exquisitos de una figura por lo demas lozana y gracil: como si Leonardo hubiese dejado colgado un trozo de spaguetti de los labios de la Mona Lisa.

3

LA TEMPERATURA rectal ordinaria de un colibri es de 104,6 grados.

La temperatura rectal normal de un abejorro se calcula en unos no,8, aunque hasta el momento nadie haya logrado tomar la temperatura rectal a un abejorro. Eso no significa que no vaya a hacerse o que no se pueda hacer. Las investigaciones cientificas no cesan: quizas en este momento los proctologos apiculares de Du Pont… En cuanto a la ostra, su temperatura rectal jamas se ha calculado siquiera, aunque debemos sospechar que el calor organico de los tejidos de este bivalvo sedentario esta muy por debajo de los 98,6, tanto como lo esta por encima el de la inquieta abeja. Sin embargo, si la ostra pudiese tener preferencia y gustos, preferiria sin duda que su equipamiento excremental estuviese caliente, pues ?que otra criatura de la Creacion puede transformar sus desechos corporales en un tesoro?

Hay aqui una metafora, aunque forzada. El autor pretende trazar, mas o menos, un paralelo entre como la ostra, cuando asediada por las impurezas o la enfermedad, abriga y cubre la materia ofensiva con sus secreciones, produciendo asi una perla, pretende trazar, digo, un paralelo entre el ingenio eliminatorio de la ostra y el como Sissy Hankshaw, adornada con pulgares que muchos podrian considerar morbidos, cubrio los ofensivos digitos de gloria, perpetuando asi una vision que al autor le resulta brillante y gracil.

El autor no eligio a Sissy Hankshaw solo por sus pulgares, sino, sobre todo, por el uso que hizo de ellos. Sissy proporciona a este libro sus opalinas perspectivas, igual que los mecanismos de relojeria (donde hay tic y tac suficiente para todos y cada uno) le suministran sus conexiones cosmicas. Igual que el Rosa de Goma ha generado su temperatura rectal, mas bien calida.

4

SISSY HANKSHAW llego al Rosa de Goma (y, a continuacion a las maquinas) como habia llegado siempre a todas partes: por solicitacion autoestopista. Llego en autoestop al Rosa de Goma porque el autoestop era su forma habitual de viajar. El autoestop era, en realidad, su forma de vida, una vocacion con la que habia nacido. Independientemente de la fortuna que sus otros ocho dedos encerraran, sus pulgares la llevaron a muchos tiempos y lugares maravillosos, y la llevaron por ultimo tambien a los clockworks.

De todos modos, aunque no hubiese estado familiarizada con el pulgar no podria haber llegado al Rosa de Goma sin que alguien la llevase, pues carecia de medio de transporte propio y ningun tren, autobus ni avion pasan cerca del rancho, y no digamos ya de las maquinas del tiempo.

Una mujer llego en autoestop a una remota region de los Dakotas. Llego rodando como cesto de melocotones que se hubiese tragado una serpiente saltadora. Sin problema. Ella hacia que pareciese facil. Tenia caracter suficiente, no digamos pulgares.

Aquella mujer no venia para quedarse. No se proponia dejar mas huella en las colinas de Dakota que una chinche acuatica en un martini doble. Viajo sin esfuerzo, haciendo girar sus pulgares como hulahups del Cielo. Se proponia marchar del mismo modo.

Pero una cosa son los planes y otra el destino.

Cuando coinciden, se produce el exito. Sin embargo, no debe considerarse exito lo absoluto. Es dudoso, en realidad, que el exito sea una solucion adecuada para la vida. El exito puede eliminar tantas opciones como el fracaso. Hasta cierto punto… Asi como habia vaqueras politicamente concienciadas que ponian objecciones a la foto en brillo 3 X 10 de Dale Evans del retrete del Rosa de Goma, basandose en que la senorita Evans era una revisionista, una «llaga de silla» (asi decian ellas) en la larga galopada del progreso de las vaqueras, habia partes interesadas opuestas a que se identificase a Sissy Hankshaw con el Rosa de Goma, considerando que Sissy no era una autentica vaquera y que, pese a su amistad con Bonanza Jellybean etc., pese a su presencia durante la revuelta, solo habia participado de forma fugaz y periferica en los acontecimientos que tuvieron lugar en aquellos 160 acres de claro de luna y lapiz labial criminales. Su argumento no carece de peso. Nuestra comprension de las vidas ajenas esta determinada por lo que encontramos de memorable en ellas, y ellas, y esto a su vez lo determinan, no una vision general potencialmente exacta de la personalidad del projimo, sino mas bien la tension y el equilibrio que existan en nuestras relaciones diarias. Es evidente que el eje en que giraban los intereses cotidianos de Sissy era resultado de su condicion fisica, y asi mismo que cualquier impacto memorable o epifanico que esta mujer singular nos ha causado, se produjo en un contexto muy distinto del Rosa de Goma… o al menos, de como las propias vaqueras veian el Rosa de Goma. Sin embargo, no se puede negar que Sissy Hankshaw no visito una vez sino dos el rancho, y aquel lugar que, por alli producirse una medicion y una transvaloracion simultanea del tiempo, nos vemos obligados a denominar maquinarias de relojeria. Estuvo en estaciones distintas y en distintas circunstancias. Pero las dos veces llego en autoestop.

5

EL RECUERDO MAS ANTIGUO de Sissy era de un dia en que ella tendria tres o cuatro anos. Era una tarde de domingo y habia estado durmiendo la siesta bajo sabanas de tebeos en un sofa de pelo de caballo del salon. Creyendo que aun seguia dormida, pues no albergaban mala intencion, su papa y un tio que estaba de visita, la contemplaban, considerando sus jovenes pulgares.

– Bueno -dijo al cabo de un rato el tio-, tienes suerte de que no se los chupe.

– No podria -dijo el papa de Sissy exagerando-. Para eso tendria que tener la boca como una pecera.

El tio cabeceo, aprobatoriamente.

– Tal vez la pobrecita tenga problemas para conseguir marido. Pero ya que esta en el mundo, es una autentica bendicion que sea una nina. Nunca podria ser un buen mecanico.

– Ya. Ni tampoco neurocirujano -dijo el papa de Sissy-. Claro que podria ser una magnifica carnicera. Podria retirarse en dos anos solo con los recargos.

Riendo, salieron los dos hombres hacia la cocina a llenar otra vez los vasos.

– Otra cosa -oyo decir Sissy a su tio a lo lejos-. Esta jovencita seria una maravilla para el autoestop…

?Autoestop? La palabra sorprendio a Sissy. La palabra tintineo en su cabeza con un eco sobrenatural, congelada en misterio, haciendola estremecerse y agitar los tebeos, con lo cual no pudo oir el final de la frase de su tio:

– …si fuera varon, claro,

6

LO SORPRENDENTE de Sissy Hankshaw fue que al crecer no se convirtio en un desastre neurotico. Si se es muchachita de un suburbio de bajos ingresos en Richmond, Virginia, como lo era Sissy, los otros chicos se rien de tus manos, y tus propios hermanos te llaman por el mote del barrio («Pulgarcita») y tu propio papa a veces hace chistes diciendo que eres «todo pulgares», o te endureces o te derrumbas. No te limitas a recubrir con piel de rinoceronte tu linda epidermis, pues eso neutralizaria tanto el placer como el dolor, y no permites que tu ser apeste dentro de una cascara; lo que haces es envolverte en la dureza de los suenos.

Es tu unica preocupacion. Cuando los demas muchachos juegan, tu te vas sola a un bosque cercano. No hay coches en los bosques, claro, pero no importa. Los hay en tus suenos.

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