza y se volvio hacia el senor Bennet.

– Creo que Bingley sera un esposo estupendo -dijo con aire reflexivo-. Lo conozco desde hace varios anos y es uno de los mejores hombres con los que he tenido el placer de encontrarme.

– ?Ah, no lo dudo! -contesto el senor Bennet-. Se llevaran muy bien, el y Jane. Sus hijos nunca oiran de ninguno de ellos una palabra de enfado e incluso es posible que les permitan a sus padres expresar su opinion, de vez en cuando. Sin embargo, estoy contento por ella. -Le dio un sorbo a su taza-. ?Y usted, senor? ?Se quedara mucho tiempo en Hertfordshire, o acaso Londres reclama su presencia?

– Todavia no tengo planes definidos, pero no seria raro que me quedara algun tiempo mas.

– ?Vaya! -El senor Bennet parecio sorprendido-. Vaya -repitio-. Bueno, puede usted visitar Longbourn cuando quiera, senor Darcy. Como puede ver, tengo varias hijas que pueden ofrecerle una conversacion sugerente a un hombre educado. -Senalo con la cabeza a Mary, sumergida en un libro, y a Kitty, que estaba arreglando las cintas de un sombrero. Despues de dejar la taza sobre una mesa con expresion divertida, el senor Bennet se disculpo y le dijo a su esposa-: Estare en mi estudio si alguien me necesita, querida.

Darcy miro a Elizabeth, sorprendido al ver que su anfitrion abandonaba de esa forma tan brusca a sus invitados y se pregunto si esto seria una senal para que el y Bingley se marcharan. Pero nadie mas parecio notar el extrano comportamiento del senor Bennet o hacer ademan de concluir la velada; se limitaron a despedirse del dueno de la casa. A pesar de todo, ellos no se quedaron mucho tiempo y, cuando el y Bingley se pusieron en pie para marcharse, Elizabeth lo acompano hasta la puerta y luego al exterior, tal como habia hecho Jane con Bingley. Protegiendose del frio con los brazos, Elizabeth lo vio montarse a su caballo. Al mirarla con el rostro hacia arriba bajo la luz de las estrellas, Darcy recordo la velada de un ano atras, a la salida del salon de baile de Meryton. Habian pasado tantas cosas desde esa noche que aquel dia Darcy se sintio optimista con respecto al futuro. Sin embargo, al mismo tiempo estaba inquieto. Elizabeth era suya y no era suya, era la companera de su corazon, pero todavia no estaba a su lado.

Darcy se inclino hacia ella.

– Hasta manana -le susurro.

Ella asintio con la cabeza.

– Hasta manana -modulo con los labios, mientras se ponia al lado de su hermana y observaban como los caballos se perdian en la oscuridad de la noche.

Bingley iba canturreando cuando, despues de espolear a su caballo, Darcy lo alcanzo. Con tono desafinado, la cancion se perdia en la noche. Darcy sonrio al ver la distraccion de su amigo y penso en la felicidad que sentia en su propio corazon.

– ?Y a que criatura estas invocando a esta hora, Charles? -le dijo bromeando-. Creo que todos los animales decentes estan guardados en sus establos.

– Darcy, ?soy el mas afortunado de los hombres! -dijo Bingley, ignorando el sarcasmo de Darcy-. ?Que dia tan maravilloso!

– Si, asi es -murmuro Darcy.

Bingley se volvio hacia el.

– Supongo que no ha resultado ser tan maravilloso para ti tener que pasar toda una velada con los Bennet. Has sido muy amable al soportarlo, Darcy, te lo agradezco.

– En absoluto, Charles -dijo Darcy, restandole importancia-. Es natural que quieras estar en compania de tu prometida el mayor tiempo posible. Y, despues de todo, yo estoy aqui por voluntad propia y puedo marcharme en cualquier momento.

– Eres muy amable -contesto Bingley. Guardo silencio un momento, antes de anadir, con un tono muy distinto-: Tan amable que nos dejaste a Jane y a mi rezagados en el bosque. ?Como ha sucedido eso? No os volvimos a ver a partir de la primera media hora.

– ?Acaso no queriais estar solos?

– No me refiero a eso. -Bingley solto una carcajada-. Bueno, yo no estaba muy preocupado, no tan preocupado como Jane, en todo caso; porque ella no habia visto lo bien que os habiais llevado en Pemberley tu y su hermana. Pense que nos habias dejado atras a proposito, para darnos un poco de intimidad, y que no te importaba acompanar a la senorita Elizabeth mientras tanto.

– ?Y le dijiste eso a la senorita Bennet?

– Algo parecido. ?Acaso no he debido hacerlo?

Darcy no le respondio de inmediato. ?Tenia algun sentido reservarse su felicidad? Pronto seria del dominio publico, y Bingley era su amigo intimo. En todo caso, Darcy deseaba pronunciar en voz alta las palabras que darian solidez a los acontecimientos de aquella tarde. Y tenia curiosidad por ver la reaccion de Charles. Adelanto el caballo hasta colocarse junto a Bingley.

– Tienes razon solo en parte, amigo mio. Confieso que pense muy poco en ti y en la senorita Bennet esta tarde. Mi proposito, despues de que tuvieras la feliz idea de sugerir dar un paseo, era encontrar la forma de hablar con la senorita Elizabeth en privado.

– ?Hablar en privado! -Bingley le dio un tiron a las riendas y miro a Darcy bajo la luz de la luna-. Me pregunto sobre que.

– Un asunto personal. -Darcy sonrio abiertamente.

– Claro. -Pero Bingley no se dejo intimidar-. ?Un asunto personal acerca de que, si puedo preguntar?

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