– El fuego. El cuerpo que encontraron en el hotel era el suyo.

Sarah cerro los ojos.

– No comprendo. No comprendo nada -sollozo.

– La CIA te tendio una trampa. Querian que Magus fuera a por ti y saliera a la luz. Pero luego los despistamos. Hasta Berlin.

– ?Y ahora?

– Se acabo. Han cancelado la operacion. Podemos irnos a casa.

?Casa! La palabra tenia un sonido magico, como un lugar de cuento de hadas en cuya existencia ya no creia. Y Nick tambien tenia algo de magico. Pero sus brazos eran reales. Siempre habian sido reales.

– Vamonos a casa, Sarah -susurro el-. Manana por la manana salimos de aqui.

– No puedo creer que haya terminado -musito ella.

Se besaron con ternura y salieron al pasillo tomados del brazo. Al llegar a la parte superior de la escalera se veia el vestibulo. Nick se detuvo.

Al principio, ella no supo por que. Solo veia su mirada sobresaltada. Despues, siguio la direccion de sus ojos.

Bajo ellos, al pie de las escaleras, un charco de sangre manchaba una alfombra azul persa. Sobre el yacia Corrie.

Catorce

Una sombra cayo sobre la pared del vestibulo. Alguien andaba por la sala, fuera de su campo de vision. La sombra se acercaba a las escaleras. Nick y Sarah no podian salir a la calle sin cruzar el vestibulo y el campo de vision del asesino. No les quedaba mas remedio que seguir por el pasillo de arriba.

Nick la tomo de la mano y tiro de ella hacia una escalera mas alejada. De la sala de estar llego un grito de mujer, ruido de pasos que corrian y dos golpes secos, de balas amordazadas por un silenciador. El pasillo parecia no acabarse nunca.

Subieron corriendo la escalera estrecha. Habian llegado al atico. Nick cerro la puerta con suavidad, pero no habia cerradura. No encendieron la luz. Por la ventana entraba algo de claridad. En las sombras, a sus pies, habia formas vagas: cajas, muebles viejos, un perchero. Nick se agacho detras de un baul y tomo a Sarah en sus brazos. Ella apreto el rostro contra su pecho y oyo el latido de su corazon.

De abajo llego un crujido a madera rota. Alguien abria las puertas a patadas y se abria paso metodicamente en direccion a su escalera.

Nick la empujo contra el suelo.

– No te muevas -dijo.

– ?Adonde vas?

– Cuando llegue el momento, corre.

– Pero… -el hombre se habia alejado ya en la oscuridad.

Los pasos subian por la escalera del atico.

Sarah permanecio inmovil. Los pasos se acercaban mas y mas. Busco en la oscuridad algo que la ayudara a defenderse, pero no vio nada.

Se abrio la puerta, que choco contra la pared. Entro luz de la escalera.

En ese mismo instante oyo el sonido de un puno chocando con un cuerpo, seguido de un golpe sordo. Se levanto y vio a Nick peleando con el asesino, un hombre al que no habia visto nunca. Rodaron por el suelo. Nick lanzo un segundo punetazo, pero el golpe apenas rozo la mejilla del otro. El asesino consiguio soltarse y le dio un punetazo en el estomago. Nick gruno y rodo fuera de su alcance. El asesino se lanzo hacia una pistola que habia en el suelo a pocos metros.

Nick, atontado por el golpe, no pudo reaccionar con rapidez. Los dedos del asesino se cerraron en torno a la pistola. Nick, desesperado, se lanzo sobre su muneca, pero solo lo alcanzo en el antebrazo. El canon giro hacia su rostro.

Sarah no tuvo tiempo de pensar. Salto desde el baul. Su pie formo un arco en el aire y golpeo la mano del asesino. La pistola salio volando y cayo detras de un monton de cajas. El asesino, que no habia recuperado el equilibrio, no pudo esquivar el golpe siguiente.

El puno de Nick lo alcanzo en la mandibula. Cayo hacia atras y se golpeo la cabeza en un baul. Cayo al suelo inconsciente.

Nick se puso en pie.

– ?Vamos! -dijo.

Sarah bajo delante al segundo piso. Cuando corria hacia la otra escalera recordo el cuerpo de Corrie en el suelo. La ponia enferma pensar que tenia que pisar sangre, pero no quedaba mas remedio si queria llegar a la puerta.

Bajo las escaleras obligandose por no pensar. Solo serian unos pasos y despues estaria fuera. A salvo.

No vio al hombre del vestibulo hasta que fue demasiado tarde. Capto un movimiento y una garra aferro su brazo. Vio una mano enguantada y el brillo de un revolver. El arma no apuntaba a ella, sino a la parte superior de la escalera, donde estaba Nick.

El arma se disparo.

Nick cayo hacia atras, como si hubiera recibido un golpe en el pecho. Su camisa se lleno de sangre. Sarah grito su nombre una y otra vez mientras la arrastraban hacia la puerta. El aire frio le golpeo el rostro. Luego, la arrojaron en el asiento trasero de un coche. Se cerro la puerta. Levanto la vista; un revolver apuntaba a su cabeza.

Solo entonces vio el rostro de Kronen, el pelo rubio palido, la sonrisa de cera. La habia esperado en estaciones de trenes y en ciudades distintas. Era el rostro de sus pesadillas.

Era un rostro del infierno.

Van Dam seguia al lado del telefono cuando llamo Tarasoff para comunicarle el desastre doble. O'Hara estaba en Urgencias. Y no habian encontrado a Sarah Fontaine.

Cuando colgo el telefono, empezo a andar por la estancia. Estaba nervioso. Le preocupaba el nuevo vinculo con la compania F. Berkman. La transferencia de fondos a un asesino a sueldo habia sido un descuido increible. Ahora Potter oleria sangre y querria investigar. Tenia que alejarlo del rastro. Su futuro dependia de ello. Si capturaban al viejo, se mostraria pragmatico e intentaria comprar su libertad con informacion. Y su nombre seria de los primeros en salir.

Decidio hacer la maleta por si acaso. Considero sus opciones. Cerrar la puerta. Bajar las escaleras. Parar un taxi. Iria directamente a la embajada rusa. No le gustaba la idea, pero los rusos tenian fama de tratar bien a los desertores. Seria mejor que la carcel.

Una llamada a la puerta lo sobresalto.

– ?Si?

– Traigo un informe. ?Puedo entrar, senor?

Van Dam se acerco a la puerta con recelo.

– Mire, Tarasoff acaba de llamar. Si no hay nada nuevo…

– Lo hay, senor.

Van Dam abrio una rendija. Una patada desde el otro lado lanzo la puerta contra su cara y el dolor lo hizo retroceder. Trato de despejarse la cabeza.

En el umbral habia un hombre vestido de negro, un hombre que deberia estar muerto.

– Esto es por Eve -dijo el recien llegado.

Apreto el gatillo tres veces. Tres balas explotaron en el pecho de Van Dam.

El impacto lo lanzo al suelo. Tuvo una ultima imagen de luz que se fue apagando poco a poco, como un atardecer que diera paso a la noche.

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