ambulancia para Donnie.
Una vez que se dieron cuenta de que Donnie era un criminal escapado y de que Aidan de hecho vivia en la cabana y de que habia sido el el atacado, le quitaron las esposas y le dejaron coger una toalla fria para limpiarse la sangre de su cara y hombro.
– ?Esta seguro de que no quiere ir a un hospital? -pregunto uno de los oficiales masculinos.
Aidan nego con la cabeza mientras les miraba acarrear a un semiconsciente Donnie fuera de su salon. No habia ayuda para lo que realmente le dolia. Solo Leta podia hacerlo.
– Estare bien.
– ?Esta seguro?
Por primera vez en anos, lo estaba.
– Si. El que no nos matara…
– Requiere mucha terapia tratar con el.
Aidan dio una pequena risa mientras el policia se encogia de hombros.
– Oye, en mi negocio, es realmente verdad -El oficial de repente parecia incomodo mientras miraba a la repisa de la chimenea donde Aidan tenia su Oscar. Era una postura timida que Aidan conocia muy bien.
– ?Quiere un autografo?
La cara del oficial brillo.
– No queria pedirselo con usted sangrando y todo, pero mi mujer es realmente una gran fan suya y esto me conseguiria algunos puntos con ella. Si pudiera ponerlo bajo el arbol, se que le daria las Navidades.
Aidan sonrio aunque le dolia su labio partido.
– Cuelguelo -Fue a su oficina y saco un monton de fotos publicitarias que Mori habia enviado y que habia ignorado y un boligrafo antes de volver al salon-. ?Cual es su nombre?
– Tammy.
Otro oficial entro.
– Oh, hombre, ?puedo tener uno tambien? Adoro la pelicula
– No, era incluso mejor.
El oficial rio.
Aidan vacilo mientras la vieja alegria que solia sentir volvia como una inundacion. Todavia podia recordar la primera vez que alguien le habia pedido un autografo hacia todos esos anos. La primera vez que alguien le paro en la calle para decirle cuanto le gustaba su trabajo. No habia nada como eso. No importaba cuando o donde, adoraba ser parado por sus fans. Compartir unos minutos charlando con ellos.
Donnie y Brezo le habian manchado con su veneno.
Pero a Aidan nunca le habia importado. Aun cuando estaba en el punto de mira, no podia conducir por la calle con las ventanillas bajas o las veces que tuvo a la prensa escalando en su patio, no le importo. Estaba contento de hacer algo que las otras personas disfrutaran, y si hablar con el les hacia felices… No habia sentimiento mas grande que saber que habia tocado sus vidas y traido una sonrisa a sus caras, incluso si solo fuera por unos pocos minutos.
Eso era lo que habia querido desde nino. Por lo que se habia roto el culo hasta lograrlo. Habia sufrido a traves de suficientes hondas y flechas para hacer a Shakespeare orgulloso.
Y adoraba cada minuto de ello.
Entrego la foto firmada para Tammy al oficial antes de mirar al otro.
– ?Cual es su nombre?
– Ricky… y ?puede hacer uno para mi amiga, Tiffany? Se moriria si vuelvo a casa con el. Oh, y mi madre, Sara. Ella ha sido su fan desde esa pelicula de terror rara que usted hizo. Adoraba esa tambien, pero era un desmontador de mentes.
Aidan se rio del entusiasmo de hombre.
– Seria un placer.
Antes de terminar, Aidan firmo un total de veinte fotos para la policia y paramedicos. Donnie chillaba indignado en la ambulancia, pero a nadie le importo.
– Que tenga Feliz Navidad -dijo Ricky mientras arrastraba a los otros fuera de la cabana de Aidan. El vacilo en la astillada puerta-. Probablemente necesitara llamar a alguien para fijar esto. No creo que deberia quedarse aqui arriba sin una buena puerta, dado lo que ha sucedido hoy.
– Gracias. Me ocupare de eso.
Ricky retuvo la mano.
– Es usted un hombre decente, Sr. O'Conner. Muchas gracias por los autografos.
– El placer es mio, y llameme Aidan.
Ricky sonrio.
– Aidan. Ha sido un placer conocerle. Desearia que las circunstancias hubieran sido mejores.
– Si, yo tambien. Tenga una buena Navidad y digale a su madre y a Tiffany que dije hola.
– Lo hare. Gracias.
Aidan lo siguio fuera al porche donde miro a Ricky andar hasta su coche antes de que todos ellos se marcharan. Todavia podia oir la amortiguada voz de Donnie maldiciendole mientras se ponian en marcha. La compasion mano dentro de el, pero luengo entonces, penso que quizas era una buena cosa que Donnie estuviera siendo comido por el odio. Un dia, Donnie se daria cuenta exactamente de lo que el odio le habia costado… que tratando de arruinar a Aidan, habia destruido toda su vida.
Que Dios ayudara a su hermano entonces.
El dolor de la traicion de Donnie cayo sobre sus hombros ahora. A el realmente no le importaba
– Soy el ultimo hombre de pie.
El problema era que estaba parado solo y por primera vez en anos eso le molestaba.
Cerrando los ojos, sintio la mordedura del frio contra el mientras convocaba la imagen de Leta en su mente.
– Te hecho de menos, nena.
Pero no habia nada que hacer sobre eso.
La vida era lo que era.
Derrotado, se giro para entrar en casa y vio que la puerta habia sido reemplazada.
– ?Leta? -pregunto con una nota optimista en su voz.
No era ella. Deimos estaba parado dentro del salon, mirandole.
Aidan no podia entender su presencia.
– Creia que estabas jugando al ajedrez.
– Iba a hacerlo, pero… -vacilo como si tuviera algo en la mente.
– ?Pero? -incito.
Deimos indico la puerta con una inclinacion de la cabeza.
– Recorde que tenias una puerta rota.
– Gracias por repararla.
– Ningun problema.
Aidan se detuvo, esperando a que Deimos hablara o hiciera algo. Cuando no lo hizo, Aidan arqueo una ceja.
– ?Hay algo en lo que pueda ayudarte?
– No realmente. Es mas bien algo con lo que yo te puedo ayudar.
Ahora tenia toda la atencion Aidan.
– ?Y eso es?
Deimos le miro aburridamente.
– ?Que darias por tener a Leta contigo?
Aidan no vacilo.
– Todo.
– ?Estas seguro?