Buzz elevo la voz sobre el repentino estrepito del oleaje.

– ?Trabaje en los homicidios y en el gran jurado! ?Lo que no se es la historia!

El ruido del mar disminuyo. Lesnick tosio y pregunto:

– ?Usted sabe…?

– Doctor, se lo referente al incesto, la operacion de cirugia plastica y el intento de Coleman de incriminar a su padre. La unica otra persona que lo sabia era ese capitan de policia que murio en el club de jazz. Y creo que usted quiere contar lo que sabe, de lo contrario no habria hecho esa broma de estudiante con Trotski. ?Que opina?

Lesnick rio y tosio.

– Entiende usted el concepto de motivacion subliminal, senor Meeks.

– No soy tan tonto, jefe. ?Quiere oir mi teoria de por que usted retuvo los archivos que iban desde el verano del 49 en adelante?

– Expongala, por favor.

– La gente de la UAES que sabia la historia hablaba de la boda de Reynolds y Claire y de como la tomaria Coleman. ?Verdad?

– Si. Yo temia que los investigadores captaran las referencias a Coleman y trataran de usarlo como testigo voluntario. Claire trato de evitar que la noticia de la boda llegara a los periodicos para que Coleman no se enterara, pero no lo consiguio. El precio fue terrible, como usted sabra.

Buzz miro el agua, mudo como una piedra: su truco favorito para hacer hablar a los sospechosos. Al cabo de un minuto, Lesnick continuo:

– Cuando los periodicos sensacionalistas hablaron de las dos victimas siguientes, supe que el asesino tenia que ser Coleman. Fue mi paciente en la epoca de Sleepy Lagoon. Sabia que tenia que estar viviendo cerca de los clubes de jazz de Central Avenue, y lo encontre. En el pasado habiamos estado cerca, y pense que podria razonar con el, llevarlo a una institucion y terminar con esa insensata matanza. Augie Duarte demostro mi error, pero lo intente. ?Lo intente! Piense en eso antes de juzgarme con excesiva dureza.

Buzz miro a ese muerto viviente.

– Doctor, no juzgo a nadie en este jodido asunto. Es solo que dentro de un par de dias me ire de la ciudad, y me gustaria averiguar todo lo que no se.

– ?Y no se lo contara a nadie?

Buzz arrojo a Lesnick una migaja para tentarlo:

– Usted trato de proteger a sus amigos mientras seguia el juego, y yo tambien supe hacer lo mismo. Tengo un par de amigos que quisieran saber el porque de todo, pero nunca van a saberlo. Por favor, cuentemelo.

Saul Lesnick hablo. Le llevo dos horas, con muchas y largas pausas para respirar y conservar la energia. A veces miraba a Buzz, a veces contemplaba el mar. Tartamudeaba en los episodios mas conflictivos, pero nunca se interrumpia.

1942.

Cortes de luz en Los Angeles por temor a los bombardeos, diez de la noche, toque de queda. Coleman tenia diecinueve anos, y vivia en Bunker Hill con su loca madre Delores y dos hermanastras. Usaba el apellido «Masskie» porque la mama criadora de esclavos necesitaba el nombre del padre para conseguir pagos del Servicio Social para el hijo y porque las siete letras concordaban con los enunciados numerologicos de la Hermana Aimee. Coleman dejo la escuela de Belmont porque no le permitieron tocar en la orquesta de la escuela; quedo abatido cuando el profesor de musica le dijo que los estupidos resuellos que lanzaba con el saxo eran solo un ruido que no revelaba ningun talento, solo buenos pulmones.

Coleman trato de enrolarse en el ejercito dos meses despues de Pearl Harbor. No aprobo el examen fisico por problemas en las rodillas y un colon espastico. Repartia panfletos del Templo Angelus, gano suficiente dinero para comprarse un nuevo saxo alto y paso horas practicando acordes e improvisaciones que le gustaban solo a el. Delores no lo dejaba tocar en casa, asi que llevo el saxo a las colinas de Griffith Park y ofrecio conciertos a las ardillas, los coyotes y los perros abandonados. A veces iba a la biblioteca y escuchaba discos con auriculares. Su pieza favorita era El blues del gloton, cantada por un viejo negro llamado Hudson Healy. El cantante masticaba las palabras, y apenas se le oia; Coleman invento su propia letra, obscenidades sobre glotones follando, y a veces cantaba sin aliento. Escucho tantas veces el disco que gasto los surcos al extremo de que apenas se podia oir, y empezo a cantar mas alto para compensarlo. Finalmente, la anciana que estaba a cargo de la sala de audiciones oyo la letra y lo puso de patitas en la calle. Durante meses el se masturbo imaginando a Coleman el Gloton violando a la anciana por detras.

