– Dijiste que si alguna vez necesitaba algo, podia acudir a ti -dije con apremio-. ?Lo decias en serio?
– Si, claro -respondio ella-. Dios mio, estas hecho un desastre. ?Que te ha pasado?
Me mire, y entonces vi en que estado me encontraba. Estaba cubierto de mugre, y toda la parte frontal de mi cuerpo estaba cubierta de polvo, de arrastrarme por el suelo. Tenia un desgarron en los pantalones, a la altura de la rodilla, y debajo debia de estar sangrando. Estaba tan emocionado que no me habia fijado, y no se me habia ocurrido cambiarme de ropa antes de ir a hablar con Fela.
Fela dio un paso hacia atras y abrio la puerta un poco mas, dejandome sitio para entrar. Al abrirse, la puerta produjo una leve rafaga de aire que apreto la sabana contra el cuerpo de la joven, acentuando por un instante el contorno de su desnudo cuerpo.
– ?Quieres pasar?
– No puedo entretenerme -dije sin pensar, reprimiendo el impulso de quedarme alli con la boca abierta-. Necesito que manana por la noche te encuentres con un amigo mio en el Archivo. Al sonar la quinta campanada, en la puerta de las cuatro placas. ?Podras hacerme este favor?
– Tengo clase -respondio Fela-. Pero si es importante, puedo saltarmela.
– Gracias -dije, y me marche.
Casi habia llegado a mi habitacion de Anker's cuando me di cuenta de que habia rechazado una invitacion de Fela, medio desnuda, a entrar en su habitacion, y eso dice mucho de la importancia de lo que habia encontrado en los tuneles que habia debajo de la Universidad.
Al dia siguiente, Fela se salto la clase de Geometria Avanzada y se dirigio al Archivo. Subio varios tramos de escalera y recorrio un laberinto de pasillos y estantes hasta encontrar el unico tramo de pared de piedra de todo el edificio que no estaba forrado de libros. Alli estaba la puerta de las cuatro placas, silenciosa e inmovil como una montana: valaritas.
Fela miro alrededor con nerviosismo, trasladando el peso del cuerpo de una pierna a otra.
Al cabo de un rato, una figura encapuchada surgio de la oscuridad y se acerco a la rojiza luz de la lampara de mano de Fela.
La joven sonrio con inquietud.
– Hola -dijo en voz baja-. Un amigo mio me ha pedido que… -Se interrumpio y ladeo un poco la cabeza, tratando de escudrinar la cara que habia bajo la sombra de la capucha.
Supongo que no os sorprendera saber a quien vio.
– ?Kvothe! -dijo con incredulidad, y miro alrededor, presa del panico-. Dios mio, ?que haces aqui?
– Entrar en el Archivo sin autorizacion -conteste con ligereza.
Fela me agarro y me llevo por un laberinto de pasillos hasta que llegamos a uno de los Rincones de Lectura que habia repartidos por todo el Archivo. Me hizo entrar de un empujon, cerro firmemente la puerta y se apoyo en ella.
– ?Como has entrado aqui? ?Lorren se va a poner hecho un basilisco! ?Quieres que nos expulsen a los dos?
– A ti no te expulsarian por esto -dije con desenvoltura-. Como mucho, pueden acusarte de connivencia. Y por eso no pueden expulsarte. Seguramente solo te multarian, porque a las mujeres no os azotan. -Movi un poco los hombros, y note el tiron de los puntos de la espalda-. Lo cual, si te interesa mi opinion, no me parece del todo justo.
– ?Como has entrado? -repitio Fela-. ?Te has colado por el mostrador sin que te vieran?
– Sera mejor que no lo sepas -dije, saliendome por la tangente.
Habia entrado por Trapo, por supuesto. Nada mas oler a cuero viejo y a polvo, supe que estaba cerca. Oculta en el laberinto de tuneles habia una puerta que conducia directamente al nivel inferior del Archivo. Estaba alli para que los secretarios tuvieran un facil acceso al sistema de ventilacion. La puerta estaba cerrada con llave, por supuesto, pero las puertas cerradas nunca han sido un gran obstaculo para mi. Lo siento.
