Y en la calma de la noche, escuchaba un disco, y Satchmo la llevaba a pasear por las lineas de algunas partituras. Otras noches, otras fotografias la conducian a la fiebre de los clubs de jazz; bailaba al ritmo de los endiablados ragtimes, y se escondia cuando la policia llevaba a cabo redadas.

Inclinada durante horas sobre una foto tomada por William Claxton, habia dado con la historia de un musico tan bello y apasionado que se habia enamorado de el. Al notar algo de celos en la voz de Mathias, anadio que Chet Baker habia muerto al caer desde un segundo piso de su habitacion de hotel en Amsterdam, en 1988, a la edad de cincuenta y nueve anos.

Yvonne carraspeo en el mostrador; el restaurante iba a cerrar ya. El salon estaba vacio. Mathias pago la cuenta, y los dos se volvieron a encontrar en Bute Street. Tras ellos, acababan de echar la persiana. El propuso ir a pasear por la orilla del rio, pero era tarde y ella tenia que irse. Por la manana la esperaba una montana de trabajo. Los dos se dieron cuenta de que durante la velada no habian hablado ni de su vida, ni de su pasado, ni tampoco de su oficio, pero habian compartido sus suenos e ilusiones; despues de todo, habia sido una bella conversacion para ser la primera. Intercambiaron sus numeros de telefono. Cuando la acompano hasta South Kensington, Mathias se dedico a alabar el oficio de profesor y afirmo que dedicar la vida a los ninos era signo de una increible generosidad, y, en cuanto a la reunion de padres, ya veria como se las arreglaba. Solo tendria que ir inventandoselo sobre la marcha conforme Antoine le preguntara. Audrey no entendia ni una palabra de lo que estaba diciendo, pero era un momento tierno, y ella se limito a asentir. El le tendio torpemente una mano, y ella lo beso en la boca; un taxi la llevaba ya hacia el barrio de Brick Lane. Con la conciencia tranquila, Mathias subio por Oid Brompton.

Cuando entro en Clareville Grove, habria jurado que los arboles que se inclinaban bajo el viento lo saludaban. A pesar de parecer tonto, fragil y feliz a la vez, les devolvio la senal con la cabeza. Subio los peldanos de su escalera sin hacer el menor ruido, hizo girar lentamente la llave en la cerradura y, tras un leve crujido de la puerta, entro en el salon.

La pantalla del ordenador iluminaba la mesa donde estaba trabajando Antoine. Mathias se levanto la gabardina con mil precauciones. Con los zapatos en la mano, Mathias empezo a avanzar hacia la escalera cuando la voz de su companero lo sobresalto.

– ?Tienes idea de la hora que es?

Antoine le lanzo una mirada inquisitoria. Mathias dio media vuelta y avanzo hasta la mesa de trabajo. Cogio una botella de agua mineral que estaba alli, se la bebio de un trago y la volvio a dejar a la vez que se forzaba a bostezar.

– Bueno, me voy -dijo Mathias mientras estiraba los brazos-. Estoy muy cansado.

– ?Adonde vas exactamente? -pregunto Antoine.

– Pues a mi casa -respondio Mathias, senalandole el primer piso.

Volvio a coger su gabardina y se dirigio a la escalera, y, de nuevo, Antoine lo llamo.

– ?Como te ha ido?

– Bien, al menos eso creo -respondio el sin saber muy bien de que le estaban hablando.

– ?Has visto a la senora Morel?

Con expresion tensa, Mathias se cerro el cuello de la gabardina.

– ?Como lo sabes?

– Habras estado, por supuesto, en la reunion de padres de alumnos, ?si o no?

– ?Evidentemente! -dijo el con seguridad.

– Entonces, ?has visto a la senora Morel?

– ?Por supuesto que he visto a la senora Morel!

– ?Perfecto! Y ya que te lo preguntabas, lo se porque soy yo quien te pidio que fueras a verla -repuso Antoine con un tono voluntariamente falso.

– ?Eso es! Exactamente, ?tu me lo pediste! -exclamo Mathias, aliviado por percibir algo de luz al final de un tunel oscuro.