Delores seguia pidiendole dinero para la Hermana Aimee, Coleman consiguio un empleo en el taller dental Joredco, y le pasaba un porcentaje. El trabajo consistia en arrancar dientes de cabezas de animales, y le encantaba. Observo como los mecanicos mas diestros hacian postizos con los dientes, transformando la argamasa y el plastico en dentaduras casi indestructibles. Robo unas mandibulas de lince y jugo con ellas mientras tocaba el saxo en las colinas. Fingio que era un lince y que Delores y sus hermanastras le tenian miedo.

Joredco despidio a Coleman cuando el dueno descubrio a una familia de mexicanos dispuestos a trabajar por un salario misero. Coleman lo sintio mucho y trato de conseguir empleo en otros talleres dentales, pero descubrio que Joredco era el unico que hacia postizos con dientes autenticos. Se acostumbro a pasear despues del anochecer, en plena oscuridad, cuando todos se encerraban con las luces apagadas temiendo que los japoneses descubrieran las luces y bombardearan Los Angeles como habian bombardeado Pearl Harbor.

Coleman componia musica mentalmente mientras paseaba; la curiosidad por lo que la gente hacia detras de las cortinas lo volvia loco. Habia una lista en la pared de una barberia local: buenos ciudadanos de Bunker Hill que realizaban tareas de defensa. La lista indicaba los turnos de trabajo. Coleman busco los nombres en la guia telefonica y obtuvo las direcciones; luego hizo llamadas -una falsa encuesta-para descubrir quien estaba casado y quien no. Soltero y turno de noche significaba una incursion de Coleman.

Hizo varias incursiones: entraba por ventanas sin pestillo, abria la compuerta del sotano, a veces forzaba la jamba de una puerta. Se llevaba chucherias y dinero para silenciar a Delores. Su mejor presa fue un lince embalsamado. Pero lo que mas le gustaba a Coleman era estar en las casas vacias. Le divertia fingir que era un animal al que le gustaba la musica. Le divertia estar en lugares oscuros y simular que veia en la oscuridad.

A principios de junio, Coleman viajaba en el tranvia de Hill Street y oyo que dos sujetos hablaban de un excentrico llamado Thomas Cormier y los hediondos animales que criaba detras de su casa de Carondelet. Un hombre recito los nombres: comadrejas, hurones, tejones, nutrias y glotones. Coleman se excito, llamo a Cormier con el pretexto de su falsa encuesta y supo que trabajaba de noche en el parque zoologico de Griffith. A la noche siguiente, provisto de una linterna, visito a los glotones y se enamoro de ellos.

Eran feroces. Eran crueles. No se dejaban intimidar por nadie. Trataron de romper las jaulas a dentelladas para atacarlo. Sus grunidos le recordaban las notas agudas del saxo.

Coleman se fue, no robo nada porque queria seguir visitando la casa. Leyo articulos sobre el gloton y se deleito con las anecdotas sobre su salvajismo. Puso trampas para ratas en Griffith Park y llevo sus presas muertas a los glotones. Llevaba hamsters y se los daba vivos a los glotones. Los alumbraba con la linterna y los miraba mientras engullian sus ofrendas. Eyaculaba sin tocarse mientras observaba la escena.

Delores le arruino el verano exigiendole mas dinero. A finales de julio leyo en el periodico un articulo sobre un soltero que trabajaba hasta medianoche en Lockheed y poseia una valiosa coleccion de monedas. Decidio robarla, venderla y enviar el dinero a Delores para que lo dejara en paz.

En la noche del 2 de agosto, Coleman lo intento. El propietario y dos amigos lo sorprendieron dentro de la casa. Se lanzo hacia los ojos del dueno como buen gloton. No lo consiguio, pero logro escabullirse. Corrio seis manzanas hasta su casa, encontro a Delores y un desconocido haciendo el sesenta y nueve en el sofa con las luces encendidas, sintio asco y volvio a salir presa del panico. Trato de correr hacia la casa de los glotones, pero el dueno de las monedas y sus amigos lo habian seguido en un coche. Lo llevaron a Sleepy Lagoon y le dieron una paliza; el dueno de las monedas queria castrarlo, pero sus amigos lo contuvieron. Lo dejaron alli, magullado y ensangrentado, componiendo musica mentalmente.

Coleman subio tambaleante a una loma herbosa y vio -o creyo ver- a un blanco grandote que machacaba a punetazos a un joven mexicano, rasgandole la ropa con una estaca con hojas de afeitar en la punta. El hombre gritaba con un fuerte acento: «?Bazofia mexicana! ?Te ensenare a meterte con limpias muchachas blancas!» Atropello al chico con un coche y se fue.

Coleman examino al mexicano y lo encontro muerto. Volvio a su casa, mintio a Delores en cuanto sus heridas y paso un tiempo recuperandose. Diecisiete muchachos mexicanos fueron acusados por la muerte de Sleepy

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