— Dentro de nuestras posibilidades, no queda mas que extraer por una galeria las cajas de caudales de la segunda cueva — dijo tristemente Veda.

— ?Vale la pena afligirse tanto por eso?

— Perdone, Mven, pero usted ha estado tambien ante una puerta tras la que se ocultaba un misterio. La de usted era grande, universal, mientras que la mia es pequena.

Mas, desde el punto de vista emotivo, mi fracaso es igual al suyo.

— Los dos somos companeros de infortunio. Puedo asegurarle que mas de una vez hemos de tropezar aun con puertas de acero. Cuanto mas audaz y fuerte sea el afan, con mas frecuencia las encontraremos.

—.?Alguna de ellas se abrira!

— ?Cierto!

— Pero ?usted no ha renunciado definitivamente?

— Claro que no. Recogeremos nuevos hechos, indicadores de giros mas precisos. La fuerza del Cosmos es tan enorme, que era una ingenuidad por nuestra parte lanzarse contra ella con un simple chuzo… Lo mismo que si usted intentase abrir con las manos esa peligrosa puerta.

— ?Y si tiene que esperar toda la vida?

— ?Que significa mi vida personal en comparacion con tales pasos hacia el saber?

— Mven, ?donde esta su vehemente impaciencia?

— No ha desaparecido, pero esta refrenada. Por el sufrimiento…

— ?Y Ren Boz?

— Va mejor. Sigue las busquedas para precisar su abstraccion.

— Se comprende. Espere un momento, Mven. ?Es algo importante!

Apagose la pantalla llevandose a Veda en sus sombras. Cuando se encendio de nuevo, a Mven Mas le parecio que ante el se encontraba otra mujer, juvenil y despreocupada.

— Dar Veter desciende a la Tierra. El sputnik 57 ha quedado terminado antes del plazo previsto.

— ?Tan pronto? ?Han hecho ya todo?

— No, solo el montaje exterior y la instalacion de las maquinas energeticas. Los trabajos interiores son mas faciles. Le llaman para que descanse y analice luego el informe de Yuni Ant sobre una nueva forma de comunicacion por el Circuito.

— ?Gracias por la noticia, Veda! Sera para mi una gran alegria volver a ver a Dar Veter.

— Lo vera sin falta… Pero no le he dicho aun todo. Merced a los esfuerzos del planeta entero, ya estan preparadas las reservas de anameson para la nueva astronave Cisne.

Usted…

— Ire. El planeta mostrara a la tripulacion, como despedida, lo mas hermoso y preciado de la Tierra. Como ellos tambien hubieran deseado ver la danza de Chara en la Fiesta de las Copas Flamigeras, ella misma ira a bailarla al cosmopuerto central de El Homra. ?Alli nos encontraremos!

— ?De acuerdo, querido Mven Mas!

Capitulo XV. LA NEBULOSA DE ANDROMEDA

En el Africa del Norte, al Sur del golfo de la Gran Sirte, se extendia la inmensa llanura de El Homra. Antes de la debilitacion de los ciclos alisios y del cambio de clima, se encontraba alli una hammada, desierto sin hierba alguna, todo cubierto de pulidos guijarros y angulosas piedras de un matiz rojizo, origen del nombre del lugar: «Hammada la Roja.» En los dias de sol, era un mar de cegadores destellos de fuego, y en las noches de otono e invierno, un oceano de frios vientos. Ahora solo quedaba de la hammada el viento; corria impetuoso por la firme planicie levantando olas en la alta hierba, de un color de plata con reflejos azules, trasplantada de la estepa de Africa del Sur. El ulular del viento y la hierba que se inclinaba, abatida por el, despertaban un sentimiento nostalgico y de afinidad del alma con la naturaleza esteparia, como si todo aquello se hubiera visto ya en la vida mas de una vez y en diversas circunstancias: de dolor y de alegria, de perdida y de hallazgo…

Cada partida y cada aterrizaje de una astronave dejaban en la llanura un calcinado circulo envenenado de cerca de un kilometro de diametro. Aquellos circulos se rodeaban de una cerca metalica, roja, y permanecian aislados durante diez anos, plazo dos veces mayor que el de la disgregacion de los gases de escape de los motores. Despues de cada aterrizaje o despegue, el cosmopuerto era trasladado a otro lugar. Ello daba a las instalaciones y locales un caracter provisional y asemejaba el personal del mismo a los antiguos nomadas del Sahara que, hacia varios milenios, vagaban por alli montados en unos animales gibosos, de alzado cuello curvo y callosas patas, denominados camellos.