Sin embargo, no le conte nada de eso a Fela. Sabia que mi ruta secreta solo funcionaria si seguia siendo secreta. Revelarsela a una secretaria, aunque fuera una secretaria que me debia un favor, no me parecia buena idea.
– Escucha -me apresure a decir-. Es totalmente seguro. Llevo horas aqui y ni siquiera se me ha acercado nadie. Todo el mundo lleva su propia luz, asi que es facil evitarlos.
– Es que me has sorprendido -dijo Fela recogiendose el oscuro cabello detras de los hombros-. Pero tienes razon, seguramente hay menos peligro ahi fuera. -Abrio la puerta y se asomo para asegurarse de que no habia nadie cerca-. Los secretarios realizan controles al azar de los Rincones de Lectura para asegurarse de que no haya nadie durmiendo o… practicando sexo.
– ?Que?
– Hay muchas cosas que no sabes sobre el Archivo. -Sonrio y abrio mas la puerta.
– Por eso necesito tu ayuda -dije mientras saliamos del Rincon de Lectura -. No me aclaro con este sitio.
– ?Que buscas? -pregunto Fela.
– Un millar de cosas -dije, y no mentia-. Pero podriamos empezar por la historia de los Amyr. O por cualquier ensayo serio sobre los Chandrian. Cualquier cosa sobre cualquiera de los dos, la verdad. No he encontrado nada.
No me moleste en tratar de disimular mi frustracion. Me exasperaba haber entrado por fin en el Archivo, despues de tanto tiempo, y no ser capaz de encontrar ninguna de las respuestas que andaba buscando.
– Creia que esto estaria mejor organizado -refunfune.
Fela se rio entre dientes.
– Y ?como lo harias tu, exactamente? Me refiero a como lo organizarias.
– Pues mira, llevo un par de horas pensandolo. Lo mejor seria ordenar los libros por temas. Ya sabes: historia, memorias, gramaticas…
Fela dejo de andar y exhalo un hondo suspiro.
– Sera mejor que aclaremos esto cuanto antes. -Cogio al azar un libro delgado de uno de los estantes-. ?De que tematica es este libro?
Lo abri y lo hojee un poco. Estaba escrito con caligrafia antigua de escribano, con trazos delgados e inseguros, dificil de descifrar.
– Parece una autobiografia.
– ?Que clase de autobiografia? ?Como la clasificarias en relacion a otras memorias?
Segui hojeandolo y vi un mapa meticulosamente dibujado.
– Parece mas bien un libro de viajes.
– Muy bien -repuso Fela-. ?Como lo clasificarias dentro del apartado de autobiografias y libros de viajes?
– Los organizaria geograficamente -dije; me estaba divirtiendo con aquel juego. Pase mas paginas-. Atur, Modeg, y… ?Vintas? -Frunci el ceno y mire el lomo del libro-. ?De que ano es esto? El imperio de Atur absorbio Vintas hace mas de trescientos anos.
– Mas de cuatrocientos anos -me corrigio Fela-. ?Donde pones un libro de viajes que se refiere a un sitio que ya no existe?
– En realidad entraria en el apartado de historia -dije mas despacio.
– ?Y si no es exacto? -insistio Fela-. ?Y si se basa en habladurias en lugar de la experiencia personal? ?Y si es pura ficcion? Los libros de viaje ficticios estaban muy de moda en Modeg hace doscientos anos.
Cerre el libro y lo puse en su sitio.
– Empiezo a entender el problema -dije, pensativo.
– No, no lo entiendes -me contradijo Fela-. Solo empiezas a atisbar los bordes del problema. -Senalo las estanterias que nos rodeaban-. Imaginate que manana te conviertes en maestro archivero. ?Cuanto tiempo tardarias en organizar todo esto?
Mire alrededor. Habia infinidad de estanterias que se extendian hasta perderse en la oscuridad.
– Seria el trabajo de toda una vida.
– La experiencia ha demostrado que se tarda mas de una vida -dijo Fela con aspereza-. Aqui hay mas de tres cuartos de millon de volumenes, y eso sin contar las tablillas de arcilla, los rollos de pergamino ni los fragmentos de Caluptena.
Hizo un gesto de desden y prosiguio: