Habian pasado diez anos desde aquella esperada primavera en Selonsville. De hecho, la ultima nieve no se habia fundido hasta la manana siguiente de «el milagro de Eri», como habia sido llamado el acontecimiento.

Asi como los medicos no habian sabido por que la nina habia entrado en coma, acogieron con igual sorpresa su regreso al mundo de los despiertos.

Desde entonces mucho habia llovido y nevado, pero ninguna primavera fue tan perfecta como la del 1956. El sol acariciaba suavemente las calles de Selonsville, donde habian abierto nuevos comercios y un esperanzado optimismo se habia apoderado de sus habitantes.

Se habia propagado la creencia de que todo saldria bien.

Michel habia abandonado hacia tiempo el orfanato. Vivia encima de la tienda del boticario, donde habia empezado a trabajar de aprendiz cinco anos atras. El farmaceutico se sorprendia de lo rapido que aprendia el mozo, aunque le contrariaba que muchos clientes se fueran sin comprar nada, reconfortados por alguna palabra o broma del joven dependiente.

«No se que les das», le recriminaba, «pero, su esto sigue asi, voy a tener que cerrar».

Aquel domingo, sin embargo, el aprendiz tenia el dia libre y paseaba de la mano de su prometida. Si el habia crecido como un joven elegante y esbelto, Eri habia desplegado una extraordinaria belleza que deslumbraba a su paso.

Michel repartia felicidad a todo aquel que se lo permitiera en Selonsville, pero guardaba en lo mas profundo una secreta pena. Poco despues del «milagro de Eri», Herminia habia desaparecido y no habia vuelto a saber de ella.

Por los anos que habian transcurridos, estaba convencido de que la fragil anciana habia muerto hacia tiempo… hasta que aquel domingo por la manana la vio sentada bajo el mismo soportal. Parecia como si nunca se hubiera movido de alli.

Eri leyo en la mirada emocionada de su novio de quien se trataba.

– ?Es…?

Pero el ya corria hacia Herminia, que dejo de tejer algo parecido a un chal para abrazar al apuesto joven. Tambien ella, aunque fuera diez anos mayor, tenia buen aspecto. Se la veia limpia y llevaba vestido y calzados nuevos.

Michel no entendia nada. Tras presentarle a su prometida, la propia anciana se encargo de resumir brevemente lo que habia sucedido durante aquellos diez anos.

– Un sobrino que creia muerto en la guerra me encontro y me llevo a vivir con el en una poblacion algo lejos de aqui. Ha hecho fortuna y, como es un soltero empedernido, tenemos mas que suficiente para vivir los dos.

– ?Y que haces aqui, entonces, como una mendiga? -pregunto Michel mientras la curiosa Eri no se perdia detalle de la conversacion.

– He venido por dos motivos -respondio con voz calmada-. Uno es nostalgia. Tras diez anos de comodidades me apetecia volver a un lugar donde fui feliz a pesar de todo. Pero hay un motivo mas importante aun… este chal de lana fina.

Los ojos de Eri y Michel se dirigieron a la tela azul, sobre la que la anciana habia tejido diez frases con hiladas blancas.

– Me ha dicho un pajarito que mi joven amigo ha encontrado novia y tiene ya planes de boda.

– Bueno -se sonrojo el-, algo asi hemos pensado, aunque no ganamos suficiente para tener casa propia.

– Eso llegara -repuso Herminia con certeza-. El regalo de bodas que os voy a hacer es mas importante que todas las riquezas que podais amasar con vuestro esfuerzo. ?Todavia guardas el corazon, chiquilla?

Antes de que Eri pudiera contestarle, la anciana prosiguio:

– En todo caso, lo que he estado tejiendo no es para vosotros sino para vuestros hijos. Cuando vengan al mundo, colgadlo en su habitacion para que encuentre siempre el camino del corazon. No hay que esperar a encontrarnos entre la vida y la muerte para entender lo esencial.

Herminia se incorporo lentamente y entrego a Eri, que le sacaba dos palmos, un chal en el que estaban tejidos los diez secretos del amor. Los mismos que, diez anos atras, habian servido para confeccionar un corazon lleno de estrellas.

La joven pareja se acerco a las hiladas para leer los secretos que ni ellos ni los suyos iban a olvidar jamas.

Los diez secretos del amor

1. Si no te enamoras de la vida, la vida no se enamorara de ti.

2. El amor es una conquista constante.

3. Los hijos con nuestros maestros en la vida.

4. Al elegir a los amigos, elegimos nuestra familia espiritual.

5. Los animales nos ensenan a ser humanos.

6. La naturaleza es nuestra primera casa.

7. El sabio se conoce por toso lo que ama.

8. Un corazon grande alberga a todos los demas.

9. No importa lo que eres, sino lo que llegaras a ser.

10. No solo hay que dar amor, tambien hay que expresarlo.

Mapa del amor

***
,

[1] «Muchisimas gracias», en japones.

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