La planetonave Barion, que hacia su decimotercero raid de las obras del sputnik a la Tierra, trajo a Dar Veter a la estepa de Arizona, que continuaba desierta incluso despues del cambio de clima, debido a la radiactividad acumulada en su terreno. En la Era del Mundo Desunido, en los albores del descubrimiento de la energia nuclear, habianse efectuado alli multitud de experiencias y pruebas de nuevos tipos de maquinaria. Hasta el presente se conservaba el efecto nocivo de los productos de desintegracion radiactiva, demasiado debil para causar dano al hombre, pero lo suficientemente fuerte para detener el crecimiento de los arboles y arbustos.

A Dar Veter le deleitaba no solo el magnifico encanto de la Tierra — el cielo azul, con las galas nupciales de unas leves nubes blancas —, sino el polvoriento suelo, erizado de escasa hierba.

?Caminar con paso firme por la Tierra, bajo un sol de oro, ofreciendo el rostro al aire fresco y seco! Solamente despues de permanecer una temporada al borde de los abismos cosmicos, se podia apreciar toda la belleza de nuestro planeta, denominado en tiempos «Valle de lagrimas» por insensatos antepasados.

Grom Orm y Dar Veter llegaron a El Homra el dia de la partida de la expedicion.

Desde la altura, Dar Veter habia advertido dos enormes espejos en la planicie, de un color gris mate, como de acero. El de la derecha, casi circular; el de la izquierda, en forma de oblonga elipse, afilada atras. Aquellos espejos eran las huellas recientes de los despegues de los navios de la 38a expedicion astral.

El circulo lo habia dejado el Tintazhel al partir hacia la terrible estrella T, cargado de enormes aparatos para asaltar con exito el espirodisco venido de las profundidades del Cosmos. La elipse procedia de la Aella, que se habia elevado siguiendo una trayectoria menos oblicua y llevando a bordo un nutrido grupo de cientificos para averiguar los cambios de la materia en la enana blanca de la estrella triple Omicron 2 de Eridano. La ceniza del pedregoso terreno, en el lugar batido por la energia de los motores, que habia penetrado a una profundidad de metro y medio, estaba impregnada de una sustancia ligante que le impedia esparcirse con el viento. No quedaba mas que traer las cercas de los antiguos campos de despegue. Ello se haria en cuanto partiese el Cisne.

Pues bien, ya estaba alli el Cisne, del color del hierro fundido, con su coraza termica que arderia al penetrar en la atmosfera. Luego seguiria volando protegido por su refulgente revestimiento, que rechazaba todas las radiaciones. Pero nadie le veria en su esplendor, excepto los robots-observadores que seguirian su avance. Aquellos automatas darian tan solo a los hombres las fotografias de un punto luminoso. La astronave volveria a la Tierra cubierta de una costra de oxido y surcada y abollada por las explosiones de pequenas particulas de meteoritos. Pero ninguno de los presentes veria mas al Cisne, porque todos ellos moririan antes de los ciento setenta y dos anos que duraria el viaje:

ciento sesenta, y ocho anos independientes de vuelo y cuatro de exploracion en los planetas. Mas para los viajeros, serian solamente cerca de ochenta anos.

Debido al caracter de su trabajo, Dar Veter no viviria siquiera hasta la llegada del Cisne a los planetas de la estrella verde. Como en los pasados dias de dudas, admiraba la audacia de la idea de Ren Boz y Mven Mas. Aunque su experiencia no se lograse, aunque aquel problema que afectaba a los fundamentos mismos del Cosmos estuviese aun lejos de ser solucionado y fuese una loca fantasia, aquellos insensatos eran unos colosos del pensamiento creador de la humanidad, pues incluso refutando su teoria y su experimento, los hombres darian un salto de gigante hacia las cimas del saber.

Sumido en sus pensamientos, Dar Veter estuvo a punto de tropezar contra la senal de la zona de seguridad, apartose de alli y, al pie de la torreta automovil de la T, diviso la conocida figura del dinamico Ren Boz. Erizados los rebeldes cabellos rojizos y entornando los agudos ojos, fue presuroso hacia el. Una fina red de cicatrices,

Вы читаете La Nebulosa de Andromeda
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату