– Creo que si… -respondio ella.

Al amparo de las sombras, avanzaron lentamente hasta la calle. Scott la rodeaba con un brazo para que se apoyase en el, y prosiguieron por la oscuridad. Ella lo guio hacia su coche. Ninguno de los dos miro hacia atras. Scott rogo que el incendio tardara en propagarse y pasaran varios minutos antes de que algun vecino reparase en las llamas.

– ?Estas bien? -susurro.

– Puedo conseguirlo -respondio ella, apoyandose contra el. El aire de la noche la habia despejado un poco y estaba controlando el dolor, aunque cada paso que daba le provocaba una punzada. Alternaba entre la confianza y la determinacion, y la desesperacion y la flaqueza. Sabia que no importaba como hubiera planeado Sally el resto del plan, no iba a suceder como estaba previsto. La sangre que sentia agolparse en la herida se lo decia.

– Vamos, un ultimo esfuerzo -la animo Scott.

– Solo somos una pareja que sale a dar un paseo nocturno -bromeo Hope a pesar del dolor-. A la izquierda en la esquina; el coche esta a media calle.

Cada paso parecia mas lento que el anterior. Scott no sabia que haria si se acercaba un coche, o si alguien salia y los veia. A lo lejos oyo perros ladrando. Mientras rodeaban tambaleandose la esquina, como si fueran una pareja achispada, vio el coche. La fiesta de la casa cercana estaba en su apogeo.

Reuniendo fuerzas de flaqueza, Hope consiguio enderezarse con un esfuerzo supremo.

– Ponme al volante -dijo con decision.

– No puedes conducir -dijo Scott-. Necesitas ir a un hospital.

– Si, pero no aqui -respondio ella.

Hope estaba calculando, tratando de conservar la cabeza despejada, aunque el dolor lo hacia dificil.

– Las malditas matriculas -mascullo-. Vuelve a cambiarlas.

Eso confundio a Scott. No entendia a que venia eso, cuando llevarla a urgencias parecia lo unico importante.

– Pero… -repuso.

– ?Hazlo!

La ayudo a sentarse al volante, como ella habia pedido. Luego cogio la bolsa con las matriculas y, respirando hondo y tras dirigir una mirada a la casa donde se celebraba la fiesta, las cambio tan rapidamente como pudo. Cogio las robadas y las metio en la mochila junto con la pistola y la pequena toalla manchada de gasolina y sangre, ambas en una bolsa de plastico.

Volvio al lado del conductor. Hope, que habia metido la llave en el contacto, se demudo de dolor al quitarse la cinta de tobillos y munecas y los dos pares de guantes. Se lo entrego todo a Scott. El se quedo sin saber que hacer, mientras ella se arrancaba el cuchillo de un tiron.

– ?Dios! -gimio. Echo atras la cabeza y estuvo a punto de desmayarse, pero una segunda oleada de dolor la mantuvo consciente. Inhalo bruscamente.

– Tengo que llevarte a un hospital -repitio Scott.

– Ire sola -repuso Hope-. Tu tienes demasiadas cosas que hacer. -Senalo el cuchillo-. Me lo quedare yo -dijo, y lo dejo caer al suelo del coche y con el pie lo empujo bajo el asiento.

– Yo podria deshacerme de el.

A Hope le costaba pensar, pero nego con la cabeza.

– Deshazte de esas cosas, y de las matriculas, en algun sitio donde no las relacionen con este coche -dijo. Intentaba recordarlo todo, organizarse, pero el dolor le nublaba el raciocinio. Ojala Sally estuviera alli, pues no le pasaria por alto ningun detalle. Era buena en eso, penso Hope. Se volvio hacia Scott, y trato de verlo como si fuera parte de Sally, cosa que, imagino, habia sido en el pasado-. Muy bien -prosiguio-. Seguiremos con el plan. Estoy bien para conducir. Haz lo que tengas que hacer… -Senalo la mochila con la pistola.

– No puedo dejarte -contesto el-. Sally nunca me perdonaria.

