mi salon.

Dos mujeres asomaron la cabeza. Morenas, delgadas de tipo. La hija saludo con la mano: unas plateadas, gotas de sangre.

– Ya ha visto a mis chicas; ahora, olvidelas. No tiene por que conocerlas.

– ?Tiene idea de quien lo ha hecho?

– No le dire nada que pueda comentar por ahi. Quitese de la cabeza que le de nombres de rivales en los negocios que podrian querer perjudicarme a mi y a lo mio.

– ?Rivales en el negocio de la limpieza en seco?

– ?No me venga con chistes! ?Mire, mire!

Una etiqueta en una puerta: «Ropa estropeada.»

– ?Mire, mire, mire! -J.C. tiro del pomo-. ?Mire, mire, mire!

Miro: un pequeno vestidor. Clavadas con chinchetas a las paredes, pantalones de mujer con las perneras abiertas y la entrepierna desgarrada.

Manchas en la ropa; las huelo: semen.

– No tiene ninguna gracia. Les compro a Lucille y a Madge tanta ropa bonita que tienen que guardar una parte aqui abajo. Ese pervertido degenerado queria estropear las preciosidades de Lucille. ?Mire!

Ropa de puta de Tijuana.

– Bonita.

– Ahora no se rie, ?verdad, chico de los recados de Wilhite? Esto ya no es tan divertido, ?verdad?

– Llame a Dan. Digale que quiere que hagamos.

– ?Mi casa la limpio yo!

– Buenas telas. ?Su hija se paga la universidad trabajando, Kafesjian?

Punos cerrados/venas hinchadas/facciones sudorosas: el gordo seboso casi encima de mi.

Unos gritos en el piso de arriba.

Subi a la carrera. Una habitacion a un lado del pasillo. Evaluo los danos:

Tommy K., de pie contra la pared. Porros en el suelo; Junior zarandeando al tipo con rudeza. Carteles de jazz, banderas nazis, un saxo sobre la cama.

Me eche a reir.

Una sonrisa congraciadora de Tommy, un tipo flaco y magro. Junior:

– ?El jodido ha sacado la marihuana con todo el descaro! ?Se esta burlando del departamento!

– Sargento, pida disculpas al senor Kafesjian.

Junior, medio enfurrunado, medio chillando:

– ?Dave…! ?Dios…! Lo siento.

Tommy encendio uno de los porros y echo el humo a la cara de Junior. Desde el piso de abajo, el padre:

– ?Ahora, largo! ?Mi casa la limpio yo!

5

Dormir mal, no pegar ojo.

Me desperto una llamada de Meg: arregla el asunto de los alquileres retrasados, ningun comentario sobre el vestido de seda. «Claro, claro», respondi. Colgue y llame a Jack Woods: veinte por ciento de cada dolar de alquileres que consiguiera. El subio a veinticinco. De acuerdo.

Llamadas de trabajo: Van Meter, Pete Bondurant, Fred Turentine. Los tres, luz verde: microfonos ocultos en la casa de La Verne y un fotografo escondido en el dormitorio. Diskant, seguido y espiado: cita para unas copas en el Ollie Hammond's Steakhouse, a las seis en punto.

El cebo estaba preparado: nuestra comunista consorte. Pete dijo que Hush-Hush estaba encantada: politico rojillo tropieza con el pito.

Llame a Narcoticos. Dan Wilhite habia salido. Deje un mensaje. Dormir mal, no pegar ojo: la pesadilla de los Kafesjian. Desahogo comico: Junior, la noche anterior: «Se que crees que no doy la talla para oficial, pero ya veras. Te aseguro que ya veras.»

Cinco de la tarde: al carajo la siesta.

Me lave y eche una ojeada al Herald: Chavez Ravine habia desplazado de la primera pagina a mi muerto. Bob Gallaudet: «Los latinoamericanos que pierdan sus viviendas seran compensados generosamente y, en ultimo termino, una sede para los Dodgers sera un motivo de orgullo para los angelinos de todas las razas, credos y colores.»

Para partirse de risa. Aquello alivio mi resaca de los Kafesjian.

Ollie Hammond's. Apostado a la entrada del bar, esperando. Morton Diskant en la puerta, a las seis en punto. La Verne Benson entra a las 6.03: falda de tweed, calcetines hasta las rodillas, cardigan.

6.14: Pete B. se desliza en el asiento.

– Diskant esta con sus amigos. La Verne, a dos mesas de ellos. No llevaba ni dos segundos sentada y ya le lanzaba miradas ardientes.

– ?Crees que el tipo picara?

– Yo lo haria, pero es que para estas cosas soy un cerdo.

– ?Como tu jefe?

– Puedes decir su nombre. Howard Hughes. Es un tipo ocupado. Como tu.

– Era un jodido idiota. Si no hubiera saltado, es muy probable que yo mismo le hubiese empujado.

Pete apoyo las manos en el salpicadero. Unas manos enormes. Sus punos habian matado a un borracho camorrista en las celdas de una comisaria. La Policia le despidio; Howard Hughes encontro un alma gemela.

– ?Y tu? ?Tambien has estado ocupado?

– Mas o menos. Consigo droga para Hush-Hush, mantengo al senor Hughes al margen de Hush-Hush. Si alguien quiere querellarse contra Hush-Hush, le convenzo para que no lo haga. Busco gatitas para el senor Hughes, aguanto al senor Hughes cuando empieza con esas divagaciones sobre los aviones. En este momento, el senor Hughes me hace seguir a esa actriz que le ha plantado. Imagina: esa fulana abandona el picadero numero uno del senor Hughes, ademas de un contrato de trescientos a la semana, y todo para actuar en una pelicula barata de terror. El senor Hughes le hizo un contrato de esclava para siete anos y quiere denunciarla por violacion de una clausula de moralidad. ?Te imaginas, ese cerdo putero predicando moralidad?

– Si, y a ti te encanta porque…

– … porque soy un autentico cerdo, como tu.

Me rei. Bostece.

– Esto puede llevar toda la noche.

– No, La Verne es impetuosa. -Pete encendio un cigarrillo-. Se hartara y abordara al pajaro. Buena chica. Incluso ayudo a Turentine a instalar los microfonos.

– ?Que tal Freddy?

– Ocupado. Esta noche compromete al comunista ese, la semana que viene hace escuchas clandestinas para Hush-Hush en una sauna de maricas. El problema con Freddy T. es que le da mucho a la botella. Demasiadas denuncias por conducir borracho, de modo que la ultima vez el juez le condeno a trabajos comunitarios y ahora ensena electronica a los internos de Chino. Klein, mira.

La Verne a la puerta del bar. Dos pulgares hacia arriba. Pete respondio con un gesto.

– Eso significa que Diskant se reunira con ella cuando se haya desecho de sus amigos. ?Ves ese Chevrolet azul? Es el de la chica.

Nos pusimos en marcha detras de La Verne. A la derecha por Wilshire, luego recto al oeste; Sweetzer, al norte, el Strip. Calles secundarias con curvas, en direccion a las colinas. La Verne se detuvo junto a una casa de estuco dividida en cuatro apartamentos.

Fea: luces fuertes, estuco ?rosa!

Aparque dejando espacio para el coche del rojo.

Вы читаете Jazz blanco
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×