las cercas, no las escuelas locales!

Darcy entro en el patio de la caballeriza y se alegro de ver a Nelson ya preparado e impaciente por una buena carrera. Balanceandose sobre la montura, concentro sus pensamientos en su caballo y senalo con la cabeza un campo banado por los rayos de una deliciosa manana otonal.

Capitulo 2

Un propietario

Darcy regreso a Netherfield tras su cabalgada matutina, sintiendo todavia mas admiracion por el paisaje en el que estaba enclavada la mansion. Las granjas eran limpias y, a juzgar por la reciente cosecha, parecian prosperas. Los campos estaban rodeados de tapias, cercas o filas de arboles, en una disposicion que era agradable a la vista y satisfacia incluso el gusto de un avido cazador o jinete. Las tierras que correspondian a Netherfield necesitaban atencion, pero Darcy no encontro nada especialmente incorrecto, o que no se pudiera corregir en poco tiempo con una cuidadosa administracion y una inversion de capital. En resumen, era una buena propiedad, con problemas minimos, excepto aquellos que mostrarian a Bingley lo que significaba ser un propietario. Tras desmontar, Darcy le dio a Nelson una fuerte y carinosa palmada en el cuello, que termino con una caricia sobre la amplia frente y un terron de azucar contra el hocico. Despues de comer con cuidado el dulce manjar de la mano de Darcy, Nelson solto un relincho para demostrar su satisfaccion. Con una carcajada, el caballero se lo entrego al muchacho que salio del establo.

Un propietario. Una delicada sonrisa, apenas perceptible, cruzo el rostro de Darcy mientras oia en su cabeza el eco de esas palabras, pero pronunciadas por su padre. Bajo la cuidadosa tutela de su progenitor, comenzo a aprender a una tierna edad el significado exacto de esas palabras. En el primer recuerdo que acudia a su mente estaba sentado a horcajadas sobre una montura, instalado con seguridad en el regazo de su padre, aferrando con los dedos la crin del caballo, mientras el antiguo senor Darcy realizaba la inspeccion de primavera de las granjas y dependencias de Pemberley. Quizas estaba en aquel entonces empezando a caminar o, como mucho, tendria tres anos, pero el recuerdo era lo suficientemente vivo como para convencer incluso a sus padres de que era cierto. Aquel paseo a caballo sirvio para introducirlo en su posicion en la vida y las responsabilidades que venian aparejadas a ella, las cuales ahora sobrellevaba solo, con una justificada satisfaccion que reflejaba, sin duda, la excelente preparacion que le habia dado su padre. Con mucha frecuencia, Darcy tenia ocasion de dar gracias al cielo por el ejemplo diario de atencion al deber que habia recibido de su padre y la experiencia practica que habia ganado bajo su orientacion. Eso habia hecho de Pemberley la joya que era. Darcy esperaba poder servir a su amigo Bingley de igual manera.

– ?Aja, asi que estas aqui! -resono la voz de Bingley cuando Darcy entro en el vestibulo de Netherfield-. Supongo que no puedo esperar que hayas aguardado un poco para permitirme el placer de llevarte a hacer un recorrido por las tierras de Netherfield, ?no es cierto? -Bingley estaba parado en la puerta del salon, con los brazos cruzados y el ceno fruncido en una fingida actitud de seriedad, mientras miraba con indignacion a su amigo.

– No tienes ninguna esperanza, Bingley -respondio Darcy sin remordimiento alguno-. ?Es este maldito tiempo otonal, que lo empuja a uno a salir!

– ?De verdad? -inquirio Bingley con tono imperativo, obviamente disfrutando de la inusual experiencia de tener una ventaja sobre su amigo-. Yo mas bien pienso que lo que te empujo a salir fue la perspectiva de tener que entretener a Caroline toda la manana. ?Dios sabe que yo tambien saldria disparado! -La actitud de superioridad que Bingley habia asumido fue reemplazada por una queja genuina cuando continuo-: Pero, de verdad, Darcy, yo tenia la ilusion de recorrer la propiedad contigo.

– Y lo haras -se apresuro a decir Darcy-. Me disculpo por adelantarme, pero necesitaba ver Netherfield tal como es, sin hacerlo a traves de tus ojos, como ocurriria si fueramos juntos. Sabes perfectamente que me estarias llenando la cabeza de poesias sobre cada riachuelo o cada bosque. -Darcy hizo una breve pausa al ver la expresion de contenida objecion de Bingley ante aquella descripcion-. ?Sabes que tengo razon! Tales distracciones no me darian la oportunidad de serte de verdadera utilidad.

Con una sonrisa de amargura, Bingley reconocio que la excusa de su amigo era razonable.

– Se que no es, y nunca sera, como Pemberley. Pero hasta yo mismo puedo apreciar que puede convertirse en mas de lo que es -respondio-. La cuestion es que no tengo ni la menor idea de por donde empezar.

– Puedes comenzar por permitirme quitarme esta ropa de montar y reunirte conmigo para tomar algo fresco en… -Darcy miro alrededor, buscando una habitacion en la cual fuera poco probable que entraran las damas o el senor Hurst- en la biblioteca. -Y aprovechando la oportunidad, agrego-: ?Seria posible, Charles, trasladar alli un par de comodas sillas? Es un lugar bastante espartano.

– Desde luego, Darcy, enseguida. No sabes cuanto…

– Entonces no digas nada, amigo. Conten tu gratitud hasta que me hayas oido. -Darcy no pudo evitar sonreir al ver el entusiasmo que se reflejo en el rostro de Bingley-. Si despues de estar enterrado hasta la cintura en papeles, plumas rotas, informes de cosechas y cuentas, todavia sientes el impulso de mostrarme agradecimiento, estare encantado de recibir tu gratitud. -Comenzo a avanzar hacia las escaleras y luego se detuvo y se volvio hacia su amigo con expresion severa-. Te advierto, Bingley, que obtener un diploma en Cambridge no es nada comparado con convertirse en un propietario cabal. Lo aprendi de la mayor autoridad.

– ?Y quien ha sido, si haces el favor de revelarme su nombre, esa persona, oh magnifico maestro? -bromeo Bingley.

– Mi padre -respondio Darcy en voz baja, dando media vuelta y subiendo las escaleras-. El hizo las dos cosas.

Despues de llegar a su habitacion, Darcy saco con cuidado del bolsillo de la chaqueta la carta de su hermana y leyo nuevamente la primera parte; sus ojos se detuvieron un momento en la ultima linea de la primera pagina: «Bajo su cuidado me estoy recuperando y he ido adquiriendo mas fortaleza de animo». Volvio a doblar la carta con ternura y se la llevo a los labios.

– Por favor, Dios, que asi sea -murmuro. Luego puso la carta en su escritorio y toco la campanilla para llamar a Fletcher, su ayuda de camara, y prepararse para un dia en la propiedad rural de su amigo.

Escondidos amigablemente en la biblioteca, entre la amenaza de una tormenta de papeles y plumas rotas, el resto de la manana paso rapidamente para Darcy y Bingley. Cuando Stevenson golpeo en la puerta para anunciar que el refrigerio de la tarde estaba servido y las damas solicitaban su compania, los dos se levantaron y abandonaron su ocupacion satisfechos con el progreso alcanzado, y listos para un poco de diversion.

– ?Que has estado haciendo toda la manana, Charles? ?Caroline y yo no pudimos encontrarte por ninguna parte! -se quejo la senora Hurst, mientras servia el te para los caballeros y su hermana-. El senor Hurst tenia especiales deseos de ver las perdices y discutir los planes para una partida de caza esta manana, ?no es asi, querido? -Hizo una pausa para mirar vagamente a su esposo que, en ese instante, parecia mas interesado en cazar los manjares que tenia enfrente, y no aquellos menos seguros que volaban en el exterior. Darcy y Bingley aceptaron sus tazas y rapidamente se instalaron en el extremo opuesto de la mesa del comedor.

– Pase la manana de la manera mas satisfactoria, Louisa. Darcy ha accedido a hacerme algunas sugerencias sobre como puedo mejorar Netherfield, hacerlo mas…

– ?Mas como Pemberley! -exclamo la senorita Bingley, fijando en Darcy una mirada de suplica-. Ay, senor Darcy, ?es eso posible?

– Caroline, no me has entendido. -Bingley la miro con un cierto fastidio-. Has de tener presente que Netherfield nunca podra ser Pemberley, ?porque Hertfordshire no puede ser Derbyshire! Sin embargo, yo creo, y Darcy esta de acuerdo, que Netherfield tiene interesantes posibilidades que el tiempo y la paciencia revelaran. Ahora -se apresuro a continuar-, ?que noticias hemos recibido de nuestros vecinos? Espero que despues de anoche nos envien varias tarjetas.

– Si, supongo que se podria decir que hemos recibido algunas. -La senorita Bingley fruncio el ceno mientras

Вы читаете Una fiesta como esta
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×