– No tendra oportunidad de perdonarte si no te marchas. Ya vamos con retraso. Lo que tienes que hacer ahora es crucial.

– ?Estas segura?

– Si -dijo Hope, aunque no estaba segura de nada-. Vete. Vete ahora.

– ?Que le digo a Sally?

Una docena de pensamientos cruzaron la mente de Hope.

– Dile que estare bien. La llamare mas tarde.

– ?Estas segura? -Miro la herida de su costado y el negro mono de mecanico manchado de sangre.

– No es tan malo como parece -mintio ella-. Vete, antes de que lo estropeemos todo.

La idea de que, despues de todo lo que habia hecho, pudieran fracasar la martirizaba. Agito la mano hacia Scott.

– Vete.

– De acuerdo -respondio el, y se irguio dando un paso atras.

– Oh, Scott -anadio ella.

– ?Si?

– Gracias por acudir en mi ayuda.

El asintio.

– Tu hiciste el trabajo dificil -dijo. Cerro la puerta y vio como Hope se inclinaba y ponia el coche en marcha.

Se retiro mientras ella arrancaba y contemplo como el coche se perdia calle abajo, solo en la oscuridad hasta que las luces traseras desaparecieron. Entonces se echo la mochila a la espalda y corrio hacia la parada del autobus. Sabia que iba con retraso y podia ser desastroso, pero aun tenia que cumplir con el resto de su mision. No estaba seguro de lo que iba a hacer Hope el resto de la noche, pero la suerte de todos la acompanaria, aunque en realidad esa noche hacia falta suerte tambien en otros sitios.

Sally estaba aparcada en un centro comercial, esperando a Scott. Consulto su reloj y comprobo el cronometro. Cogio el movil y penso si llamar o no, pero decidio abstenerse. Estaba a tres cuartos de hora de Boston, cerca de la interestatal, un lugar elegido por los mismos motivos que el lugar donde se reunio con Hope para entregarle la pistola, pero diferente, pues proporcionaria a Scott acceso facil para volver al oeste de Massachusetts.

Se apoyo en el reposacabezas y cerro los ojos. No se permitiria torturarse repasando todos los posibles desastres que podian haber ocurrido esa noche. Eran neofitos en el arte de matar, penso. Puede que cada uno tuviera la experiencia que hizo que la planificacion, la organizacion y la concepcion de la muerte parecieran manejables y factibles, pero, en lo referente a la ejecucion del plan, eran novatos absolutos. Ningun profesional lo habria hecho asi. El plan era demasiado erratico, azaroso y dependiente de que cada uno realizara eficazmente ciertas tareas. Esa era la base de todo, penso.

Las personas responsables y educadas no harian algo asi. Solo los drogadictos o los violentos podian ascender los peldanos de la criminalidad hasta el asesinato.

Cerro los ojos con fuerza.

Tal vez su conviccion de que podrian llevar a buen puerto un asesinato no era mas que una fantasia. Imagino a Scott y a Hope esposados, rodeados de policias. El padre de O'Connell estaria haciendo una declaracion, y ella seria la siguiente, en cuanto Scott o Hope se derrumbaran durante el interrogatorio.

Y Ashley, incluso con Catherine a su lado, se enfrentaria sola a un horroroso futuro con Michael O'Connell.

Abrio los ojos y escruto el aparcamiento tenido de luz verde.

Ni rastro de Scott.

Hope deberia estar camino de casa.

Michael O'Connell estaria en algun arcen, tratando de reparar el pinchazo o esperando una grua. Estaria furioso y se preguntaria que demonios estaba pasando. Lo unico que no esperaba era quedar atrapado en una representacion donde el era un actor importante. Sally sonrio. Penso que el papel que se habia interpretado sin saltarse una linea ni dar un paso en falso habia sido el de O'Connell, y el ni siquiera lo sabia. Lo estaban ahogando y ni siquiera era consciente de ello.

Apreto el puno y penso: «Te tenemos, hijo de puta.» Resoplo lentamente. «O tal vez no.»

Scott deberia llegar de un momento a otro.

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