AGNUS DEI
La pantalla para la edicion de hoy esta llena con noticias del Arca Central. Otros cuatrocientos de nosotros, la mayor parte procedentes de las arcas eurasiaticas, han sido revividos del sueno profundo y preparados para su llegada a Nueva Marte por los Mamis. (?Recuerda alguien quien fue el primero en llamar a los robots Mamis? Fue Reuben Bordes, entonces con diecinueve anos, revivido hace ocho anos y ahora en la Mision de Reconocimiento de Nueva Venus.) Nuestra poblacion ha batido hoy la marca de 12.250; los Mamis dicen que lo estamos haciendo muy bien, y les creo.
Nueva Marte celebra hoy su primer ano de autonomia. Los Mamis ya no ejercen lo que mi esposo ha llamado la autoridad de los cuidadores del zoo. Ya empezamos a reunirnos en facciones y a discutir; pero esas son senales de un planetismo renacido que llega de nuevo a la madurez. ?Debe alegrarnos eso? No a los politicos, que se preparan para la llegada de nuevos marxistas.
Pero lo que realmente celebramos, por supuesto, es el cuatrocientos aniversario del Impacto de Hielo que inicio Nueva Marte. Este mundo se ha convertido ya en un hogar para la mayor parte de la raza humana. Me siento mas unida ahora a Nueva Marte que a la Tierra, por blasfemo que eso pueda parecer; creo que en nuestros corazones debemos reconocer que los diez anos transcurridos desde que la mayoria de nosotros salimos de nuestro sueno han amortiguado el dolor de la muerte de la Tierra. No lo han eliminado, solo lo han disminuido un poco…
No podemos olvidar.
Dentro de cuatro dias muchos de nosotros celebraremos la Navidad. En la Tierra, esa era una epoca de esperanza, de promesa de resurreccion. Incluso los ateos entre nosotros captan el poder de esta estacion y esta fiesta en particular, especialmente ahora, puesto que, como Cristo, llevamos el peso de miles de millones de almas sobre nuestros hombros; y mas aun, cargamos con la responsabilidad de la biosfera de todo un planeta. Somos como ninos convertidos prematuramente en padres, y el peso es a menudo demasiado pesado para soportarlo.
De todos modos, el indice de suicidios en Nueva Marte ha descendido espectacularmente en los ultimos tres anos. Estamos descubriendo de nuevo nuestros pies; nos sentimos desesperadamente debiles, pero estamos decididos. No pereceremos.
No olvidaremos nuestros deberes, como tampoco los olvidaran aquellos que partieron en las Naves de la Ley en busca del hogar de los devoradores de planetas. Mi hijo esta ahi fuera con ellos; ?que debe celebrar el, en su equivalente del 21 de diciembre?
Para aquellos de vosotros que han soportado este a menudo indisciplinado y errante pequeno periodico, en este dia de celebracion, mi esposo y yo extendemos a todos vosotros nuestro mas profundo agradecimiento. Esperamos que nuestra filosofia —la de que Nueva Marte y Nueva Venus son y seran nuestros autenticos hogares— os haya proporcionado algun consuelo.
Toda la Tierra se ha visto reducida a una pequena ciudad. Fueran cuales fuesen nuestras diferencias, estamos todos extraordinariamente unidos. Os queremos a todos, y damos la bienvenida a nuestros recien despertados hermanos y hermanas eurasiaticos.
Arthur se enfundo su termotraje y se sujeto un pequeno tanque de oxigeno al cinto. Incluso el ano pasado, el aire se habia vuelto mas intenso, y no solo en el valle Mariner, sino tambien en las llanuras de musgo verde y liquenes de las tierras altas. Sin embargo, era mejor asegurarse; si necesitaba esforzarse, el tanque de oxigeno podia salvarle la vida.
En la pequena esclusa individual de aire, pudo oir el distante y apagado sonido de la celebracion en el salon principal de Geopolis. Ya habia tenido suficiente compania para la velada; ahora necesitaba soledad, tiempo para pensar y reconsiderar.
La compuerta se abrio y salio a una extension de crujiente y ubicuo liquen. El aire del valle al anochecer era frio e inmovil, y las estrellas brillaban fijas como cristal.
