Cuando en la noche te envuelvenlas alas de tul del suenoy tus tendidas pestanassemejan arcos de ebano,por escuchar los latidosde tu corazon inquietoy reclinar tu dormidacabeza sobre mi pecho,diera, alma mia,cuanto poseo,?la luz, el airey el pensamiento!Cuando se clavan tus ojosen un invisible objetoy tus labios iluminade una sonrisa el reflejo,por leer sobre tu frenteel callado pensamientoque pasa como la nubedel mar sobre el ancho espejo,diera, alma mia,cuanto deseo,?la fama, el oro,la gloria, el genio!Cuando enmudece tu lenguay se apresura tu aliento,y tus mejillas se enciendeny entornas tus ojos negros,por ver entre sus pestanasbrillar con humedo fuegola ardiente chispa que brotadel volcan de los deseos,diera, alma mia,por cuanto espero,la fe, el espiritu,la tierra, el cielo.
XXVI
Voy contra mi interes al confesarlo,no obstante, amada mia,pienso cual tu que una oda solo es buenade un billete del Banco al dorso escrita.No faltara algun necio que al oirlose haga cruces y diga:Mujer al fin del siglo diez y nuevematerial y prosaica… ?Boberias!?Voces que hacen correr cuatro poetasque en invierno se embozan con la lira!?Ladridos de los perros a la luna!Tu sabes y yo se que en esta vida,con genio es muy contado el que la escribe,y con oro cualquiera hace poesia.
XXVII
Despierta, tiemblo al mirarte,dormida, me atrevo a verte;por eso, alma de mi alma,yo velo mientras tu duermes.Despierta ries y al reir tus labiosinquietos me parecenrelampagos de grana que serpeansobre un cielo de nieve.Dormida, los extremos de tu bocapliega sonrisa leve,suave como el rastro luminosoque deja un sol que muere.?Duerme!Despierta miras y al mirar, tus ojoshumedos resplandecen,como la onda azul en cuya crestachispeando el sol hiere.Al traves de tus parpados, dormida,tranquilo fulgor vierten,cual derrama de luz templado rayolampara trasparente.?Duerme!Despierta hablas y al hablar, vibrantestus palabras parecenlluvia de perlas que en dorada copase derrama a torrentes.Dormida en el murmullo de tu aliento