Queria salir al escenario y colocarme bajo los focos. Queria tocar y que me escucharan miles de personas. Yo lo deseaba. Eso lo cambio todo.
– Me alegro mucho por ti -afirmo el. Le acaricio suavemente los brazos y dio un paso atras-. De verdad. Estaba preocupado.
– Fue glorioso. Comprendi que nunca habia tocado mejor. Tenia tal… libertad. Se que podria regresar a todos los escenarios, a todas las salas de concierto y tocar asi de nuevo. Lo se -repitio. Miraba muy fijamente a los ojos de Brady.
– Me alegro mucho por ti -reitero el-. No me gustaba pensar que estabas tocando sometida al estres. Nunca habria permitido que volvieras a caer enferma, Van, pero hablaba en serio cuando te dije que no te estaba pidiendo que dejaras tu carrera.
– Me alegro de escuchar eso.
– Maldita sea, Van. Quiero saber que regresaras conmigo. Se que una casa en los bosques no puede compararse con Paris o Londres, pero deseo que me digas que regresaras al final de tus giras. Que cuando estes aqui, tendremos una vida y una familia juntos. Quiero que me pidas que te acompane siempre que me sea posible.
– Te lo prometeria, pero…
– Esta vez no hay peros… -repuso el. La ira habia vuelto a despertarse.
– Pero… -repitio Vanessa, con ojos desafiantes-… no voy a volver a ir de gira.
– Acabas de decir…
– Acabo de decir que podria regresar y lo hare. De vez en cuando, si algun acontecimiento en particular me atrae y puedo encajarlo con comodidad con el resto de mi vida. Deseo saber que puedo actuar cuando quiera y cuando me apetezca. Eso es muy importante para mi -le aseguro-. De hecho, no es solo importante, Brady. Es como si, de repente, me hubiera dado cuenta de que soy una persona real, la persona que no he tenido la oportunidad de ser desde que cumpli los dieciseis anos. Antes de subir al escenario de Cordina esta ultima vez, me mire al espejo y supe quien era. Me gusto la persona que yo era. Por eso, en vez de sentir miedo cuando sali bajo los focos, solo hubo gozo.
– Pero has regresado…
– Yo he decidido regresar -susurro ella. Le tomo la mano y le apreto suavemente los dedos-. Necesitaba regresar. Habra otros conciertos, Brady, pero deseo componer, grabar mis composiciones y sinfonias y, por mucho que me sorprenda este hecho, deseo dar clases. Aqui puedo hacer todas esas cosas, especialmente si alguien estuviera dispuesto a anadir un estudio de grabacion a la casa que esta construyendo.
Brady cerro los ojos y se llevo la mano de Vanessa a los labios.
– Estare encantado de hacerlo.
– Ademas, deseo tambien volver a conocer a mi madre… y aprender a cocinar, aunque no tan bien que tu dependas de mis platos -afirmo. Brady abrio los ojos y la miro-. He decidido regresar aqui para estar contigo. Lo unico que no he elegido ha sido amarte -anadio, con una sonrisa. Le enmarco el rostro entre las manos-. Eso simplemente ocurrio, pero puedo vivir con ello. Y puedes estar seguro de que te amo, Brady, mucho mas que ayer.
Vanessa lo beso dulcemente. Comprendio que, efectivamente, lo amaba mas que ayer. Su amor era mas rico, mas profundo, aunque con toda la energia y la esperanza de la adolescencia.
– Pidemelo otra vez -susurro-. Por favor…
– ?Que te pida que? -pregunto el. Le costaba separarse de ella, aunque solo fuera para poder mirarla a los ojos.
– Maldito seas, Brady.
Los labios de el comenzaron a esbozar una sonrisa.
– Hace unos pocos minutos, estaba furioso contigo.
– Lo se -suspiro Vanessa, llena de satisfaccion.
– Te amo, Van…
– Yo tambien te amo a ti. Ahora, pidemelo.
– Esta vez, me gustaria hacerlo bien, pero no tengo musica ni luces tenues…
– Nos pondremos a la sombra y yo canturreare una cancion.
– ?Vaya! Veo que estas deseando -comento Brady, riendo. Entonces, volvio a besarla-. Sigo sin tener anillo.
– Eso si lo tienes -replico Vanessa. Habia ido a buscarlo completamente preparada. Se metio la mano en el bolsillo y saco un anillo de oro con una pequena esmeralda. Observo como cambiaba el rostro de Brady cuando lo reconocio.
– Lo has tenido guardado -murmuro. La miro a los ojos y, de repente, sintio que todo lo que estaba sintiendo en aquellos momentos doblaba de repente su intensidad.
– Siempre -dijo ella. Se lo coloco en la palma de la mano-. Funciono en el pasado. ?Por que no vuelves a intentarlo?
Le temblaba la mano como nunca le habia temblado. La miro y vio que en los ojos de Vanessa se reflejaba la promesa de unos sentimientos que duraban ya mas de una decada y que, a la vez, eran completamente nuevos.
– ?Quieres casarte conmigo, Van?
– Si -respondio ella riendo y conteniendo las lagrimas al mismo tiempo-. Claro que si.
Brady le coloco el anillo en el dedo. Aun le servia.