Antoine se levanto y empezo a andar de un lado a otro; las manos cruzadas en la espalda le daban un aire de profesor que no dejaba indiferente a su amigo.

– Asi, has visto a la profesora de mi hijo, eso esta bien. Ahora, concentremonos; intenta hacer otro pequeno esfuerzo… ?Me podrias hacer un pequeno resumen de la reunion de padres?

– Ah… ?Por eso me esperabas? -pregunto Mathias con pretendida inocencia.

Por la mirada que le acababa de lanzar Antoine, Mathias comprendio que su margen de improvisacion se reducia a cada secundo que pasaba. Antoine no guardaria la calma por mucho mas tiempo, asi que el ataque era la unica defensa posible.

– Yo he ido como un mandando, no me pidas demasiado.,!Que quieres que te cuente?

– Seria un buen comienzo empezar explicandome que te ha contado la maestra…, e incluso un buen final, teniendo en cuenta la hora que es.

– ?Todo va perfecto! Tu hijo es absolutamente perfecto en todos los aspectos. Su maestra incluso temio a principio de curso que fuera superdotado. Puede resultar halagador para los padres, pero muy dificil de sobrellevar; no obstante, puedes estar tranquilo, ya que Louis solo es un alumno excelente. Pues ya esta, ya te lo he dicho todo, sabes tanto como yo. Me he sentido tan orgulloso de el que incluso le he dejado creer que era su tio. ?Estas contento?

– ?Estoy en extasis! -dijo Antoine al tiempo que volvia a sentarse furioso.

– ?Eres increible! Te digo que tu hijo esta en la cumbre de su carrera escolar, y a ti te importa un bledo. No eres nada facil de satisfacer, viejo amigo.

Antoine abrio un cajon para sacar una hoja de papel, que empezo a agitar en el aire.

– ?Estoy loco de alegria! Dado que soy padre de un nino que no llega al minimo en historia y geografia, que tiene apenas un 11 en frances, y un 10 pelado en calculo, me siento verdaderamente sorprendido y alabado por el comentario de su maestra.

Antoine dejo el boletin de notas de Louis sobre la mesa y lo empujo hacia la direccion de Mathias, que, dubitativo, se acerco, lo leyo y lo volvio a dejar enseguida.

– Pues es un error administrativo, no entiendo como ha podido pasarseles -comento el con una mala fe que frisaba en la indecencia-. Bueno, me voy a acostar, te veo tenso y no me gusta cuando te pones asi. ?Que duermas bien!

Entonces, Mathias volvio a dirigirse con paso decidido a la escalera. Antoine volvio a llamarlo por tercera vez. Alzo la mirada al techo y se volvio de mala gana.

– ?Y ahora que?

– ?Como se llama ella?

– ?Quien?

– Eso me lo tienes que decir tu… La que te ha hecho faltar a la reunion de padres de alumnos, por ejemplo. ?Es guapa al menos?

– ?Mucho! -acabo por admitir Mathias, avergonzado.

– ?Ya estamos! ?Como se llama? -insistio Antoine.

– Audrey.

– Es bonito… ?Audrey que mas?

– Morel -susurro Mathias con una voz apenas audible.

Antoine aguzo el oido con una pequena esperanza de no haber oido bien el nombre que Mathias acababa de pronunciar. La preocupacion se leia ya en sus rasgos.

– ?Morel? ?Algo asi como senora Morel?

– Si, algo asi-dijo Mathias, terriblemente avergonzado esta vez.

Antoine se levanto y miro a su amigo, acogiendo con sarcasmo la noticia.

– Veo que cuando te pedi que fueras a la reunion, te lo tomaste muy a pecho.

– Bueno, ya sabia yo, no deberia haberte dicho nada -dijo Mathias mientras se alejaba.

– ?Perdon? -grito Antoine-. ?Has dicho algo? Aclarame una duda, ?en la lista de tonterias posibles, crees que todavia podrias encontrar alguna que no hayas hecho, o ya las has agotado?

– Oye, Antoine, no exageremos, ?he vuelto solo, e incluso antes de medianoche!

– Ah, ?encima te jactas de no haber traido a la maestra de mi hijo a casa? ?Formidable! Gracias, asi no la

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