El cielo resplandecia con un encantador malva suave, virando al verde hacia el cenit. Al sudeste, las altas paredes del valle captaban los ultimos rayos del sol del dia, una delgada e irregular franja horizontal de un naranja intenso.
Nueva Marte se habia recuperado de su colision con el fragmento helado de Europa en los 390 anos que ellos habian permanecido en sueno frio, dejando caer su manto de nubes despues de dos siglos de casi constante lluvia. Las inundaciones habian lavado el terreno rojo y ocre, y el incremento de temperatura habia liberado el helado anhidrido carbonico de los polos, espesando la atmosfera. En aquel momento, hacia un siglo, Nueva Marte habia sido ideal para las plantas primitivas. Arriba y abajo del valle, el polvo y las rocas se habian visto alfombrados por liquenes y musgos, y los nuevos y pequenos mares habian sido sembrados con fitoplancton.
El oxigeno regreso pronto en cantidad a Nueva Marte.
Mas al norte, los impactados restos de Fobos y Deimos, ricos en materiales organicos, sostenian las granjas de las tierras altas con sus nuevas variedades de trigo, y los primeros experimentos con bosques de tipo terrestre, especialmente coniferas. Dentro de unas pocas decadas, Nueva Marte dispondria de territorios virtualmente indistinguibles de la Tierra. Nueva Marte —se habia adoptado para el nuevo planeta el genero femenino de la Madre Tierra— prometia ser un mundo de amplias praderas verdes, altos bosques semiaridos, y profundos, casi tropicales valles llenos de oxigeno.
Ocho mil personas se habian aposentado ya alli, dos tercios de la raza humana. El tercio restante seguia viviendo en el Arca Central, algunos aprendiendo la teoria de la direccion planetaria, algunos —unos pocos seleccionados— aguardando su posibilidad de conducir mas astronaves para hacer cumplir el juicio de la Ley.
Con provisiones virtualmente ilimitadas de energia, sin armas, y con recursos suficientes para cien veces su numero, su vida en Nueva Marte prometia ser idilica. Como siempre, solo su propia obstinacion podia cambiar aquello.
Camino entre los invernaderos de lechosas paredes de cristal y subio una baja colina hasta un lugar desde donde podia contemplar la hendidura Feinman. Alla abajo, los ganaderos cuidaban de los primeros animales nacidos del almacenamiento genetico. El clima era mas calido alla abajo, y llovia mucho mas a menudo, y algunos se quejaban de que en una sociedad autenticamente libre, ese era un territorio digno de ser ocupado, pero la zona estaba estrictamente reservada para el ganado de cria. Cederlo ahora a los mas bajos instintos de la comunidad podia poner de nuevo a los Mamis sobre sus hombros; ya habia ocurrido una vez antes, en el Arca Central, cuando la autoridad politica humana se habia descompuesto en la anarquia. Arthur no deseaba verlo ocurrir de nuevo.
Nadie sabia quienes habian enviado a aquellos rigidos y dedicados robots guardianes. Lo mas posible era que nunca llegaran a saberlo. Arthur sospechaba que incluso los benefactores tenian que mostrarse cautelosos ante sus protegidos; era mejor, por el momento, permanecer simplemente ocultos y tranquilos.
Arthur se pellizco la mejilla y cerro su placa facial contra el frio. Luego miro hacia el este, por encima de la rosada neblina del crepusculo, y vio el punto plateado de Venus, aun envuelto en un manto de nubes.
Reuben Bordes estaba al mando de la primera mision exploradora y de diagnostico de Venus. Hacia veinte anos, las ahora humedas nubes venusianas se habian abierto brevemente, y habia caido una lluvia de una decada de duracion, lanzando a los acidos de la superficie del planeta a una batalla quimica con la roca fundida arrojada a los cielos por tres siglos de nuevo vulcanismo. Las nubes se habian cerrado de nuevo, y la expedicion de reconocimiento habia partido del Arca Central.
Arthur no envidiaba a Reuben su tarea. Venus era un caso dificil; podian pasar siglos antes de que los humanos pudieran vivir en numero significativo en su superficie.