– No puedo creerlo. Solo no puedo. ?Como pueden hacer esto los celos? ?Como? No pueden envenenar a alguien hasta este extremo, ?verdad? Quiero decir, realmente…

Deimos lo miro compasivo, pero no habia alivio o confort en esa mirada fija. Ninguna pacifica comprension para algo tan parecido a la brutal realidad.

– Puede y lo hacen. Creeme. He visto a muchos peores que este en mi mas o menos billon de anos de existencia, que el primer asesinato cometido por el hombre fuese el de un hermano contra el otro por ninguna otra razon mas que la mezquina emocion. Los celos recurren al odio que luego empieza a envenenar. Se infecta y destruye hasta que se come a alguien vivo. Tu hermano estaba tan enfadado porque hiciste algo de tu vida, porque tenias fans que harian cualquier cosa por ti. El no podia tenerlo; no podia entender por que tenias algo como eso mientras que el no. Su unica meta ha sido la de hundirte y volver a ponerte de nuevo donde perteneces… debajo de el. Si no puede conseguirlo, entonces maldicion si lo haras tu.

Todavia no tenia sentido para el que Donnie sintiera algo como eso por el.

– Pero nunca deje que la fama me ganara. Nunca he cambiado. Siempre he recordado quien soy y de donde procedo.

– Sip, -dijo Deimos-. ?Y te acuerdas de la vieja cancion de Joe Walsh, Been Life Good?

– ?Que pasa con ello?

– Todo el mundo es tan diferente, yo no he cambiado.

Aidan se quedo en silencio mientras las palabras hacian eco en su cabeza. No habia pensado en esa cancion en anos, pero Deimos tenia razon. El seguia siendo el mismo muchacho que preferia correr descalzo en verano porque necesitaban conservar los zapatos para ir a la escuela. Todavia decia 'por favor' y “gracias” a todo el mundo a su alrededor, independientemente de quienes fueran.

Pero Donnie… no era el hombre que habia sido una vez. Al minuto en que Aidan le habia dado a probar el sabor de la riqueza, habia empezado a tratar a las personas como si estuvieran por debajo de el. Como si fuera incluso mejor aunque no habia sido el que la habia ganado.

Y Donnie no era el unico que habia cambiado. Tantas personas entrado y salido por la vida de Aidan. Esos que habian tenido poca utilidad para el cuando habia sido un actor muerto de hambre tratando de conseguir un descanso, se habia convertido en el colega de todos en el momento en que habia empezado a obtener papeles de su eleccion. De repente era importante y las personas querian ponerse en contacto con el. Pero Aidan todavia se sentia como el joven actor que habia sido dejado fuera de populares pubs nocturnos porque no lo apreciaban. El mismo actor que otros habian tildado de insignificante.

Y entonces alli habia estado Heather…

Demonios, el viejo Joe habia sido un profeta con esa cancion. Le hacia preguntarse quien habia jodido al cantautor con el fin de haber podido expresarlo tan elocuentemente.

Deimos dio un paso adelante.

– Tenemos que conseguir despertaros a los dos. Dolor va de camino hacia tu casa para machacaros a los dos mientras estais inconscientes.

Leta maldijo.

– Estamos durmiendo como patos.

Deimos asintio.

– Es un buen plan para acabar con el.

Si, lo era. Aidan miro a Leta antes de preguntarle a Deimos.

– ?Puedes despertarnos?

– No lo se. Pero habra que intentarlo. -El dios se desvanecio.

Aidan se volvio hacia Leta que le observaba cuidadosamente. Tenia una mancha roja en la cara del golpe que le habia dado uno de los otros dioses. Estaba despeinada y sus palidos ojos llenos de admiracion. Esa apariencia lo desgarro a traves y hizo que se doliera.

Le tendio la mano.

Su tierna caricia lo dejo en llamas mientras ella envolvia sus dedos alrededor de los de el. Su pene se endurecio instantaneamente, haciendole desear que tuvieran un momento a solas. No podia creer que se hubiera infiltrado en su vida tan facilmente, pero estaba contento de que lo hubiera hecho.

– Si acabo muerto esta noche, solo quiero darte las gracias.

Ella le dedico una mirada traviesa.

– ?Por que?

– Por llamar a mi puerta y meterte a la fuerza en mi vida.

Ella le sonrio.

– No hay problema. Solo siento no haber hecho un mejor trabajo salvandote.

Esas palabras eran una sinfonia para sus oidos.

– Sabes, en una forma extrana, creo que lo hiciste.

– ?Que quieres decir?

Tiro de ella mas cerca a fin de que pudiera sentir el calor de su cuerpo contra su piel. Esto le dejo los nervios de punta y recordandole exactamente lo que habia traido ella a su vida.

– He estado dormido durante mucho tiempo. Viviendo en un lugar vacio. Ahora no me siento tan vacio. Hay algo mas.

– ?Algo mas?

El asintio, envolviendo con sus brazos alrededor de ella.

– Eres tu. -El toco su corazon-. Me despertaste y siento de nuevo. Es realmente agradable, y si esta es la ultima oportunidad, entonces tengo que decirlo, solo pense que deberias saberlo.

El corazon de Leta salto por las palabras que sabia eran dificiles de pronunciar para el. Lo significaban todo para ella. Y se sentia de la misma forma.

– Despues de que murio mi marido, nunca pense que seria capaz de encarinarme de otra persona. Y entonces te encontre. No permitire que ellos te tengan, Aidan. No lo permitire.

El le beso la mano antes de ahuecar su cara en las manos y depositar el mas tierno de los besos en sus labios. Sus sentidos dieron vueltas. Si pudiera, se quedaria aqui con el. No habia nada que quisiera mas que el ser humana y quedarse a su lado.

Si solo pudiera.

– ?Leta? -Ella oyo la voz de Deimos como un debil susurro en la cabeza.

Un minuto mas.

Pero no fue asi. Sintio que algo tiraba de ella de regreso, alejandola de Aidan.

?No!

Y aun asi se sintio a si misma deslizandose, cayendo por un oscuro tunel hasta que volvio otra vez a despertar en el plano humano. Tan atontada que apenas podia moverse, parpadeo abriendo los ojos para encontrarse a Deimos mirandola.

– ?Aidan?

El indico la zona al lado de ella con un movimiento de su barbilla.

– No consigo despertarlo.

– ?Donde esta Dolor?

Como si fuese en respuesta a su pregunta, oyo a alguien proximo a las escaleras.

Con el corazon palpitando, se volvio para sacudir a Aidan.

– ?Aidan! -lo zarandeo ella.

El no se movio.

Deimos hizo una mueca.

– ?Cuanto le distes?

– Al parecer mas de lo que deberia. Quise asegurarme de que ninguno se retiraria al principio del sueno. -Leta nego con la cabeza mientras clavaba los ojos en Aidan yaciendo alli en perfecto reposo. A pesar de la agitacion y la lucha en el sueno, sus bellos rasgos estaban tan tranquilos, y su cuerpo aun relajado. Sin embargo, el tiempo para sonar se habia acabado para ellos. Ahora tenian un enemigo al que enfrentar en este reino-. Por favor, despiertate -susurro, pero lo sabia. Estaba demasiado lejos. No se despertaria. Al menos no durante algun tiempo.

Alguien golpeaba contra la puerta de la cabana, tratando de romperla.^

Paso la mano contra la mejilla barbuda de Aidan antes de levantarse de la cama.

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